Terminó la Copa de las Confederaciones, Campeón Brasil, segundo España, tercero Italia y cuarto Uruguay.
Una vez más obtuvimos un 4º puesto a pesar de haber jugado bien contra Italia al que creamos por momentos bastante peligro. El partido y el alargue terminaron 2 a 2 y, en los penales, los italianos nos ganaron.
Sobre la definición de la Copa, diré que Brasil le ganó sin mayores dificultades a España e, incluso, el 3 a 0 final no refleja bien su superioridad que, por momentos, fue absoluta. Cuando a principio del segundo tiempo Brasil logró el tercer gol, pasó a tocar en forma intrascendente, como generalmente lo hace España y no trató de aumentar el tanteador.
Fue un campeonato interesante y demistificó algunas cosas, cómo que España es invencible.
Cuando en la mitad del segundo tiempo del partido Uruguay / España entraron Lodeiro y Forlán y Uruguay en vez de poner todo el mundo a correr detrás de los españoles pasó a correr menos, a escalonar a los pocos jugadores españoles que trataban realmente de crear peligro, sin salirle a los que se dedicaban al toque lateral y a mantener delanteros en función de tales, me pareció que España se empezó a sentir incómoda e, incluso, se produjo el descuento por tiro libre muy bien aprovechado por Suárez. Fue una impresión y lo que faltaba del partido no permitió sacar conclusiones definitivas.
En su semifinal, usando básicamente la misma disposición de Uruguay en los últimos minutos contra España, Italia neutralizó a España y la dominó por largos períodos. En los penales España ganó.
En la final, Brasil salió decidido a ganarle a España desde el primer momento y lo logró ampliamente.
Espero que hayamos tomado buena nota de estas experiencias para cuando debamos enfrentar nuevamente a España, que es un buen equipo, con buenos jugadores y que gusta mucho especialmente a los que se deslumbran por aquel que es capaz de hacer un gran número de pases sin perder la pelota, aunque esos pases sean muy poco relevantes en cuanto a crear peligro para el rival.
España es un buen equipo pero no es un equipo invencible: en realidad no hay equipos invencibles cómo, por ejemplo no lo fue la Holanda de 1974, que usaba las mismas ideas que hoy usa España, que tenía a jugadores como Cuyff y buscaba siempre el arco rival y creaba mucho más peligro y convertía muchos más goles.
Pero razonablemente el objetivo no era ganar la Copa de las Confederaciones sino disputarla dignamente y aprovecharla para tratar de volver al nivel de gran equipo que tenía Uruguay hasta hace poco más de un año a los efectos de lograr la clasificación al próximo Mundial.
El mes de junio fue muy bueno para la Selección Uruguaya: se le ganó a Francia en Montevideo, a Venezuela por la Eliminatoria en Puerto Ordaz, se tuvo la experiencia de jugar contra España, aunque se perdió, se jugó contra Nigeria, Campeón de África y se le ganó bien, se jugó contra Tahiti en carácter de práctica porque el rival no daba para más, se jugó muy bien contra Brasil al cual se maniató y asustó durante casi todo el partido, aunque se perdió al final por deficiencia propia en un corner, se jugó bien contra Italia y se perdió en los penales…
Finalmente apareció en la Selección Uruguaya el real Cavani… Varios jugadores recuperaron su nivel y, en general, estos siete partidos sirvieron mucho para mejorar el entendimiento de conjunto que últimamente era malo.
Ahora esperemos el partido contra Perú en Lima. Ha sido una muy buena preparación.