En toda situación de conflicto, es legítimo tener distintas opiniones e interpretar de variadas formas todo tipo de acontecimientos. Pero los hechos ocurren de una forma y no de otra. Hay cosas que no pueden ser cuestión de “narrativas”, sino de conocer lo que ocurre realmente en el terreno.
En estas líneas quiero tratar de poner algunos puntos sobre las íes, porque no debe haber otro conflicto más distorsionado y presentado de modo retorcido al público que la guerra actual entre Israel y Hamas, tanto en los medios como en las redes sociales, y lamentablemente también en discursos de políticos y hasta de gobernantes.
Me adelanto a una pregunta que seguramente plantearán quienes tienden a dudar de lo que se dice en favor de Israel. Si las cosas son como yo alego a continuación… ¿Por qué tantos en el mundo creen otra cosa? ¿Por qué también políticos de países amigos de Israel expresan preocupación? ¿Por qué se ven tantas imágenes duras desde Gaza?
Pues nadie alega que no hay imágenes duras. Claro que las hay. Y es comprensible expresar preocupación, si es de buena fe, y no demonizando a Israel. Pero el problema central en cuanto a la impresión general, es que se da crédito ante todo a la información que sale de la Franja de Gaza, aunque es obra de Hamás, que es quien controla el tan citado “ministerio de sanidad en Gaza”. Y esta es responsabilidad, en primer término, de los medios de comunicación y los organismos internacionales que se hacen eco de ello. Los números de muertos y heridos en general y de civiles entre ellos, son proporcionados por Hamás y divulgados por doquier. Son repetidos por la ONU y diversas organizaciones internacionales, y el ciudadano promedio del mundo que no conoce los detalles de la actitud de la ONU, cree que eso es señal de credibilidad.
Pues hace ya una semana, de un día para otro, en los informes de OCHA, la oficina de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas en Gaza, se redujo súbitamente a prácticamente la mitad el número de niños y mujeres muertos. Esto, tras meses y meses de repetir lo que decía Hamás. Y cuando se le preguntó al respecto a un vocero del secretario general, dijo que la ONU no tiene medios para confirmar en modo independiente la información desde el terreno. ¿Entonces por qué creer también el número general de muertos, que ahora alegan ya supera los 36.000?.
Esto tiene otra arista problemática. Casi no se ve reportes que exijan cuentas a Hamás, que detallen sus responsabilidades en la muerte de su propia gente por la inserción de su infraestructura terrorista en medio de la población civil, a la que usa como escudos humanos. Hamás destinó todos sus recursos, su dinero, sus energías, al terrorismo, no al bienestar del pueblo al que gobierna desde junio del 2007.Ni que hablar de los cientos de palestinos muertos —quizás más— por cohetes que disparó hacia Israel y cayeron por error dentro de Gaza. Y tanto más. ¿Dónde está la preocupación por eso? No la hemos notado por ningún lado.
¿Y el clamor por los secuestrados? Se lo menciona un tanto al pasar, nunca con el fervor de las críticas a Israel. ¿Alguien se imagina si fueran sus hijos, padres o abuelos los secuestrados por terroristas del país vecino?
Algunos puntos concretos:
- La guerra no comenzó con el ataque israelí a Gaza sino con el asalto terrorista de Hamás a Israel el 7 de octubre, cuando más de 3 mil terroristas armados asaltaron el territorio soberano de Israel y cometieron atrocidades que preferimos no repetir aquí, y que ellos mismos registraron en sus cámaras corporales y lo difundieron. Pero hay quienes dicen que es un invento de Israel. ¿Cuánta bajeza pueda haber?
¿Por qué alguien puede concebir pretender siquiera que Israel no reaccione ante esos horrores?
- Israel está cometiendo una masacre en Gaza, sostienen quienes le acusan. En la práctica, en lugar de desaparecer, que es lo que se hace en genocidio, la población palestina crece cada vez más, lo confirman las estadísticas palestinas. Busquen en Wikipedia nomás.
Israel está matando la mayor cantidad posible de terroristas y tratando de reducir al mínimo la cantidad de civiles muertos.
Es indudable que hay civiles muertos, como en todas las guerras. Pero no hay absolutamente ningún otro ejército del mundo que tome tantas medidas como el israelí para tratar de evitar muertes de civiles, avisando a la población de antemano en muchos de los casos de ataques —no en todos— y preparando de antemano zonas humanitarias para que la gente evacúe hacia allí, a fin de alejar a la población lo más posible de los terroristas.
- Israel quiere matar a los palestinos de hambre y bloquea la ayuda humanitaria, dicen los críticos. Es tan alejado de los hechos, de los cientos y cientos de camiones que entran por distintos cruces fronterizos, de la enorme cantidad de toneladas de ayuda introducidas diariamente a la Franja, que es absolutamente increíble el grado de distorsión. Con esto no alegamos por supuesto que no hay problemas o que la población no lidie con dificultades, ya que hay guerra. Pero no falta comida. Y lo central: Israel no impide su entrada sino que la facilita .
Nuevamente: no hemos oído de ningún país en guerra que hace tantos esfuerzos para suministrar ayuda humanitaria al lado enemigo desde el que fue atacado.
Y también, aquí, busco y no encuentro críticas públicas al hecho que Hamás roba ayuda humanitaria al pueblo para revenderla o quedársela para su gente. Increíble.
- El reciente ejemplo concreto: Rafah. El domingo por la noche murieron decenas de civiles en la zona humanitaria Tel al Sultan, en un incendio. Evidentemente, como suele hacer, Hamás acusó de inmediato a Israel de haber atacado los refugios de civiles. No era cierto, pero el mundo lo repitió y lo sigue repitiendo, y quienes lo hacen son responsables por la distorsión. Nuevamente se abrazó automáticamente lo que dijo Hamás. Y lo que dijo Israel dos días después, mostrando otra cosa, circuló mucho menos. Eso es absolutamente vergonzoso.
Israel mató en las inmediaciones a dos jefes terroristas, y al parecer alguna chispa de ese ataque, lanzado más lejos, no en la zona humanitaria, aterrizó sobre un depósito de armas de Hamás y eso, con varias explosiones secundarias, podría haber sido la causa del enorme incendio. ¿Cuál es la lógica de ocultar el papel de Hamás, abrazar sus mentiras y subestimar la importancia de lo que muestra Israel? Nadie tiene obligación de comulgar con Israel, aunque no tenemos dudas que es aquí la luz frente a la oscuridad del terrorismo. ¿Pero qué tiene en la cabeza quien considera que debe creerle a una organización terrorista asesina?
- Ideológica y emocionalmente, defiendo fervientemente a Israel y su derecho a vivir en paz y seguridad, a defenderse del terrorismo y de quienes le atacan. Pero más allá de lo que me dice el corazón, la razón lo tiene bien claro.
- No habría ni un palestino muerto si Israel no hubiera tenido que defenderse de un ataque salvaje el 7 de octubre.
- La guerra no es de venganza sino de autodefensa, enfrentándose a terroristas que prometieron nuevos “7 de octubre”. Israel no los puede permitir.