Opinión | Lo que no se ve

Ante esta nueva normalidad, poco se sabe de los rubros que a pesar de todos los protocolos que puedan crearse, aún no pueden ser factibles. Estos son los que aglomeran gente y sus negocios satélites, como por ejemplo los salones de eventos.

El daño económico es muy grande, siendo que no solo el salón deja de producir eventos, sino que hay un montón de empresas directamente asociadas a este negocio que debieron cerrar sus puertas, o reconvertirse. Estas son por ejemplo: las empresas de Catering, DJ, empresas que alquilan equipos de iluminación y sonido, decoradores, animadores, empresas que venden cotillón, diseñadores de interiores, los que alquilan vajilla, los que alquilan livings para eventos y diseñadores de modas quienes la zafra más grande de hacer vestidos, es en época de casamientos que coincidió exactamente con la cuarentena.

El daño social es evidente. Pero lo más destacable son los que debieron posponer su casamiento cuando todo estaba listo. Todos vimos los videos virales de las quinceañeras que con su papá avisaban por video la cancelación de la fiesta. Algo parecido pasó con los eventos de negocios, las charlas con oradores, etc.

En este rubro como en tantos otros el efecto mariposa es muy importante haciendo que obviamente se altere el mercado.

Esto pasará y quedará como un recuerdo, pero también como una enseñanza de que no todo lo sustituye la tecnología, que a veces las cosas que no vemos son las cosas que más afectan, y que nada es más importante que el contacto con nuestros pares.

Diego López de Haro, RRPP

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