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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Todo tiene su límite ¿No?

08.02.2012 08:28

Lectura: 6'

2012-02-08T08:28:00-03:00
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El transcurrir del tiempo viene confirmando en forma fehaciente el error de conducción en la estrategia del gobierno uruguayo en la relación con su par argentino. Desde hace tiempo se ha confundido el éxito en la solución de la crisis de las papeleras y el levantamiento del bloqueo de los puentes, con la necesidad de mantener una excesiva y unilateral disposición favorable, mientras desde la vecina orilla se nos trata en forma consecuentemente negativa y desconsiderada.

A esta altura son muchos los episodios que comprueban el talante "tímido" y "complaciente" por parte de la conducción de la política internacional de nuestro país. Hagamos la lista de los "desplantes" y desconocimientos de parte del gobierno argentino y veamos las respuestas que nuestro gobierno ha dado en cada ocasión.

El gobierno argentino no admite que los resultados de los controles ambientales sobre el Río Uruguay se hagan públicos. Estos dictámenes comprueban que el reclamo argentino sobre la contaminación que supuestamente provocaba la papelera instalada en Fray Bentos no tenía ningún fundamento. Pues bien, hace muchos meses que el gobierno uruguayo mantiene en reserva los resultados de esos estudios complaciendo al gobierno argentino y evitando demostrar públicamente la razón de nuestra postura histórica en este conflicto.

Hace muchos meses que, sin tener obligación de hacerlo, la delegación uruguaya ante la CARU solicitó la aprobación previa del gobierno argentino para dar comienzo a la construcción de dos nuevos muelles en el puerto de Nueva Palmira que representan inversiones significativas y que ampliarán la capacidad operativa de dicho puerto. El gobierno argentino no se ha dignado dar respuesta, el tiempo pasa y el gobierno uruguayo se mantiene a la espera, demorando inversiones de capitales privados que son estratégicas y que pueden perderse. De acuerdo a los tratados bastaba con dar cuenta al gobierno argentino, no era necesario esperar su "autorización", pero allí está el gobierno uruguayo esperando la respuesta, expresando de ese modo un grave "temor reverencial" hacia nuestros vecinos.

Se ha acordado en forma conjunta la construcción de una planta regasificadora, instrumento de importancia muy alta para consolidar la seguridad energética de nuestro país, sin embargo los representantes del gobierno argentino están demorando la toma de decisiones de manera tan evidente y grosera como también "ponen obstáculos y palos en la rueda" al proceso licitatorio para el dragado del Canal Martín García. Nadie puede dudar de que tanto el dragado del Canal Martín García como la construcción de la planta regasificadora tienen un valor estratégico y geopolítico enorme para nuestro país, sin embargo nos mantenemos en actitud de expectativa y se acepta "bonachonamente" la inexplicable demora de los vecinos.

La venta de energía eléctrica de Paraguay a Uruguay fue obstaculizada por el gobierno argentino mediante el cobro de un peaje de monto totalmente abusivo por su transporte a través de la red de energía argentina. Sin embargo, mientras el gobierno uruguayo se mantuvo en silencio, fue necesario que el gobierno paraguayo denunciara y criticara la situación generada.

En octubre el gobierno argentino promovió en la reunión del Grupo de los 20 que Uruguay fuera incluido en la lista de países cuestionados; la inclusión de Uruguay en la famosa lista que leyó el Presidente francés fue instigada e impulsada por las autoridades del gobierno argentino. Por si quedaba alguna duda, existen pruebas mediáticas que confirman que la Cancillería argentina promovió el cuestionamiento a Uruguay. Sin embargo, el gobierno uruguayo fue muy enérgico con Francia, al punto de crear un incidente diplomático, mientras que "hizo la vista gorda" con respecto a la responsabilidad argentina, intentó ocultar su participación y descalificó a quienes cuestionamos la participación de Argentina en ese episodio.

A pesar de este "rosario" de episodios contrarios a nuestro interés nacional, y sin tener "arte ni parte", el gobierno uruguayo tomó la iniciativa de declarar que los buques de bandera de Malvinas no serían autorizados a ingresar en nuestros puertos; lo que llevó a un conflicto diplomático público con el gobierno británico y un conflicto más disimulado con el gobierno de España por la afectación del comercio que esta postura sorprendente y repentina, aparejaba. Nuevamente el objetivo central del gobierno uruguayo era su complacencia hacia el gobierno vecino.

Dos meses antes del comienzo de la temporada de verano, el gobierno argentino toma medidas de política cambiaria que no tuvieron otro efecto que afectar la venida de ciudadanos de ese país a veranear a nuestras costas. Todas las opiniones de los operadores turísticos indican que la temporada ha sufrido por el impacto de dichas medidas.

Finalmente, y lo más grave, contrariando las normas más básicas del MERCOSUR, el gobierno argentino ha aprobado medidas de limitación del comercio que afectan en forma directa y grave a las exportaciones de empresas uruguayas hacia ese país. La balanza comercial es abrumadoramente favorable a Argentina y el monto de las exportaciones uruguayas en el total de las importaciones argentinas es mínimo; sin embargo el gobierno argentino ha decidido aplicar de todos modos las medidas proteccionistas que afectan gravemente el ingreso de nuestros productos al vecino país.

Nuevamente, la actitud de nuestro gobierno es la de "apaciguar los ánimos" y "negociar lo que se pueda"; privilegiando el buen tono de las relaciones bilaterales por encima de los intereses de nuestro país, de nuestras empresas y puestos de trabajo. En este caso, parece haber una creciente disonancia dentro de las posturas del gobierno, en la medida que comienzan a escucharse voces que reivindican un cambio de estrategia en la relación con los vecinos. Alentamos y deseamos que estas posturas puedan convertirse en un freno a una política exterior cada día menos entendible y menos compartible.

Entre tanto, se sigue avanzando en un acuerdo sobre intercambio de información tributaria que, a la luz de lo ocurrido en estos últimos dos años, genera una enorme preocupación en todos los agentes empresariales de nuestro país y de la vecina orilla, por cuanto la propensión a "conceder" y a "evitar enfrentamientos" que ha demostrado la conducción de la política exterior uruguaya genera temores lógicos y preocupaciones muy fuertes.

El repaso es impactante y enormemente preocupante. Es difícil encontrar en nuestra historia reciente, tantos episodios juntos en los que haya quedado de manifiesto tal grado de ausencia de reciprocidad entre las actitudes de los gobiernos de ambos países; a cambio de nada.

Es necesario advertir que la reivindicación del cumplimiento de los acuerdos del MERCOSUR para restaurar las reglas de juego en el comercio bilateral y las garantías que deben contener los acuerdos de intercambio de información con Argentina son decisiones de enorme envergadura que podrían generar graves perjuicios a la economía de nuestro país; es imprescindible que el gobierno asuma estas preocupaciones y evite que las decisiones argentinas afecten las condiciones actuales de nuestra economía y de su capacidad para captar inversiones.