Contenido creado por Inés Nogueiras
Cybertario

Redimidos

Redimidos

"Si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre para redimirlo, entonces es rock & roll...".

16.10.2013

Lectura: 3'

2013-10-16T08:01:00-03:00
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Esta sentencia de Pete Thownshend, el líder de los Who, fue lo primero que me vino a la mente cuando vi la foto del presidente Mujica empuñando una guitarra Gibson Les Paul, recibida de manos de Steven Tyler. Nunca tomé en serio la música de Aerosmith y menos en sus años de rock geriátrico, pero ni su más fanático seguidor podía imaginarse que un día protagonizarían de uno de los retratos más simbólicos y contundentes sobre el fin de una época.

Había una vez una generación que quería hacer una revolución. Sus muchachos perseguían utopías divergentes y utilizaba métodos antagónicos, pero de algún modo, todos querían cambiar el mundo. Los revolucionarios confiaban ciegamente en que, cambiando las estructuras económicas, la humanidad sería otra. Por eso no reparaban en los daños colaterales. El rock también proponía una ruptura con los valores convencionales pero sus excesos no se cebaban en el prójimo sino en sus propios catecúmenos. "Sería mejor que liberaras tu mente", advertía el gran John Lennon en pleno 1968, pero nadie parecía dispuesto a escucharlo.

El experimento fracasó en toda la línea. Desde las "revoluciones populares" a las comunas hippies, el ser humano demostró que su espíritu libertario era capaz de doblegar, o al menos de exponer en toda su iniquidad, cualquier intento más o menos organizado de adoctrinamiento. Con su voz estridente y su poética, el rock también se alzó contra el status quo, la desigualdad y la guerra. Para millones de jóvenes en todo el mundo, fue una alternativa existencial contra el conservadurismo de la derecha y el dogmatismo de la izquierda. José Mujica y Steven Tyler, viejos referentes de colectivos que se aborrecían mutuamente, parecen haberse encontrado, ya septuagenarios, para ver quien ganó aquella guerra. La foto no deja lugar a equívocos.

Cuando Tyler define a Mujica como "un luchador por la libertad" no se refiere a sus años de secuestros y ejecuciones sumarias sino a su entereza para enfrentar la cárcel, y más que eso, a su posterior apuesta por la lucha pacífica y la democracia. No es por haber sobrevivido a "los excesos de los setenta", como sabiamente ironizó el colega Martín Otheguy, que Steven Tyler se abrazó un día con el presidente Mujica y le regaló una copia de la legendaria guitarra, sino porque esa revolución la ganó el rock y no la guerrilla. Los pocos guerrilleros exitosos construyeron tiranías similares a las que derrocaron y fueron muy poco amistosos con los rockers. Una foto de Mujica entregándole un fusil a Steve Tyler sería una ucronía improbable.

"En muchos aspectos nosotros también somos luchadores por la libertad", dijo Tyler con razón. El rock hizo mucho por cambiar el mundo porque supo responder adecuadamente al ansia de creación y libertad del ser humano, sin reclamar sangre para redimirlo.

Gerardo Sotelo