¿Qué puedo hacer yo?: pues claramente nada. Sin embargo de ahí en adelante ya no pude dormir bien aunque lo necesitaba, porque esta tarde emprendo un larguísimo viaje (Tokyo - Dallas - Ciudad de México). No creo que mi preocupación sea nada original: la comparto con la mayoría de los demás 3:500.000 uruguayos, pero esa no es excusa... Y no pude dejar de pensar en el asunto.
Suárez es uno más de los 23 seleccionados. Por lo menos hasta hace una semana eso era seguro. Pero ¿es uno más?
Alguien dirá, con razón, que soy uno más de los tres millones y medio de directores técnicos con que cuenta el Uruguay y que más valdría que me llamara a silencio...
Como todos he tratado de jugar al fútbol a la edad adecuada. Como casi todos, descubrí que la naturaleza no me había dotado de las habilidades mínimas necesarias para hacerlo. La vida me ha permitido, quizás para compensarme, ver muy buen fútbol y durante años ver jugar personalmente a muchos de los mejores equipos y jugadores del mundo. ¿Para qué habilita eso? Pues para nada, pero me hace tener opiniones y, a veces, darlas. Ésta es una de esas veces.
El Luis Suárez de 2014 es, para mí, el mejor delantero uruguayo y uno de los mejores del mundo que he visto.
Puede ser, incluso, que algunos elegidos que vi jugar cuando niño (Ciocca, Walter Gómez, Schiaffino, Míguez, Abadie) llegaran a superarlo en cuanto a técnica, pero Suárez tiene otras cosas, como una enorme potencia física que sabe emplear muy bien, como el perfeccionamiento permanente del manejo de su pierna izquierda, como una actividad que no ceja ni un segundo en cada partido, una intensidad permanente y una autoconfianza que lo hace ganar lances imposibles.
Suárez no es uno más, en cualquier equipo que juegue y, en particular, no lo es en la Selección Uruguaya.
Si tengo que buscar un jugador uruguayo que yo haya visto con quién compararlo el único que viene a mi memoria es Pedro Rocha.
Y hay más analogías entre Luis Suárez y Pedro Rocha:
Hace 44 años, en México 70, Uruguay se aprestaba a debutar en el Campeonato Mundial y el primer rival era Israel. Se trataba de un partido que no parecía encerrar mayores riesgos y, a la postre, Uruguay ganó 2 a 0, sin pasar demasiado dificultades.
Pero a los 15 minutos Rocha se lesionó y ya no pudo volver a jugar en el resto del Campeonato. Nunca se supo bien lo que ocurrió porque no había la transparencia necesaria para saberlo. Oficialmente se dijo que el jugador se lesionó espontáneamente y de gravedad, cosa que nunca nadie creyó. Extraoficialmente aparecieron varias explicaciones, algunas bastante pintorescas, pero que no me parece adecuado describir aquí.
¿Podemos sacar alguna conclusión de aquella lesión de Rocha?: Sí, que si el jugador no está en buenas condiciones no debe jugar. E inmediatamente la pregunta: ¿Estará Suárez en buenas condiciones para jugar el primer partido, o el segundo... o el cuarto...? ¿Qué certezas podemos tener el lunes próximo?
Los Directores Técnicos en un Campeonato Mundial generalmente son conservadores o tan reservados que son percibidos como tales. Tabárez no es la excepción. En realidad la excepción es Scolari que, cuando le preguntaron por los rivales en la serie de Brasil dijo algo del tipo" no nos preocupan los demás equipos que nos tocaron en la serie, porque nos estamos preparando para ser Campeones del Mundo.
El Campeonato Mundial es en Brasil, 5 veces campeón y con una cantidad enorme de buenos jugadores para escoger, Scolari es brasileño y ya ha ganado un Campeonato Mundial como Director Técnico, su personalidad y la cultura brasileña lo lleva a pensar así, pero también a expresarlo sin reserva.
Tabárez se expresa de manera muy cauta diciendo cosas del tipo "vamos partido a partido", pero también "nada nos será fácil pero nada nos es imposible". Claramente Scolari tiene mucho más excelentes jugadores para escoger que Tabárez pero, ¿Qué nos respondería si le preguntáramos: ¿cuántos cómo Luis Suárez??... ¡pero no se lo vamos a preguntar!
Pero más allá de lo que expresen, Directores Técnicos como Tabárez, Sabella, Del Bosque y tres o cuatro más, ciertamente piensan, en su fuero íntimo, lo mismo que Scolari: ¡nunca nadie consiguió un gran éxito sin haberlo soñado antes!
Pero, hace una semana apareció la lesión de Suárez. Podemos discutir si fue el golpe de Paul Dummet en el partido Liverpool - Newcastle o, cómo en el caso de Pedro Rocha hace 44 años, ser más diplomáticos y pensar que se lesionó espontáneamente en el calentamiento antes de su primera práctica.
Tampoco faltan los que tienen manías persecutorias y piensan en un complot para poner a Suárez fuera del Mundial. Como todos he mirado varias veces la jugada y tengo algunas cosas claras: Dummet fue a detener de cualquier manera a un jugador muy superior y que quería, en los pocos minutos que faltaban, hacer un gol que le asegurara la Bota de Oro europea. Dummet fue directamente al jugador y el golpe fue fuerte. ¿Tuvo la intención de lesionar a Suárez?: no digamos estupideces, simplemente dio esa "patada de más" que todos alguna vez hemos dado en el fútbol o en la vida y de lo que después nos hemos arrepentido.
Ahora lo que debemos hacer, siguiendo el muy atinado pedido de Cavani es: dejémoslo en paz.
La realidad es que Suárez fue operado rápidamente, está evolucionado bien, probablemente no esté para jugar los dos primeros partidos pero, si no aparece alguna sorpresa, luego podrá jugar. ¿Será el mismo jugador que el 11 de mayo, antes de la lesión?: Ciertamente no, si todo va bien, necesitará dos o tres partidos para restaurar su altísimo nivel.
Pero el lunes próximo, Tabárez debe dar la lista. ¿Tendrá elementos suficientes para hacerlo con certeza? Quizás no.
Ciertamente tendrá que arriesgar. ¿Qué haría yo en su lugar? ¡Nunca lo podré saber, porque no estoy en su lugar!
Hay cosa claras: si se lo pone en la lista y no recupera a tiempo las condiciones necesarias para jugar, no jugará: la salud y el futuro personal y deportivo del jugador están sobre cualquier otro interés y no tengo duda que este es el pensamiento que Tabárez comparte con todos.
Pero, paralelamente, ¿qué pensará el número 23 de la lista, el que estando en perfectas condiciones quedará afuera para darle su lugar a Suárez?
Lugano ha expresado algo del tipo "cualquiera de nosotros le daría su rodilla".
Estoy seguro que mi pensamiento, el de los otros tres millones y medio de uruguayos, el que hubieran tenido en su caso las grandes leyendas como José Nasazzi y Obdulio Varela y el que tendría el jugador que quedaría afuera, sea el gran capitán Lugano, o alguno de los grandes gladiadores como Diego Pérez o Eguren o Arévalo Ríos, o Forlán, el mejor jugador de Sudáfrica 2010 o Cavani o Godín que están en su mejor momento y se les considera entre los mejores jugadores del mundo es sus puesto,o Abreu, figura legendaria que ya ha quedado afuera, sería: "Quiero a Suárez en el equipo, aunque estemos perdiendo a un jugador en su plenitud y aún asumiendo que podría no llegar a jugar".
¿Quién soy yo para decir todo esto?: Nadie. ¿A quién represento?: tan sólo a mi mismo. ¡sin embargo, las ideas que están en este modesto papel, cabalgan por la mente de muchos de los tres millones y medio de uruguayos!
Por todo esto y sin que nadie me lo pida, quiero formular un ruego al Maestro Tabárez, por la presencia de Suárez en la lista de 23, en mi nombre, en el de los tres millones y medio de uruguayos, en el del que sale del plantel para que entre Suárez y, sin duda, en nombre el ciudadano Oscar Washington Tabárez.
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