Una y otra vez he insistido ante el gobierno nacional y ante las autoridades de los distintos ámbitos y con el mismísimo Presidente de la República en que es necesario atender la gravísima situación que estamos afrontando en la frontera. Como actor político comprometido con las necesidades de la gente tocaré una y otra vez las veces que sean necesarias las puertas de los despachos para que vengan y vean la realidad que se está sufriendo en el territorio. ¿Quiénes? Pues los pequeños comerciantes que día a día ven desangrar sus márgenes de ganancia producto de la tamaña diferencia cambiaria con la Argentina.
¿Y cuál es el deber de un actor político cuando ve un problema que requiere de una solución? Pues pensar fuera de la caja, innovar, y buscar soluciones de política pública que atiendan la problemática. Eso es lo que hice hace ya varios meses cuando comencé a reunirme con los Centros Comerciales y pequeños emprendedores de Salto, Paysandú, Rio Negro, Soriano, quienes otorgan miles de fuentes laborales, y que hoy ven amenazados sus esfuerzos de tantos años.
A pesar de la dura realidad que se vive en la frontera, donde el desempleo es más alto en promedio que en el resto del país, el gobierno no dice ni hace nada. La única medida que se ve es el IMESI, porque de manera global no hemos asistido a la implementación de una política integral de gestión de fronteras. Bajo un silencio aterrador, vemos como los pequeños comercios sucumben ante las compras realizadas en Argentina, cuando en realidad sí hay una solución para esta problemática.
Lo digo claramente. Hoy ya no solo necesitamos una medida como la de la micro-importación. Es importante, pero ya es tarde. Por supuesto que necesitamos que se apruebe la idea respecto a la micro-importación que presentamos y en que proponemos que el pequeño y mediano comercio del litoral norte tenga la posibilidad de comprar mercadería del lado argentino en la provincia de Entre Ríos y que la pueda ingresar de manera legal a Uruguay. En la reventa de esos productos está la ganancia del comerciante que atendería una importante necesidad de tantas familias que ven su esfuerzo de tantos años tirado por la borda.
Pero, además de eso, hoy necesitamos con urgencia una política social de carácter integral que permita reconvertir a emprendedores que ya han tenido que cerrar sus comercios por la falta de atención del gobierno. Allí deben llegar el Mides, ANDE e Inefop con una política integral de estímulo al emprendimiento para que podamos dar un nuevo impulso a los uruguayos que aún no se recuperan de la pandemia y que ahora sufren por esta diferencia cambiaria.
De hecho, de la propia medida de micro importación se podría cobrar un pequeño arancel para poder atender a los emprendimientos de “distribución de mercadería” que pudiesen verse afectados por este programa. Y también en parte destinar esos ingresos a una mayor cantidad de programas sociales en la zona, como los Jornales Solidarios que tanto hemos exigido a las autoridades nacionales y que hemos encarado desde los gobiernos departamentales.
Hay varias ideas y, sobre todo, las ganas de accionar para que se atienda la situación de estas miles de familias que se ven aquejadas. Por ello, me fui a hablar con el Intendente de Concordia, al otro lado del río, para presentarle la idea y mostró su anuencia para el desarrollo de un Plan Piloto.
En política estamos para hacernos cargo y eso es lo que he estado procurando con mi accionar. Frente a la desesperanza que causa la inacción, propongo una vez más que se escuchen nuestras demandas y avancemos hacia soluciones concretas. Si atendemos a la emergencia económica que se está padeciendo en la frontera, entonces creo que ahí sí podríamos decir que vemos alguna luz de este lado del río