La campaña hacia el balotaje arrancó complicada y un análisis sobre las hipótesis de éxito de los contendores, augura un futuro todavía menos apacible. Los nacionalistas tratan de hacer foco en que le están ofreciendo al país un candidato con antecedentes y porte estadista. Al mismo tiempo, lanzaron a Larrañaga a recorrer los departamentos aliancistas, donde se fugaron miles de votos blancos del 2004. La conferencia de prensa realizada en el Palacio Legislativo, mostró una fórmula presidencial preparada para el retrato y el marketing electoral, lo que incluyó mampostería, diseño gráfico y hasta un pasaje por el coiffeur, que hizo lucir a Lacalle como la reencarnación de Ted Kennedy. En el terreno argumental, las cosas no le serán tan fáciles.
El comando nacionalista deberá convencer a los indecisos que dividir el gobierno entre un partido con mayoría parlamentaria y un presidente en minoría, es una mejor opción que otorgarle a Mujica todas las llaves del poder. Para eso tendrá que demostrar que lo primero no generará inestabilidad institucional y que lo segundo encierra riesgos de una naturaleza inexistente durante la Administración Vázquez.
Tarde o temprano, los nacionalistas van a tener que personalizar la campaña en Mujica, si no quieren naufragar en el discurso impreciso y poco motivador de la ingeniería institucional. Es muy probable que, a medida que se acerque la fecha del balotaje, el discurso nacionalista vaya tomando un rumbo más duro y personalizado, lo que dependerá, en buena medida, de los resultados de las encuestas de opinión pública, que se conocerán a mediados de la próxima semana.
Lo curioso del caso es que, quienes exhibieron un discurso más agresivo en este comienzo de campaña fueron Mujica y Astori. El presidenciable arremetió contra nacionalistas y colorados, reprochándole a los primeros que están llenos de golpistas y a los segundos que se quedaron sin batllismo. El planteo resulta extremadamente descalificador para dos partidos que suman el 46 por ciento del electorado y cuyos votos no vendrían nada mal a las chances de la fórmula frenteamplista.
Pero más sorprendente fueron las declaraciones de Danilo Astori, diciendo que el Frente Amplio es "la única fuerza partidaria con autoridad moral y política para levantar y utilizar como verdadero símbolo de su propuesta los símbolos artiguistas". ¿No se suponía que Astori es el encargado de darle ponderación a la fórmula? ¿De dónde van a salir los votos que le faltan al Frente Amplio para ganar el balotaje sino de los partidos sin "autoridad moral"? El comentario del ex ministro de Economía amenaza con hacer derrapar la campaña hacia el "pasado reciente", un escenario en el que Mujica tiene mucho más para perder que sus competidores. Pero además, la radicalización de los candidatos oficialistas en este comienzo de campaña, opaca su anunciada voluntad de convocar a mayorías para gobernar, en caso de triunfar el próximo 29 de noviembre. La campaña hacia el balotaje arrancó complicada, y seguramente se ponga peor.
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