Si hay un sector donde los diferentes gobiernos del Frente Amplio pueden exhibir sin lugar a dudas los mayores avances es en materia energética. Luego de décadas de paralización de las inversiones y simples retoques que llevaban al país a una grave crisis, se ha producido cambios muy significativos y positivos.
Grandes inversiones en generación termoeléctrica (Punta del Tigre 300 MW inicialmente en ciclo abierto más 830 MW de la central de ciclo combinado, gas y gas oil), en construcción, y sobre todo 1.000 MW de energía eólica, lo que puso al Uruguay a la vanguardia a nivel regional y mundial en la proporción de energías renovables en su matriz energética.
Uruguay puede ser hoy exportador de energía, cuando hace 10 años tenía un déficit crónico agravado por un crecimiento constante del consumo anual promedio del 3 %. Eso en medio de Argentina y Brasil que tienen importantes déficit en la generación eléctrica.
A todo este proceso hay que agregar el proyecto y la ejecución fallida de la construcción y puesta en funcionamiento de la planta regasificadora de Puntas de Sayago en el oeste del departamento de Montevideo. Hacer la historia de todo el proceso sería muy largo.
Lo que ha quedado luego de la cancelación del contrato con GNLS (Gaz de France y Marubeni) responsables de la construcción y puesta en funcionamiento de la planta al ganar el llamado internacional y que contrataron en forma directa a la brasilera OAS para la parte de ingeniería y de construcción de las obras (muelle rompeolas y de atraque de los cargueros de gas licuado y de la nave propiamente regasificadora).
La capacidad contratada originalmente con GNLS era de 10 millones de M3 diarios de regasificación y de almacenamiento de 263 millones de m3 de gas natural licuado (GNL). El consumo actual del Uruguay (sin la planta termoeléctrica de Puntas del Tigre) ha alcanzado un máximo de aproximadamente 300 mil m3 diarios. Un proceso de distribución a la industria y a la UTE del gas permitiría llevar el consumo a aproximadamente 3 a 4 millones de m3 diarios en algunos períodos. El resto de la capacidad instalada debe ser exportado y hay un solo destino posible: Argentina.
Para ello son necesarias tres condiciones: a) que Argentina tenga un déficit de ese combustible, actualmente ese déficit es en los momentos de consumo pico, de más de 100 millones de M3. b) que existan estructuras para el transporte del gas desde Punta de Sayago hasta la Argentina. Existe, al gasoducto Cruz del Sur, originalmente pensado para traernos gas, se le pueden hacer fácilmente los cambios técnicos necesarios para transportar hasta 5 millones de M3 diarios (en el recorrido terrestre y muy superior en el subfluvial en el departamento de Colonia) Hay que agregar que se invirtieron ya casi 50 millones de dólares para construir un gasoducto entre Punta de Sayago y la planta de UTE de Punta del Tigre pero que también permite la conexión con el gasoducto binacional y por último, c) tiene que haber la voluntad política y comercial de que alguien en Argentina compre el gas y garantice la compra por al menos 15 años. Este era el aspecto más complicado o casi imposible durante el gobierno K.
Las cosas cambiaron, al menos es lo que anunciaron ambos presidentes (Mauricio Macri y Tabaré Vázquez) en su primer encuentro:
Declaración conjunta de la cumbre
"Vázquez confirmó planta de regasificación y venta de parte de lo producido a Argentina
Publicado: 07.01.2016 Página de la Presidencia de la República.
El Presidente Tabaré Vázquez, en declaración conjunta con su par argentino, Mauricio Macri, destacó que Uruguay instalará la planta para volver el gas licuado a su estado natural y que parte de lo que allí se produzca será destinado a Argentina, ventas que se podrán concretar en alrededor de un año. Calificó, además, de revolucionario el acuerdo logrado para elaborar un plan estratégico binacional de política portuaria". Eso se anunciaba en enero del 2016.
Nueve meses después en una entrevista en radio El Espectador a la ministra de Industria, ingeniera Carolina Cosse, afirmaba:
Pregunta del periodista Daniel Castro: ¿No es un hecho que tengamos regasificadora?
No, hasta que no lo definamos.
P: ¿Y cuándo se define?
Pronto, yo creo que este año
¿Este año?
Con todas las cartas sobre la mesa. Porque ya casi, vamos a tener el estudio de ingeniería prácticamente terminado, estimando los costos del proyecto, que por ahora me voy a reservar, y bueno, se va a hacer una licitación, vamos a licitar la obra, vamos a saber cuánto va a costar la obra, vamos a saber qué oferta hay comprometida, en forma vinculante, en forma vinculante y con esos números vamos a ver la realidad de un... del proyecto.
¿No basta el compromiso de Argentina en cuanto a la demanda, hay otros elementos que se deben considerar?
No es un tema de compromiso, la demanda la vamos a medir en la realidad..."
Hay dos visiones entre los especialistas, una de que la planta regasificadora es una necesidad y un objetivo estratégico, siempre que sea bien ejecutado el proyecto y el manejo de la propia empresa y están los que sin decirlo claramente opinan que la planta no es necesaria.
Estudié con bastante atención el tema y creo que si se consideran el conjunto de los factores, inclusive la incorporación de los más de mil MW de energía eólica (que necesitan generación firme de respaldo), la planta regasificadora y el puerto multipropósito que se construiría como derivado en Punta de Sayago, es una apuesta estratégica muy conveniente y necesaria.
En particular agrego dos frentes diferentes del uso de la energía: Primero para aumentar de forma muy significativa el riego hay que abaratar mucho la energía para los productores y eso solo se puede hacer con la planta regasificadora y en segundo lugar para utilizar energía y su bajo precio como un factor de promoción industrial y productiva. Los costos actuales de la energía eléctrica son una limitante básica.
Para alcanzar el objetivo tantas veces mencionado por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca Tabaré Aguerre de pasar del actual nivel de producción de alimentos por parte de Uruguay para satisfacer la demanda de 28 millones de habitantes, hasta 50 millones es imprescindible aumentar de forma considerable el riego. En ese caso el problema no es la disponibilidad de agua, sino de energía para operar los sistemas de riego.
¿Cuál es la situación, la que describió el presidente luego de su encuentro con su par argentino o la que describe la ministra Cosse en sus recientes declaraciones a la prensa?
A todo esto se agrega un tema no menor, que plantea tanto la empresa Montevideo Gas como el sindicato de los trabajadores del sector, es el fin del contrato de suministro por parte de Argentina del gas necesario para que funcione la distribución por cañería, sobre todo en la zona metropolitana.
La planta regasificadora no es viable a cualquier costo. No hay dudas que la potencial demanda interna cambió sustancialmente desde que se proyectó inicialmente la obra debido fundamentalmente al crecimiento fuera de programa del parque eólico y al poco interés de ANCAP de fomentar el uso del gas natural. La venta de capacidad de regasificación establemente a Argentina será posible en la medida que su tarifa sea competitiva con las obtenidas por ese país en sus instalaciones propias. ¿Se están considerando cuáles son los costos del proyecto que la ministra por ahora se "reserva"? Parece claro que hasta tanto no se sepan no será posible discernir la viabilidad económica del proyecto. Por otra parte, ¿el tamaño elegido del regasificador y las obras de infraestructura proyectadas (muelles y escollera) son los adecuados?
Una enorme interrogante crece entre los directamente actores involucrados ¿habrá gas? Lo cierto es que las decisiones que se adopten ahora tendrán una influencia por mucho tiempo y en toda la matriz productiva nacional. Es decir en el conjunto del proyecto nacional.
Todo eléctrico.
No hay dudas de que hay diferentes visiones sobre el tema energético en nivel del gobierno y del Estado. Una es la que difundió la Presidencia luego del encuentro en Anchorena en el mes de enero, otros son los movimientos del Ministerio de Industria, Energía y Minería y las serias dudas sobre la regasificadora y otra la de las autoridades de UTE que dan la impresión, y algo más, que pretenden que todo el consumo hogareño que se abastece de gas por cañería, pase a utilizar todo eléctrico, cocinas, calefones, calefacción. Son más de 50 mil consumidores y los costos que deberían pagar, de acuerdo a las actuales boletas de consumo de UTE, serían muy superiores a las actuales, además de los enormes costos por el cambio del equipamiento.
En la prensa han aparecido variadas versiones sobre estas diferencias, lo cierto es que todo está en alta mar y la planta regasificadora no navega precisamente en aguas calmas y seguras, al contrario.
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