Opinión | Octubre está cada vez más cerca: ¡Vamos a volver!

La vida es una sucesión de momentos, situaciones que vivimos con mayor o menor intensidad, y que muchas veces protagonizamos sin tomar conciencia de estas. Momentos que pasan desapercibidos y momentos que nos marcan para siempre; momentos que se vuelven una rutina y momentos que determinan nuestro futuro.

De estos últimos, sin duda que elegir el destino político de un país es uno que tiene singular incidencia por la importancia que implica. Fundamentalmente, porque es un momento en que somos parte de la decisión que impactará, indefectiblemente, en nuestro futuro y en el de todos los que formamos parte de nuestra nación.

Un momento que supimos recuperar tras más de una década de interrupción por una dictadura cívico-militar que los uruguayos no queremos volver a vivir nunca más. Por eso, es importante rescatar y valorar este momento singular en el que hacemos valer nuestra decisión soberana a través del voto.

De esos momentos quiero hablarles hoy, en “la mañana siguiente”, como gustaba decir el general Líber Seregni. Ya pasó el momento de militar una elección interna y el momento de festejar el resultado de las urnas. Ahora, es momento de agradecer.

Agradecer todo el esfuerzo militante de una campaña que se hizo larga e intensa, donde se recorrieron miles de kilómetros y se concretaron cientos de encuentros y charlas por todos los rincones del país.

Luego de toda esa vorágine que implicó el camino a esta primera elección, el domingo obtuvimos el resultado de tamaño esfuerzo. Nos propusimos alcanzar los 400.000 votos y lo logramos. Nos propusimos anunciar la fórmula el mismo domingo 30 de junio, y lo logramos. Todos unidos lo logramos.

¿Qué sería del Frente Amplio sin sus militantes; qué sería de la fuerza política más votada sin sus bases?

La unidad en la diversidad se consagró en la noche misma de los comicios, cuando Yamandú anunció su aceptación a la propuesta de la Mesa Política del Frente Amplio sobre la postulación de Carolina como compañera de fórmula. Una aceptación que se selló con el fraternal abrazo entre ambos que fue la imagen misma de esa identidad frenteamplista que nos legaron los fundadores.

Ese abrazo no hace otra cosa que mostrar lo que somos los frenteamplistas, anteponiendo siempre el proyecto colectivo y los intereses del país. Porque para ganar y poder forjar los cambios que el país necesita, nos necesitamos todos, no sobra nadie. Los frenteamplistas lo saben y así sellaron la mejor fórmula presidencial esa misma noche.

Momento de agradecer

Tras el logro, debemos darnos tiempo para agradecer a todos los que forjaron este resultado.

Gracias a Yamandú, por su coraje y valentía debiendo soportar uno de los peores y más infames ataques que jamás pensamos se pudiera concretar en nuestro sistema político, con una falsa denuncia al inicio mismo de la campaña.

Gracias al apoyo de la barra del MPP, que puso razón y corazón para defender y desarmar aquel intento, a quienes, lejos de achicarse, redoblaron esfuerzos para lograr una excelente votación.

Gracias a los incondicionales de siempre, gracias a todos los militantes frenteamplistas por ser la mejor estrategia de comunicación y nuestros mejores relacionistas públicos. Gracias por su convicción, gracias por su entrega y por soñar con una sociedad donde quepamos todas y todos.

Ahora, comenzaremos a trabajar codo con codo en el gran desafío de volver a ser gobierno. Octubre está cada vez más cerca y nosotros cada vez más unidos. Salgamos a enamorar a los descreídos hasta convencerlos de que otro Uruguay es posible.

Vamos que podemos, vamos que ustedes todo lo pueden.

¡Vamos a volver!

¡Viva el Frente Amplio y vivan sus militantes!