Dos murciélagos que colgaban tranquilos y en su tradicional posición invertida de una viga, mantenían un diálogo profundo y filosófico. Uno, el más sarcástico dijo enfáticamente que Batman no existía y el otro le contestó con lágrimas: callante, ateo. No es una digresión, un divertimento, viene a cuento.
Dioses y ateos hay en todas partes, depende de cómo se los mire, incluso cabeza abajo. El problema es cuando se quiere imponer un solo Dios, o dios y se universalizan las visiones hasta llegar a Batman. Esa es la imagen que dan algunas políticas imperiales, algunos juicios supuestamente liberales: todos tenemos que tener el mismo dios y rendirle pleitesía, las mismas formas más allá de la historia.
El mundo árabe se sublevó contra unos cuantos tiranos, no todos. Sin embargo, tras la rebelión no vino la democracia, a pesar de los bombardeos de la OTAN, del bloqueo de la ONU, de las graciosas potenciales occidentales y cristianas y los discursos grandilocuentes de los que pocos meses antes rendían pleitesía a los tiranos. Ahora, dicha región es un mosaico de tribus en revuelta y el ascenso de posiciones fundamentalistas. Salimos de la parrilla y caímos en las brasas. Y en las más ardientes.
El modelo "occidental y cristiano" tiene un sólido fundamento histórico, Batman abreva en 25 siglos de civilización y de tradiciones políticas, pero...los otros también tienen su historia, diferente, muy diferente y en ciertos casos mucho más antigua. Y el choque entre el intento de imponer al mismo Batman en todas las latitudes, por las buenas globalizadas o por las otras también...nos ha llevado a un mundo salpicado de guerras.
Se terminó la Guerra Fría y comenzaron las guerritas calientes. Tensiones irreconciliables entre Israel y los palestinos, entre Israel, Estados Unidos y sus aliados e Irán, guerra directa y abierta en Afganistán, más larvada en Irak que quedó hecho trizas. Me gustaría saber que arrojaría una encuesta entre los pueblos de Irak sobre la invasión y la actual situación del país. Los americanos, tan amigos de las encuestas, deben haber encontrado alguna barrera cultural para hacer una. O no conocemos sus resultados...
Un fantasma anda suelto: Batman, que quiere ser el dios igual, idéntico en todo el universo, al menos en la Tierra. Y los demás somos ateos que hay que redimir y convertir.
Mil doscientos millones de seres humanos que en China realizaron la más grande revolución productiva de la historia, por su impacto en la economía nacional y mundial y por sus consecuencias sociales y culturales, debería adoptar, de acuerdo a los mismos sacerdotes de siempre, el mismo Batman, la misma capa política, idéntica mascara electoral y sobre todo las mismas ideas. Y tienen varios milenios más de historia que nuestro Batman occidental y cristiano.
El mundo de Batman se cae a pedazos, literalmente ha expulsado de su negro horizonte a millones, decenas de millones de personas. En sus metrópolis, las tiró a un costado de cualquier horizonte laboral a corto y mediano plazo, las hizo parias en una sociedad cada día más insensible y menos solidaria, transformó el Estado del Bienestar en el Estado de la Frustración y la Desesperación para millones de personas. Pero siguen ofreciendo a bajo precio la capa y los artefactos del murciélago parlanchín, como si siguiera siendo un dios, no solo para sus congéneres, sino para la humanidad entera. Un dios obligatorio, con sus reglas, sus valores, sus principios, su relato, o directamente su falta absoluta de relato, como simple ejercicio de las reglas del mercado de la mercancías y de la política.
Para el 2016 habrá un cambio en la cima de la economía mundial y China ocupará la cúspide, pero Batman seguirá disponiendo del mayor poder destructivo del planeta y del 40% de los supermillonarios, mientras china tiene sólo 12 en 200, es decir el 6%. Pudo alcanzarlos y está por pasarlos sin cumplir el rito de Batman.
El tema son las metas. Nadie reconocerá hoy en día que está dispuesto a sacrificar libertad por igualdad o justicia social. Pero esa es una visión en blanco y negro a lo Batman. Los chinos son hoy infinitamente más libres económicamente, socialmente, culturalmente, educativamente y políticamente que antes. Les falta mucho, pero no tienen porqué avanzar hacia Batman. Construyen a partir de su propia historia, su propio camino. Y tan mal no les va, por cierto.
El problema para nuestros pueblos aquí en el sur, es que no debemos aceptar el reto de elegir entre Batman o algunos de esos falsos dioses universales, sino construir nuestra propia senda, compartiendo con los dioses, con su mayor templo -el mercado- reformando a fondo su gran dogma -el Estado- sin que nadie nos obligue a disfrazarnos de dios.
Mientras los límites de nuestro meditar colgados de nuestras vigas colectivas e individuales, sea Batman y sus paradigmas o la condena por ser ateos, estaremos condenados a vivir cabeza abajo.
Gramsci decía que cuando "El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos" Los Batman obligatorios.