Por Esteban Valenti | @ValentiEsteban
Fernando López D'Alessandro publicó una columna bajo el título LA CANDIDATURA DE MANINI RÍOS ES UN INVENTO DEL FRENTE AMPLIO (1). Es en realidad un buen artilugio periodístico, porque la columna nos quiere demostrar que la creación de Cabildo Abierto y la candidatura del ex comandante en jefe del ejército Guido Manini Ríos es un gran mérito democrático del Frente Amplio, en particular de su política militar.
Toda la descripción que realiza al principio de su nota sobre las actitudes de los gobiernos Colorado y Blanco con los militares a la salida de la dictadura, la comparto. Con un agregado, en realidad, que no se menciona nunca por nadie, pero el acuerdo colorado-militar o militar-colorado a la salida de la dictadura fue pensado y elaborado prolijamente y formó parte de una operación en la que excluyeron a Wilson Ferreira Aldunate y Liber Seregni del proceso electoral. Era un pacto dentro del pacto.
Yo he defendido y defiendo que el pacto del Club Naval, para los partidos que teníamos miles de presos, torturados, exiliados y despedidos y desaparecidos, el tiempo de la salida de la dictadura eran un factor de mucho peso político y humano y debía ser considerado como un factor muy importante. Pero de allí a chuparme el dedo y no incluir en ese pacto dentro del pacto entre colorados y verdes, hay un gran trecho.
El general Medina guardó los expedientes de los militares acusados de violar los derechos humanos, con pleno conocimiento de Sanguinetti y no contra su voluntad. La demostración más evidente fue la ley de caducidad, mejor dicho, de impunidad, que fue una iniciativa blanca y colorada, pero con visiones diversas hacia el futuro.
Blancos y colorados conservadores, es decir la mayoría de esos dos partidos quisieron y actuaron una política de recuperar el papel histórico de los militares como una herramienta fundamental de su poder económico y social y la última frontera ante cualquier peligro revolucionario o de subversión del orden constituido.
No son como describe D´Alessandro una serie de repliegues y cedimientos ante los militares, fue una estrategia muy bien montada para reincorporarlos - en un nuevo momento histórico mundial y regional - a su esquema de poder. Y los sucesivos episodios fueron claras demostraciones de esa política, con sus aciertos y sus burradas. Wilson Ferreira tenía un plan diferente, por eso incluyó el artículo 4 de la ley de impunidad. Pensaba llegar al gobierno y aplicarlo, en buena medida como lo hizo después el Frente Amplio. De lo contrario no hay la más mínima explicación para incluir ese artículo en esa maldita ley.
El primer gobierno del FA, con Azucena Berruti como Ministra de Defensa fue sin duda un cambio radical, en la búsqueda de los desaparecidos y de la verdad, en dar a conocer a la sociedad y a una prensa que en su mayoría se había hecho la distraída, el nivel de ferocidad, de barbarie de los criminales de la dictadura, civiles y militares y algo muy importante: que se trató de acciones delictivas totalmente institucionales. E institucional es el pacto de silencio de las FF.AA en sus diversas generaciones y como institución para no facilitar en absoluto la búsqueda de la verdad y la justicia.
En cuanto a la verdad, o mejor dicho de la enorme mentira, del relato mentiroso, un buen aporte lo realizaron desde la izquierda, o llamada izquierda los que construyeron una historia totalmente falsa, deformada del papel en la resistencia a la dictadura, por ejemplo del MLN. Y esto es clave y no figura en absoluto en el análisis de D´Alessandro. Y es grave.
No es cierto que el partido formado con una determinante influencia militar - aunque tenga predicamento y votos bastante más allá de los militares - como Cabildo Abierto sea mérito de que el FA le dio a las FF.AA. su verdadero papel en el marco constitucional. Eso asomó, se avanzó en el primer gobierno, después fue exactamente lo contrario, se lo tragó otra política militar.
Los muchos, muchos años en que Eleuterio Fernández Huidobro - batiendo sin duda todos los records de permanencia en ese ministerio - en la historia nacional, tanto bajo el gobierno de José Mujica como de Tabaré Vázquez, la política fue totalmente diferente. Se basó en una alianza estrecha con los Tenientes de Artigas, con aceptar desbordes y pronunciamientos políticos totalmente inaceptables para un gobierno democrático, no ya de izquierda. Y casualmente en ese periodo no se avanzó un ápice en la búsqueda y menos en encontrar a restos de desaparecidos.
Muy fácil y cómodo es echarle todas las culpas a Fernández Huidobro, que parece no existir para D´Alessandro, cuando en realidad fue ministro de Defensa desde el 26 de julio de 2011 (gobierno Mujica) hasta el 5 de agosto del 2016, ocupando el cargo de Ministro hasta su fallecimiento y durante el gobierno de Vázquez. Ambos Presidentes lo eligieron y lo mantuvieron en el cargo y contó con el respaldo total del MPP-MLN, porque los expresaba plenamente.
Durante ese periodo y desde antes, la política de los gobiernos del FA cambió radicalmente y permitió que un comandante en jefe del Ejército no solo se transformara, con sus discursos políticos, con sus actitudes y con su acto de proclamación de su candidatura en uniforme militar de fajina, desde la Comandancia General del Ejército en un potencial dirigente político, sino que incluso le dieron las bases programáticas necesarias para formar su partido. Y en pocos meses - por sus propias acciones - pero también por los profundos errores cometidos, se transformó en la cuarta fuerza política nacional y la que más crecimiento tiene en la actualidad.
Si como dice D´Alessandro "La candidatura del general Manini es el producto directo del éxito del FA en poner autoridad ante una institución apañada y mal acostumbrada por colorados y blancos a hacer lo que quería" tenemos una visión diametralmente opuesta. Lo que existió fue exactamente lo contrario, los errores, los silencios, los avales a los tribunales militares, la permisividad "estratégica" con los Tenientes de Artigas, surgida además desde las lejanas jornadas del Batallón Florida en 1972, fue el gran fracaso de la política militar del FA en sus dos últimos gobiernos. Agreguemos a eso una orfandad en materia teórica, ideal y cultural en cuanto a los cambios necesarios en las FF. AA.
Cabildo Abierto y su máximo líder y creador es la más abrumadora demostración del fracaso de la política militar de los dos últimos gobiernos del FA y del FA en su conjunto y la creación de un partido con una fuerte impronta militar y en pleno crecimiento aglutinando a la derecha, es un debilitamiento de la democracia en el Uruguay.
¿Por qué el FA en la actualidad no tiene en sus filas, en sus listas, donde sea, oficiales y jefes militares retirados, como siempre tuvo en otros tiempos? Y están presentes en Cabildo Abierto y en algún otro partido. ¿Ese es otro gran avance del FA, o hemos directamente retrocedido?
Mientras tanto el FA deriva, desde los que en el MPP, al más alto nivel, hablan de que hay que buscar acuerdos con Cabildo Abierto, hasta los que los tratan de nazis. Ambas cosas equivocadas y simplistas. Más allá de lo que el general (r) Manini declare y piense, las fuerzas que aglutina con su imán tienen muy poco de colaboradoras para un gobierno que se llama de izquierda. A menos que estén dispuestos a derivar un poco más hacia el centro y hacia el centro derecha. Que lo expliquen los promotores del diálogo.
Pero están los otros, que con el primitivismo de siempre, y los adjetivos fáciles hablan de nazis. Si después de 15 años de gobiernos del FA el 10% de los uruguayos es o vota nazis, es la peor acusación que escuché contra el FA. Pero además basta tener dos dedos de frente para darse cuenta de las diferencias con Bolsonaro y buscar definiciones más complejas y serias.
Aprecio mucho a D´Alessandro, por la valentía y el rigor con el que afrontó el delicado tema del espionaje de uno de los mayores líderes del socialismo uruguayo. Con ese mismo rigor debería no saltearse nada menos que una parte fundamental de las relaciones entre ciertas fuerzas de izquierda y los militares, sus pactos y acuerdos y la actitud de total pasividad de dos gobiernos del FA. Rectifico, avalar las resoluciones de los tribunales militares con las confesiones sobre el asesinato de Roberto Gomensoro y la búsqueda de descargar las responsabilidades en el Ministro de Defensa socialista Jorge Menéndez, no son por cierto muestras de pasividad. Y mucho menos una demostración de que "el FA lo hizo basando su estrategia en el respeto, la verticalidad y la vigencia de la ley".
¿Necesita D´Alessandro que le detalle las múltiples ocasiones que en diversos puntos de la república el general Minini Ríos excedió ampliamente los límites constitucionales en declaraciones públicas y en su condición de Comandante en jefe del Ejército y no recibió sanción alguna? ¿Esa también es una muestra del éxito de la política militar del FA?
Lo lamento pero vivimos en dos países diferentes.
(1) Columna de Fernando López D´Alesaandro
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