Transitamos por el que parece ser el fin de un ciclo exitoso. El legado que ha dejado Marcelo Gallardo en River Plate excede lo deportivo.
Su gestión ha marcado una forma de hacer las cosas en River, un antes y un después que trasciende a los hitos deportivos conseguidos. A continuación, expondré algunos argumentos —que a mi entender— son los más relevantes del método Gallardo.
Aún cuando tengo que dejar en claro que no he podido entrevistar a Marcelo Gallardo (MG) y he basado mis conjeturas en los libros de Diego Borinski, entrevistas del DT, conferencias y un sinfín de artículos deportivos publicados en Olé. Por lo tanto, es altamente probable que algunas (o muchas) de mis opiniones sean incorrectas o inexactas. Con todo, elijo asumir los riesgos.
1. Capacidad de mando. No hay líder sin seguidores. Una vez, Sebastián 'pollo' Vignolo en sus clásicas editoriales del programa “90minutos” dijo: “Gallardo lo tiene amaestrado a River”. A nivel organización, esto significa que los jugadores están alineados tras la visión del líder. Todos respetan y escuchan al líder, pero no solo lo escuchan, sino que observan cómo actúa. Y MG lidera con el ejemplo siempre. Hace lo que dice que va a hacer, es coherente.
2. Valores claros y respetados a rajatabla. Cuando uno analiza el mundo River, no encuentra ningún escándalo, ni internas que jugadores o ex-jugadores ventilen sobre su DT, compañeros o la institución. La honestidad, sinceridad, respeto y frontalidad son valores destacables que generan un clima de contención y confianza entre sus dirigidos. Un sentido de pertenencia: “el amor por los colores”. Los jugadores saben cuál es su propósito, saben para qué juegan. MG marca líneas claras de conducción desde arriba hacia abajo, y horizontalmente desde los más experimentados hacia los nuevos jugadores que se incorporan al plantel.
3. Gestión de las emociones. MG es un buen gestor de las emociones. Descubre el lado emocional del jugador. La principal motivación es la intrínseca (interior), que no se consigue con premios, ni bonos ni dinero. Surge de las entrañas del jugador, de su amor por el fútbol, su deseo por dejar una huella o alcanzar la gloria eterna. Intuyo que MG está muy pendiente del aspecto personal de cada uno de sus jugadores. Escucha, acompaña y hasta ‘mima’ cuando lo necesitan. Ese acompañamiento genuino, con la palabra justa en el momento preciso, hace que se sientan cuidados, protegidos y sientan al club como una gran familia. Sin más, jugadores pilares del equipo, como Franco Armani, han dicho: “River es una gran familia”. Ese manejo de las relaciones que tiene MG lo hace único.
4. El estratega “Napoleón”. Tal como lo apodó el relator riverplatense Lito Costa Febre. Estudia los partidos al detalle, hace un análisis FODA minucioso. Sabe las fortalezas y debilidades propias y del contrario. Las oportunidades y amenazas que le esperan afuera. Así logra una estrategia equilibrada entre la mirada de la competencia y la propia. Luego cuando la pelota se echa a rodar, es decir cuando interviene la táctica. No le tiembla el pulso a la hora de echar cambios desde el banco para corregir los desvíos que observa. El ejemplo más exitoso es sin dudas el ingreso de Juanfer Quintero en la finalísima de River-Boca en Madrid, quién logra convertir un gol y cambiar el rumbo de la historia.
5. Mentalidad ganadora. El líder tiene que estar convencido de lo que hace. ”Que la gente crea porque tiene con qué creer” dijo una vez MG en un momento crítico de su gestión. Habla de no claudicar, no rendirse y seguir. Imprime un grado de exigencia superlativa en su equipo todos los días. Claro que esa intensidad desgasta mucho a los jugadores. Sin embargo, la exigencia constante lo ha llevado a lograr la excelencia a nivel internacional.
La fortaleza mental del futbolista marca la diferencia. Gana el equipo más fuerte (mentalmente hablando). Los equipos de MG tienen ese mindset ganador.
6. Excelente comunicador. Está a la altura de un conferencista experto. En sala de prensa aporta el análisis justo de lo que vio en el campo de juego sin eufemismos. Reconociendo las virtudes de sus rivales —cosa no tan frecuente en el fútbol argentino— y no dramatiza las circunstancias. Puertas adentro, con su equipo sabe motivarlos, sacarle lo mejor a cada uno. Es creíble, inspirador y visionario, anticipando situaciones que luego sucederán durante la competencia.
7. Usa la tecnología para maximizar su gestión. Desde las alturas su ayudante, Hernán Buján, graba el partido y observa. Luego en los entretiempos ven qué sectores están desprotegidos, corrige fallas, mejora situaciones ofensivas, etc. Además, desde sus inicios MG incorporó a su equipo de trabajo a la médica Sandra Rossi, quién se encarga de “entrenar el cerebro de los futbolistas”. Según expresó la propia médica, trabaja con software específicos que mejoraran la velocidad de reacción y la toma de decisiones de los deportistas.
8. Empodera a los suyos. No es casualidad que hayamos visto una demostración de amor y gratitud en la despedida del “capitán eterno”, Leo Ponzio. Ciertamente, MG lo empoderó y le ayudó a alcanzar su máximo potencial. Al engrandecer a estos jugadores líderes del vestuario, se fortaleció él como líder e hizo lo propio con el equipo.
9. Involucrado en todo. El club atraviesa por un cambio histórico sin precedentes a nivel infraestructura. Mejoramiento del campo de juego con tecnología europea; modernización del River Camp (inversión +de 2M USD) Ampliación del estadio monumental (a 81.000 espectadores) convirtiéndose en el de mayor capacidad en Sudamérica. Proyecto infanto-juvenil del club para acompañar el crecimiento de los juveniles, etc. Y MG es ideólogo o protagonista activo de cada uno de estos cambios.
10. Los líderes exitosos ganan. Hacen que la gente los siga por su magnetismo, su forma de ser y principalmente porque obtienen resultados. ¿Y por qué los obtienen? Porque primero conectan con las personas, son buenos planificadores y ejecutores. Los 14 títulos del entrenador lo convierten en el más ganador de la historia riverplatense.
No sabemos cuándo se irá, pero…¿qué pasará luego de que se vaya Gallardo? Es una gran incógnita. De lo que sí estoy seguro, es de que su herencia quedará impregnada en la cultura de la institución para toda su vida.