Por Juan Pablo Labat*
En Uruguay tenemos unas 200.000 familias registradas como vulnerables en la base de Asignaciones Familiares del Plan de Equidad, cerca de 80000 de ellas además están en la base de la tarjeta del MIDES. Además tenemos unos 50.000 hogares totalmente informales que no están en ninguna base de datos, de los cuales unos 30.000 pertenecen a la mitad de menos ingresos de la población. También tenemos un conjunto no menor de trabajadores formales dependientes, o por cuenta propia, de bajos ingresos, que están perdiendo capacidad adquisitiva, algunos en forma muy significativa.
En esta coyuntura estamos en un piso mínimo de 300.000 hogares en situación de vulnerabilidad y con serios problemas para cumplir con un aislamiento social que supere los dos o tres días y por ello es urgente tomar medidas, realizables y con prontitud.
El día 27 el gobierno anunció un impuesto a los funcionarios públicos que ganen más de 80 mil pesos líquidos; ello sería un primer aporte a un fondo nacional para combatir el coronavirus y la propuesta va en sintonía con diversos planteos que se han hechos desde el sistema político. Dicho planteo está moralmente justificado a través de la idea de que los funcionarios públicos, deben y pueden hacer una aporte en este momento, si es que se trata de aquellos con buenos salarios que tienen las necesidades básicas obviamente satisfechas.
Quienes somos sensibles a la desigualdad social y a la situación actual de emergencia no podemos ver con malos ojos la propuesta, pero tampoco podemos dejar de observar el sesgo ideológico profundo que comporta, y en especial de quienes salen un día sí y otro también a comunicar a la población que "no están haciendo política".
El comentario proviene porque una estimación generosa del monto que recaudaría dicho impuesto, algo difícil de descifrar en su diseño al día de hoy, muestra que no llegaría a una importante recaudación y torna incomprensible el porqué de definir a pasivos y públicos como población de referencia del impuesto y no también a privados con buenos ingresos, tanto provenientes del trabajo como del capital.
Partiendo de la eventual situación de recrudecimiento en el contagio de la enfermedad y sus consecuencias, se hace imprescindible elaborar una propuesta de política y una propuesta de financiamiento para la misma, que habilite medidas de mayor aislamiento social, imposible de realizar sin poder costear el mínimo de las necesidades básicas.
La propuesta de política que ya fue explicada en un documento anterior titulado "Propuesta para enfrentar la crisis" circulado por redes y publicado en Caras y Caretas el 24 de marzo y en La Diaria del 27 de marzo, consistente en una transferencia mensual de un ingreso mínimo de subsistencia que podría ser de unos 10 mil pesos, como para realizar los surtidos de almacén para la supervivencia mensual mínima, básica. Dicha transferencia se depositaría en las cuentas donde la gente cobra las transferencias monetarias del gobierno, (tarjeta MIDES, Asignaciones Familiares, pensiones, etc.) para la gente más pobre, pero quedaría disponible en forma de crédito de consumo para cualquier hogar que no cobre transferencias ni tenga otros planes de apoyo, siendo necesariamente repagable luego de una moratoria que garantice estar lejos de la crisis y en pagos pequeños a través del recibo de UTE, OSE, jubilación u otros, y siempre y cuando la situación social haya mejorado. Esto garantizaría a partir de un simple llenado de un breve formulario en una página web con la identificación del hogar aspirante, el acceso a ese ingreso (crédito), habilitando que nadie quede sin ingresos de un día para el otro y que quienes accedan a ellos y tengan capacidad de pago lo retornen al Estado en un plazo razonable.
En arreglo a este diagnóstico y esta propuesta se nos presentan dos interrogantes sustantivas:
1- ¿Quiénes y cómo debemos financiar la solución del acceso a estos ingresos?
2- ¿Qué volumen de recursos se precisan para financiar una medida de esta naturaleza?
Se propone un escenario que muestra posibilidades de desarrollo y de financiamiento de una medida como la considerada, pudiendo existir muchos otros escenarios equivalentes considerar.
Se plantea a continuación un ejercicio de estimación a partir de ECH (2), el cual presenta una recaudación fiscal extraordinaria sobre el IRPF categoría 2 (trabajo), así como se proyectan escenarios de recaudación alternativos sobre rentas del capital, que junto a otras estrategias favorezcan el crecimiento del "Fondo Coronavirus" (FC) lanzado por el gobierno, de modo de propiciar la mejora de las prestaciones a los hogares que han perdido recursos en forma repentina y que no podrán enfrentar la situación tan sólo con alguna canasta mensual como está proyectado.
¿Cuánto aportaría un aumento temporal del IRPF categoría 2 (ingreso personales) que incrementara algunos puntos en las distintas franjas siguiendo el siguiente detalle?
Elaboración propia en base a ECH
Este cuadro muestra la modificación de las tasas por franja de ingresos, tanto para IRPF como para IASS, para lograr un mayor aporte de toda la población trabajadora y pasiva de ingresos medios y altos al Fondo Coronavirus, lo cual mejoraría la recaudación mensual aportando unos 1300 millones de pesos, y repartiendo el costo entre buena parte de la población.
La razón de tanta mejora en la recaudación (muy superior a la recaudación propuesta por el nuevo impuesto del gobierno) es la inclusión de muchos más cotizantes (privados y públicos, dejando sólo por fuera a quienes no sobrepasen los 45.190 de sueldo o pasividad nominal, aunque a tasas incrementales mucho más bajas que las propuestas por el gobierno), nótese que los aumentos de tasas de 10 puntos son recién para quienes cobran de 135 mil para arriba y de 11 puntos sólo en la última. Otra forma de verlo es que alguien que cobra unos 55.000 mil pesos nominales pondría menos de 500 pesos por mes extra, y alguien que cobra 100.000 menos de 2.500.
Por otra parte se podría aspirar a recaudar 1500 millones más por un aumento en la recaudación del 15% en las rentas de capital, subiendo mínimamente el IRPF categoría 1 (este impuesto recaudó 9500 millones en 2018, por lo que se espera que supere los 10000 para 2020), y haciéndolo pagadero con importantes facilidades luego de terminada la crisis, tomando mientras tanto prestados esos fondos de las distintas formas de reservas del Estado o de los capitales que pueden disponibilizar los organismos de Naciones Unidas. Nótese que la propuesta implica aumentar las tasas un 15% y no los propios impuestos, así quienes tuvieran una tasa de un 10% de impuesto pasarían a tener 11,5% por un año, si tuvieran 7% tendrían 8,05% y así con todas.
También podemos incluir un aporte proveniente de las utilidades netas de impuestos del sector bancario, dado que la banca privada por ejemplo en 2019, según Deloitte, tuvo 340 millones de dólares de utilidades, marcando un récord histórico de ganancias. No sería un despropósito que teniendo la rentabilidad más alta de la economía puedan hacer una contribución especial por un año de un 10% de sus ganancias, lo que alcanzaría a unos 34 millones de dólares o su equivalente en 1500 millones de pesos.
Ambos ejemplos anteriores son sólo eso, existen otros espacios de contribución especiales a estudiar en arreglo a resultados como pueden ser las ganancias de las grandes superficies comerciales y algunos rubros de exportación que estarán volviendo a dar buenos márgenes y que muestran trayectorias y perspectivas promisorias, pero que deben ser cuidadosamente analizados para no duplicar cargas y definir buenas reglas.
Esto es una discusión entre muchos y debe ser con la mayor transparencia para no hacer de esto una guerra social en lugar de un espacio de colaboración con la emergencia, pero no parece razonable que mientras la sociedad impone a unos sectores colaboraciones para con la emergencia, en otros sectores, los más pudientes, el asunto se resuelva con donaciones voluntarias, que podrán ser hasta generosas, pero no lo sabemos ni tenemos información para ponderarlo.
Juntando las medidas de política social y fiscal
¿Por qué poner esta cifras y no otras?, porque representa un aporte entre todos más o menos considerable, que no ahoga a nadie pero define una importante cantidad de recursos que habilitarían una transferencia de un salario mínimo de subsistencia familiar de unos 10.000 pesos durante dos meses para las 300 mil familias vulnerables que tenemos en nuestro país en este momento (3), permitiendo atender con otro margen la necesidad de aislamiento durante los próximos días si efectivamente las cosas comienzan a complicarse como parece.
COSTO = 300.000 transferencias de 10.000 pesos por dos meses son 6.000. 000.000 de pesos
RECURSOS =
1) 1.300.000.000 (provenientes de IRPF 2, por dos meses) = 2.600.000.000
2) 1.500.000.000 (provenientes de un incremento a las empresas de un 15% por un año, a pagarlos luego que termine la crisis)
3) 1.500.000.000 (proveniente de un impuesto de 10% a las utilidades de la banca privada por un año)
4) fondo de apoyo al MIDES para duplicación de TUS 270.000.000
Los recursos del punto 2 y 3 saldrán en forma inmediata de rentas generales, reservas o préstamos y serán aportados por los involucrados en el correr de 2021.
La suma de los puntos 1 al 4 totaliza 5.870.000.000, lo cual aproxima en buena medida el costo necesario, en especial si tenemos en cuenta que muchos hogares de los que incluimos adentro de los 300 mil tendrán capacidad de repago total o parcial un tiempo después de superada la crisis.
Nótese que una proporción del fondo en esta propuesta proviene de aportes mensuales de los ingresos personales, los cuales pueden extenderse quizá algún mes más si fuere necesario, quizá bajando la cantidad de prestaciones sociales o el monto, y que seguramente existan otras formas de colaboración desde el capital que deben ser estudiadas tanto por si esto continúa como para un eventual proceso de retorno al crecimiento.
* Juan Pablo Labat es sociólogo y ex Director Nacional de Monitoreo y Evaluación del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES)
(1) Esta versión difiere de la circulada por redes en tanto omite decir que la recaudación del gobierno con el nuevo impuesto distará de lo prometido de 6 millones de dólares por mes. La razón es que es tan extravagante el diseño de dicho impuesto que me llamo a la prudencia sobre su resultado, lo que no invalida el hecho de que sea cual sea su recaudación, dista mucho de ser el objeto financiador de un fondo coronavirus razonable para esta urgencia.
(2) Para realizar esta estimación se procede a construir un vector de ingresos nominales sobre los que se aplican las tasas impositivas
(3) Esas 300 mil familias vulnerables se componen de 200 mil que están en los registros de Asignaciones Familiares del Plan de Equidad y/o Tarjeta MIDES, más unos 30 mil hogares informales, sin vínculo alguno con la seguridad social que existen en los 5 primeros deciles de ingresos más un margen de situaciones de empobrecimiento fuerte que se pueden presentar en el tejido formal, teniendo en cuenta que ya se superaron las 70 mil solicitudes de seguro de paro en lo que va del mes.
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