En medio de las negociaciones derivadas del documento emitido por su Tribunal de Etica, lo contingente parece perder de vista lo trascendente, es decir, aquellas acciones que proyectan sus consecuencias positivas en el futuro. Una de esas acciones es, por su trascendencia política y ética, el documento emitido por su Tribunal de Etica.
El documento demuestra que hay en el partido de gobierno un organismo que tiene un sentido de lo ético y una independencia política de una jerarquía capaz de decirle al vicepresidente de la República que su conducta en el manejo de dineros públicos ha sido francamente inaceptable, y que además, en su intento de defensa, le mintió.
Si el Plenario del Frente Amplio estuviera a la altura de su Tribunal de Etica, podría aprovechar esta chance, acaso la última, de rescatar a la fuerza política del bochorno al que la expuso Raúl Sendic. En este sentido, el Plenario debería hacer suyas las conclusiones del Tribunal, respaldar explícitamente la actuación de sus miembros, y sancionar al inculpado, de un modo que no deje dudas sobre su compromiso con la decencia y la buena administración.
Más aún, el Plenario debería exigirle al imputado que se disculpe ante la ciudadanía y devuelva el dinero. Y para redondear una jornada ejemplar, el órgano de decisión frentista podría transmitirnos a todos la garantía de su compromiso con la ética y la transparencia, promoviendo medidas administrativas y aún legales más rigurosas. Todo eso como consecuencia de la actuación de su propio Tribunal de Etica. A estas horas, nada de esto parece posible, lo que compromete seriamente el futuro de la fuerza política.
Hace apenas unos días, el oficialismo se encontró con un jerarca ministerial procesado por los delitos de conjunción de interés público y privado y usurpación de título universitario, por haber contratado a su hermana para la función pública. Esto pasó relativamente inadvertido ante la inminencia de que su vicepresidente terminara condenado por el Tribunal de Etica. Podríamos preguntarnos si es apenas un episodio o si este hecho tiene características de sistémico (las jerarquías del Ministerio sabían de este hecho por lo menos hace un año, sin tomar ninguna media contra el ahora procesado), lo que apuntaría a un estilo de ejercer la función pública igualmente inaceptable.
Quizás el Frente Amplio esté en el umbral de convertir una crisis en una oportunidad. Quizás su Plenario del próximo sábado sólo empeore las cosas, si esto fuera posible, en un escenario de corto y mediano plazo más complicado, en la medida en que la Justicia comience a expedirse en juicios como los de Aire Fresco, la regasificadora, Fondes y la propia Ancap.
Nadie en el Plenario debería tener dudas de que exculpar o minimizar la responsabilidad de Sendic no es una alternativa, puesto que las consecuencias sobre la organización y el país son todas negativas. Pero a veces nadie es mucha gente y las organizaciones, aún las que están integradas por voluntarios, también se suicidan.
Gerardo Sotelo