Dos de la mañana y la tele prendida, un café como apoyo y la esperanza a flor de piel a la espera que el 25 de setiembre sea un día que quede marcado en la historia del rugby nacional.
Los análisis previos de los entendidos servían para enmarcar el partido que se estaba por venir: Fiji, décimo del ranking mundial, que hace unos días le había jugado un partidazo a los Wallabies y ahora era el rival de turno.
Pero en mi cabeza la espera pasaba por otro lado, recordando cómo fue mi vinculación con los Teros durante mi carrera como periodista, algo que comenzó antes incluso de ejercer la profesión, mirando los resúmenes de algunos de sus partidos en el viejo "Polideportivo" del canal 12.
Las memorias del Mundial de Gales 1999 son bastantes lejanas, se me vienen imágenes de aquel festejo ante España, el primero en la gran cita del rugby, un equipo encabezado por Diego Ormaechea que ya daba muestras de que el camino estaba en marcha.
Allá por el 2001 tomé formalmente el desafío de ser periodista y llegué para cubrir el rubro denominado polideportivo, aunque para la jerga eran los denominados "deportes menores", un área fascinante, poco explorada y con muchas disciplinas que abarcar.
Es cierto, nunca estuve ni cerca de ser un especialista del rugby - como hay muchos y muy buenos en nuestro país-, pero jamás les saqué el ojo de arriba y en el camino que recorrí muchas veces me los crucé en el trayecto.
Los minutos iban pasando y el partido con Fiji estaba a punto de arrancar en Japón, la tele inamovible de la señal que transmitía el partido y el ritual del himno a poco de iniciar.
Allí recordé aquellos partidos en el Parque Saroldi, sendero que Uruguay recorrió para llegar a su segundo Mundial, el de Australia, ya con Ormaechea como entrenador y un nuevo paso al frente con el triunfo ante Georgia, un rival complicado. Ríos de tinta en la redacción preparando la edición de otra victoria de esas que marcaron.
Las eliminaciones para las citas de 2007 y 2011 fueron un golpe duro para el deporte de la ovalada es cierto, como también hizo que por momentos le perdiera la pista a los Teros, hasta que apareció el Charrúa, allá por el 2013, no solo casa de los nuevos Teros, sino un Centro de Alto Rendimiento para este deporte marcó un antes y después.
A esa altura las lágrimas de los rugbiers celestes mientras entonaban el himno nacional hizo erizar al más escéptico de los nacidos en nuestra tierra, anticipando que, si bien los isleños tenían todos los pronósticos a favor, enfrente estaba un grupo unido dispuesto a dejar la piel en cancha, que se preparó a conciencia y afrontando cualquier obstáculo que se le pusiera en el camino.
Juan Manuel Gaminara, el capitán, antes de viajar me contó de los malabares que hicieron para llegar a punto a Japón, pidiendo licencias laborales, aplazando exámenes en los estudios, combinando responsabilidades familiares con deporte e incluso en algún caso hasta dejando su trabajo para poder dar el máximo en la preparación.
El Mundial de Inglaterra 2015 volvió a contar con presencia celeste, era el renacer del Ave Fénix que tuvo su gran día de gloria un 25 de setiembre de 2019.
Saltando en cada jugada, gritando en el edificio donde vivo a riesgo de que algún vecino me llamara la atención y otra vez con la piel erizada por la entrega de un equipo que mostró unidad, convencimiento y entrega, fue como transité por esos minutos finales de un duelo con ribetes épicos.
Los tackles de Agustín Ormaechea, lesionado del hombro, que encarnando aquella gesta de su padre en Gales 1999 se tiraba de cabeza para defender cada acción, mostraron el amor que había por una causa que transitó un proceso que ahora entregaba la flor más bella.
Las lágrimas, abrazos, festejos y emoción de los jugadores y staff tras el triunfo de los Teros en Kamaishi quedarán marcados a fuego en la historia, no fue un día más, fue el día que Uruguay le pegó un cachetazo al mundo, que golpeó la mesa y que premió a un grupo de "gladiadores", esos que hacen enorgullecer a propios y extraños.
"La pasión por este deporte nos lleva a soñar con lo impensable y romper realidades", dijo el presidente de la Unión de Rugby del Uruguay, Pablo Ferrari en una entrevista que le realicé para FútbolUy días antes de partir. Las horas pasaron, pero la dimensión de lo alcanzado quedará por largo rato en la retina de una madrugada inolvidable para nuestro país.