Luego del largo camino electoral viene el momento de definir los rumbos. Las promesas hay que transformarlas en realidades, en filas de ladrillos que construyan el ambicioso edificio del nuevo gobierno, de sus obras, de sus acciones y de sus resultados. Lo definitorio son los resultados.
Lo más flexible y dúctil que inventó el ser humano y en especial la política son las explicaciones. Sirven para todo y el contrario de todo. La capacidad de argumentar y explicar es infinita, total. Por eso cada uno de nosotros se pone más exigente, más sensible, entre otras cosas porque tiene los compromisos electorales frescos en la memoria.
Y debo decir que en estas pocas jornadas desde que ganó la fórmula Mujica - Astori me siento muy representado y muy alentado. Ahora que terminó la campaña electoral, que nadie disputa votos, que faltan cinco años para las próximas elecciones, que no aspiro a ningún cargo y eso me da ciertas ventajas, digo las cosas con la mayor claridad posible y si tengo que criticar lo haré fuerte y claro.
La fórmula, es decir la gran promesa de actuar juntos y de representarnos juntos cada uno en su rol institucional, sigue trabajando de la misma manera. Es además de una buena señal parte del compromiso. Y trabaja duro y en forma constante, no cumpliendo ritos, sino contactando la realidad en sus más diversas expresiones. Lo sigo con mucho interés.
La economía sigue dando señales muy claras de tranquilidad, de confianza y de avance. Son los resultados de la gestión de este gobierno, pero si hubiera la mínima duda de parte de los "agentes económicos" ya estaríamos a los apurones y a las aclaraciones. Todo lo contrario, impulso y seguridad. Y un equipo económico que fue prometido en la campaña. Con capacidad política y técnica. En ese orden.
La relación con la oposición es la prometida. No sólo formalmente sino en la perspectiva de la incorporación de sus técnicos y representantes en los entes, bancos, organismos públicos y en los equipos que abordan los cuatros temas estratégicos de la seguridad, la educación, la energía y el medio ambiente. Vamos por buen camino, sin euforias pactistas y moncloistas. Políticas nacionales y diferencias nacionales. Nación y democracia.
Los discursos de la noche del 29 fueron cortos y muy buenos. Mujica actuando con grandeza, con sentido de Nación y como parte de una mirada estratégica y humana y Astori reivindicando la necesidad de nuevas y renovadas formas de participación ciudadana en el futuro gobierno y en la política.
Los primeros contactos y movidas tuvieron claras prioridades. La reforma del estado y sus diversos actores, la educación y sobre todo la política. El principal mérito es el ritmo, el volumen de trabajo. Gobernar es laburar duro, porque lo principal que se administra es el tiempo de la gente. Y la fórmula que viene de una dura baqueta electoral no ha parado un instante.
Después viene el tema de los cargos. Tarea nada fácil. Porque se entrecruzan factores políticos, de fuerza, técnicos y de capacidades y humanos. En la izquierda es materia muy compleja. Porque es difícil congeniar las grandes causas nacionales y de la sociedad con los problemas o los temas personales y concretos. Pero en ese equilibrio se juega la suerte de un gobierno a lo largo de cinco años. Y creo que comenzamos bien.
Siempre habrá compañeros valiosos que no quedarán conformes. Es natural. Pero las designaciones anunciadas son equilibradas entre los sectores, no son milimétricamente proporcionadas porque no lo pueden ser, incluyen un independiente, un sin partido que es uno de los mejores dirigentes sectoriales y técnico de un sector de punta del campo uruguayo, Tabaré Aguerre. Buena señal para un sector muy sensible.
No hay predominancias absolutas y se trata de recoger experiencias del anterior gobierno. Continuidad, renovación y cambio. Y rapidez. Otro punto a favor. También algunas designaciones anunciadas demuestran voluntad de continuidad pero en algunos casos de cambio, de asumir riesgos. Sin riesgos no se gobierna.
Habrá que seguir con mucha atención los pasos futuros, las prioridades, la construcción de una nueva relación con la oposición de diferencias y acuerdos y el diálogo con los sectores sociales. Y ser tan exigentes y críticos como lo reclaman los grandes objetivos que nos hemos impuesto ante la gente.
Quedan algunas materias pendientes. Importantes. El Frente Amplio para el futuro periodo de gobierno y para mirar más lejos que recoja las experiencias de este periodo de gobierno y de la campaña electoral. Es un tema nacional, la relación de la fuerza política y a través de ella de los ciudadanos frenteamplistas es parte del Proyecto Nacional, como lo es la relación con las diversas fuerzas políticas y sociales.
Y el otro tema son las elecciones de mayo. Estamos un poco raspados de tantas elecciones, pero que se vienen se vienen y hay que tener algunas cosas claras:
- No hay país de primera sin una capital de primera.
- No hay Proyecto Nacional sin protagonismo descentralizado y constructor de parte de los gobiernos municipales. Los de izquierda y los otros.