Opinión | Trabajadores del arroz, víctimas de un modelo que no apuesta por industrializar

¿Apostar por generar valor agregado o jugársela a exportar lo básico que nos arroja la tierra? Esta interrogante es la que esta detrás de la delicada situación que viven hoy los trabajadores de la industria del arroz. No se trata de una pregunta menor porque detrás de esto está nada más ni nada menos que el modelo de desarrollo por el que apostamos como país.

Hoy producto de que se están concentrando exportaciones de arroz sin procesar industrialmente, se está dando el fenómeno que se acorten las zafras de este sector, con menos jornales de trabajo, lo que afecta directamente el que no se llegue a lo necesario para cobrar los seguros de paro. Esto cambió completamente las reglas de juego para los trabajadores de este sector.

¿Y cuál es la respuesta del gobierno ante este panorama? Según me comentaron en un Congreso de Trabajadores vinculados al arroz en Treinta y Tres, Rocha y Cerro Largo, no hay soluciones previstas para esta problemática que afecta a las familias de este sector.

Una situación similar se está viviendo con los trabajadores de la industria del arroz en Salto y Artigas.

Actualmente se emplean 3.000 personas aproximadamente en el sector de la industria del Arroz. ¿Y qué se puede hacer ante esta situación? El Estado tiene herramientas para poder atender a esta situación, ya sea incentivando la exportación de arroz industrializado y no solo vendiendo al exterior sin ningún valor añadido, así como apoyando a que las empresas puedan agregar la tecnología necesaria para ofrecer un producto más elaborado.

En el corto plazo y desde el plano legislativo también se hace necesario flexibilizar la situación de la aprobación de los seguros de paro, dado que la inestabilidad en este sector y la primarización de este servicio es un problema actual al que hay que encontrarle solución.

¡No nos olvidemos de los trabajadores del arroz! Es necesario que como país no dejemos morir una industria que tantos beneficios ha dado y puede dar al presente y futuro de nuestro país. La historia ya nos ha demostrado que es necesario apostar por la industria agroalimentaria, que con tecnología e innovación, pueda agregar valor a nuestra producción, y de paso cuidar lo más preciado: el trabajo de los uruguayos.