Días atrás, con una manifestación de menos de una decena de personas frente a la sede de la AUF, se lanzó una “campaña” bajo el título “Uruguay, no vayas”, destinada a presionar al seleccionado nacional de fútbol para que no viaje a Israel a un partido amistoso antes del Mundial en Catar. Nos molestamos en escribir al respecto, no porque creamos que la Celeste o las autoridades de la AUF sean propensos a escuchar mensajes de odio a un país amigo de Uruguay desde siempre, sino porque conocemos la osadía de la maquinaria de propaganda motivada por los enemigos de Israel, la multiplicación de sus mensajes en la redes y el hecho que también gente bien intencionada puede caer en la trampa, creyendo que realmente ayuda a los palestinos si apoya boicots a Israel.
Y, si al menos un hincha celeste se pone a pensar a raíz de nuestras líneas, pues valió la pena.
En un manifiesto difundido con la campaña en cuestión, se acusa a Israel de mil barbaridades bajo el título de “apartheid”, símbolo del peor régimen discriminador del mundo, como lo fue el de Sudáfrica. No es casualidad que usan ese concepto para demonizar a Israel: es sinónimo de algo ilegítimo que no merece existir. No logran ni siquiera ocultar que el odio es a la existencia misma de Israel, no a tal o cual política o frontera. Ni que hablar que no recuerdan ni por un minuto las serias amenazas con las que tiene que lidiar Israel, de las que debe defenderse . Y usan las peores acusaciones para demonizar, como que Israel es un “Estado genocida”. Lo que no pueden explicar es cómo tantos palestinos quieren trabajar en Israel…si es un Estado genocida ¿no están en peligro? ¿Y cómo la quinta parte de la ciudadanía israelí son árabes, que trabajan en hospitales, se atienden en los mismos hospitales que los judíos, son parte integral del Estado y hasta jueces tienen en la Suprema Corte de Justicia?
Pero hablemos, ante todo, de fútbol. Y sin duda, el fútbol israelí es un gran ejemplo de inclusión.
El Capitán del seleccionado de fútbol nacional de Israel, el Estado judío, no es judío, sino musulmán. Se llama Bibars Natcho y es miembro de la comunidad circasiana. En el primer partido de la Liga de Naciones , un torneo que otorga lugares para la próxima Eurocopa -que terminó con empate- Bibars no jugó contra Islandia porque estaba lesionado. Pero sí jugará este viernes 10 de junio contra Albania en Tirana. Y cuando él no pudo estar, el Capitán fue Eli Dassa, el primer capitán de la comunidad judía oriunda de Etiopía.
Pero, además, en el seleccionado hay varios titulares árabes israelíes elegidos para sus puestos por el DT Alón Hazan: Ramzi Sfuri, Mahmud Jaber, Muhamad Abu Fani, Hattem el Hamid y Munnas Dabur. Impresionante el “apartheid” israelí, ¿no?
Esto me recuerda una coincidencia que me llevó a una nota emocionante tiempo atrás. Cuando el equipo de fútbol Hapoel Umm el-Fahem –a nombre de una importante ciudad árabe del norte de Israel- logró llegar a un lugar sin precedentes en la liga nacional, decidí cubrirlo ya que siempre me interesan los temas de convivencia judeo-árabe. Y ese equipo compuesto por jugadores judíos y árabes, todos ciudadanos israelíes, que gritan los goles juntos con entusiasmo, me pareció algo importante de destacar en medio de una realidad no exenta por cierto de problemas. Les mandé la nota a todos aquellos que había entrevistado, el jugador Muhamad Jabarin Abu Shaker, su compañero judío Rif Mesika, uno de los dueños Abu Shlomo y el portavoz Basel. Les gustó tanto que se ve que la hicieron circular por el grupo de WhatsApp del equipo. De esa formam llegó a manos del Dr. Ahmed Mahajne, el médico de Hapoel Umm el-Fahem, quien resultó que trabajaba también en el hospital Hadassah de Jerusalem, donde se acercó a una enfermera uruguaya-israelí para pedirle que le traduzca la nota del español al hebreo… y así llegó a mí. Eso me dio la oportunidad de entrevistarlo sobre su mundo singular, su orgullo por su amado equipo de fútbol, su especialización al mismo tiempo como cirujano cardíaco en el hospital, al igual que muchos otros médicos árabes, y esa vida como ciudadano árabe en el estado judío, que aseguró no cambiaría por nada.
Y siguiendo con el fútbol, pero con algo mucho menos alentador, es ineludible, dado el motivo de esta nota, recordar qué pasó la vez anterior que los palestinos llamaron a un boicot a Israel en fútbol, presionando a la selección nacional de fútbol de Argentina a no jugar en Israel. La selección en efecto no vino, y parecería que más por cuestión de agendas que otra cosa, pero lo revelador fue la actitud palestina de ese momento, por la cual el Presidente de la Asociación Palestina de Fútbol Jibril Rajub fue suspendido por FIFA “por incitar a la violencia y el odio”. ¿Por qué? Porque había exhortado a quemar camisetas de Leo Messi.
Es que ahí está el problema. Quienes piden boicotear a Israel están motivados por una agenda de odio. Y eso no va con la Celeste, a la que miles de uruguayos en Israel esperan ansiosos y emocionados.
Para terminar, quiero citar los muy acertados conceptos de mi colega Pablo Londinsky, comunicador en la emisora Azul FM, 101.9, en el programa 12 PM del viernes 3 de junio. Centra su comentario en una de las 6 personas del PIT-CNT que se dieron cita frente a la AUF para pedir que la selección no viaje a Israel, Fernanda Aguirre, Secretaria de Derechos Humanos de la central obrera.
Pablo Londinsky recuerda que Irán, que ha clasificado a la Copa del Mundo, pudo ser rival de Uruguay en el partido que se va a jugar en el Estado Centenario el 11 de junio. Finalmente, como es sabido, el partido será contra Jamaica y no contra Irán. Pero ese no es el tema. Así, dijo Londinsky: “Yo no escuché a Fernanda Aguirre, que además viene a entremezclar cuestiones deportivas y políticas, no la escuché escandalizarse en lo más mínimo porque una selección iraní pudiera llegar a nuestro país . Y es un país que si hay algo de lo que no hace bandera es de la defensa de los derechos humanos. Todo lo contrario. Creo que está bastante alejada la realidad de eso en Teherán y en todo el territorio de la República Islámica de Irán, donde mujeres son mutiladas, donde homosexuales no pueden manifestar esa opción en público, donde la pena de muerte todavía se aplica… en ese sentido, hay cierta indignación selectiva en el PIT-CNT”.
Y agrega: “No recuerdo a Fernanda Aguirre –hice memoria, yo en junio del 2021 todavía trabajaba en Tenfield- y no recuerdo que pidiera que Uruguay no viajara a Caracas cuando enfrentamos a Venezuela por la eliminatoria. Y creo que a Fernanda Aguirre ni a nadie escapa la situación que viven hace mucho tiempo en su país los venezolanos. Y si no lo sabe, estoy seguro que van a tener la posibilidad de encontrarse en Montevideo con muchos venezolanos que han venido a radicarse en nuestro país, que no están haciendo turismo sino que, lamentablemente, han debido abandonar a su país y sus familias”.
Y otro ejemplo relevante y concreto: “Es la misma Secretaría de Derechos Humanos que nunca hizo referencia a la situación de Nicaragua, a la situación de los derechos humanos permanentemente violados por el dictador Daniel Ortega. A mí lo que me interpela es que elige a un único país, que curiosa y casualmente es el único país judío que hay en el mundo, que es además un país democrático. Y claro…¿qué particularidades tienen las democracias? No son perfectas. Hay gobernantes que evidentemente cometen errores con los que sus ciudadanos pueden discrepar abiertamente, pero en los que al menos se goza de una absoluta y total libertad de expresión (…). ¿Podría Fernanda Aguirre calificar de autoritario, por ejemplo, al gobierno palestino, en la vía pública en ese lugar? ¿O en Teherán podría calificar de autoritario al gobierno iraní, como hizo acá en Montevideo catalogando así al Poder Ejecutivo? Ella acá en Montevideo lo puede hacer (…). Si eso intentara hacerlo en el Estado de Palestina, en Irán, creo que la cosa podría ser algo más compleja. Ni te digo si Fernanda Aguirre pretendiera acompañar una manifestación del orgullo gay por el día de orgullo gay, como hubo hace pocas horas en la ciudad de Jerusalem. Es muy difícil que Fernanda Aguirre pueda encontrar un movimiento de esas características en Nicaragua, Cuba, Irán, en Palestina”.
Pablo Londinsky, a través de las referencias a la figura de la Secretaria de Derechos Humanos del PIT-CNT, Fernanda Aguirre, resume recordando que ella va siempre con una boina y con una kefía, este último un pañuelo considerado un símbolo árabe. “No es una cuestión de indumentaria. El utilizar permanentemente una boina y una kefía, no la hace a Fernanda Aguirre más revolucionaria. Me parece que la coherencia, la lógica, los argumentos, son los elementos que históricamente se han utilizado para sublevarse. La boina y el pañuelo no alcanzan. Mucho menos, la incongruencia y la indignación selectiva que ha venido aplicando”.
Nada más que agregar.
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