Contenido creado por Inés Nogueiras
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Un fin de semana de asambleas

Un fin de semana de asambleas

El sábado pasado al mediodía fuimos con Selva a comer una pizza al Subte, en el intermedio del Plenario Nacional del Frente Liber Seregni (FLS). Nos encontramos con varios compañeros y compañeras que venían de la misma asamblea. En la mesa de al lado había un conjunto de jóvenes que conversaban de política.

20.10.2015

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2015-10-20T00:22:00-03:00
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Venían de la Convención del Partido Colorado. Y debo de estar un poco reblandecido pero me alegré mucho. Es más, intercambiamos saludos y una breve conversación. Y sobre todo me sentí más uruguayo. Si se pudiera.


Es bueno que las diferentes generaciones -en nuestro Plenario Nacional también hubo jóvenes y varios que intervinieron- construyan, mantengan los diversos partidos y espacios políticos. La democracia y la república no son solamente grandes ideales, un ordenamiento jurídico, un pacto constitucional; son conductas, prácticas, amores y diferencias. En otras épocas también tuvimos nuestros odios, no nos hagamos los perpetuos vegetarianos...

Naturalmente me voy a concentrar en el Plenario del FLS, pero antes quería compartir esa experiencia de un fin de semana de asambleas políticas que se cruzaron en una pizzería, cuando la política en el mundo es denostada, agredida, sepultada por intereses muy diversos, la mayoría no tan santos.

Precisamente fue la política la gran protagonista de nuestra asamblea, desde las palabras iniciales de Astori, que se concentró en reafirmar nuestras principales referencias como fuerza de izquierda.

El Plenario fue convocado con una pregunta: "¿Hacia dónde vamos?". Era y es un aspecto polémico. Hace apenas 7 meses y medio que el FA gobierna por tercera vez y puede resultar complejo formular esa pregunta. Sin embargo, las casi 300 personas que participaron a lo largo del día y vinieron de los diversos departamentos, algunos recorriendo 700 kilómetros, de manera explícita o declarada llegamos a esa reunión con preocupaciones, con dudas, con interrogantes nuevas, que no son la simple reiteración de las anteriores experiencias de gobernar el país.

Y está bien reconocerlo, es necesario analizarlo. Metodológicamente siempre conviene tener esa pregunta presente para que gobernar y hacer política no sea simplemente flotar a la deriva del poder, pero en estos momentos en particular. Y todo el debate tuvo una fuerte impronta de análisis crítico, y también autocrítico y de plena reafirmación de nuestro apoyo pleno y total al gobierno de Tabaré Vázquez.

Precisamente porque lo apoyamos con entusiasmo y reconocimiento de todo lo que se ha logrado en estos más de 10 años, es que debemos ser más agudos, más precisos, más rigurosos en nuestros análisis. Tenemos un programa que comprometimos ante la ciudadanía, pero con eso no alcanza, hace falta mucho más.

Hace falta mucha más y mejor producción política, política-cultura. Y esta afirmación la reafirmo, es una expresión crítica con la política-poder, la política reducida a la disputa de cargos y posiciones o incluso de la práctica de gobierno reducida a distribuir y administrar recursos. Eso es una parte, importante, que ha sido un gran mérito de toda la izquierda uruguaya, pero no alcanza, tenemos un terrible déficit en la producción política y sus herramientas, en particular el Frente Amplio y en nuestro caso en el Frente Liber Seregni.
Danilo Astori lo resumió en su intervención: "No dejemos que el poder nos devore el alma de izquierda". No es una actitud defensiva, al contrario, es la reivindicación de la esencia misma de la izquierda, de su identidad.

Una periodista me preguntó: "¿Cómo van a bajar todo esto a tierra?". Y ese es el gran problema, que la distancia entre la política y la tierra está cada día más próxima y eso nos achata a todos.

La izquierda en el Uruguay construyó en 40 años una formidable fuerza política de diferentes, partiendo precisamente de las diferencias, y alguien podría creer que el gran mérito es haberse dado una estructura, reglas de funcionamiento, incluso programas comunes y candidatos comunes, pero por encima de todo eso, lo que hicimos fue construir y aplicar una política-cultura, una base de ideas, de proyectos, de rebeldías contra las injusticias y contra el dominio de las fuerzas conservadoras y de derecha que manejaron el país desde su nacimiento.

Para ir hacia donde queremos que es hacia un país más próspero, más desarrollado y sobre todo mucho más justo y más libre, incluso liberado de las necesidades más angustiantes para todos, hace falta primero alimentar todos los días las ideas, los proyectos y los horizontes que nos permitan avanzar.

Sin estrategia no hay izquierda, sin una fuerza política renovada en su capacidad de construir esas ideas plurales, y abrirse a la sociedad, a la gente, los cambios tienen límites insuperables. Y tenemos carencias que quisimos discutir entre todos. Y lo hicimos, con muchos aportes, con muchas opiniones, mirando en primer lugar hacia adentro, hacia nosotros mismos.

Uno de los grandes enemigos de la política es la simplificación, los esquemones que pretenden construir respuestas a partir de pocas y simples ideas. Esa no es nuestra identidad, ni nuestra fortaleza.

En mi balance personal, fue una muy buena reunión porque yo creo que todos nos llevamos muchas preguntas, tareas, exigencias y el compromiso renovado de participar activamente en las batallas en el gobierno, en nuestro gobierno de izquierda, apoyando al presidente Tabaré Vázquez en el proceso de democratización del Frente Amplio, hacia las elecciones de su nuevo presidente/a y su congreso y por la definición aportada por todos los compañeros de las responsabilidades y la identidad del FLS.

También es necesario reconocerlo, fue una asamblea realista, donde emergieron nuestras fuerzas, nuestra voluntad, necesidad de recambios, pero también nuestros cansancios, nuestras desilusiones y nuestras dudas.