Contenido creado por Gonzalo Charquero
Luis Calabria

Escribe Luis Calabria

Opinión | Las propuestas de seguridad de la coalición

La elección es entre un equipo que tiene un plan para seguir mejorando y una oposición que presenta propuestas ya probadas y fallidas.

19.11.2024 16:19

Lectura: 4'

2024-11-19T16:19:00-03:00
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Es falso el dilema entre prevención y represión. Como sostiene Thomas Abt, es imposible implementar políticas sociales efectivas en contextos de alta violencia sin primero reducir los niveles de inseguridad. La represión, en este sentido, es una condición previa necesaria para que las políticas preventivas puedan realmente prosperar. Por tanto, reducción de la violencia, prevención, y represión, suponen eslabones fundamentales junto a la rehabilitación y reinserción.

El próximo 24 de noviembre los uruguayos debemos decidir entre dos enfoques de seguridad diametralmente opuestos. Esta administración ha logrado avances en la reducción de delitos y en la contención de homicidios. Es crucial que el electorado comprenda que el progreso logrado solo se sostendrá y profundizará con la continuidad de las políticas actuales.

Gracias a estas políticas se han registrado reducciones en rapiñas, hurtos y abigeatos, mientras que el número de homicidios, que había aumentado en los quince años del Frente Amplio, ha sido contenido. Se ha luchado contra el narcotráfico a todos los niveles, alcanzando récords de incautaciones, allanamientos, formalizaciones, condenas y desarticulación de bocas de droga. Un regreso a las políticas de seguridad del Frente Amplio significaría desmantelar estos logros y sustituirlos por estrategias que han demostrado su ineficacia.

Como evidencia de esta diferencia, las bases programáticas del Frente Amplio proponen un proceso de “desprisionalización”, lo que implicaría que ciertos delincuentes que hoy serían encarcelados, con ellos, no irían presos. Este solo punto, la “desprisionalización” refleja la actitud indulgente hacia el delito, intacta en el enfoque del Frente Amplio.

En contraste, el equipo liderado por Álvaro Delgado plantea un plan concreto y estructurado para continuar mejorando los niveles de seguridad. Para enfrentar el crimen organizado y el narcotráfico, proponemos replicar el modelo de grupo multifuerzas como el de Italia, un grupo operativo que reúna a todas las instituciones con responsabilidad investigativa.

En el ámbito urbano, con el fin de reducir la violencia y disminuir los homicidios, reforzaremos la ofensiva contra clanes criminales, especialmente los vinculados al narcotráfico que operan en ciertos barrios. Este enfoque focalizado permitirá una mayor eficiencia policial. Además, incrementaremos las penas, crearemos un nuevo delito específico y aplicaremos un régimen penitenciario de aislamiento estricto para estos delincuentes.

Se proyecta ampliar el despliegue de la Guardia Republicana y expandir la videovigilancia, no solo con más cámaras sino integrando Inteligencia Artificial. Con esta misma tecnología, dronizaremos, incorporando estos dispositivos para realizar patrullajes aéreos en zonas estratégicas.

Del mismo modo habrá que continuar fortaleciendo el papel de las comisarías, las Unidades Básicas de la Policía Nacional, incorporando al menos 1.500 efectivos y dotando a las comisarías de roles investigativos en su jurisdicción.

Para fortalecer la lucha contra el lavado de activos, proponemos una reforma institucional que unifique la Unidad de Información y Análisis Financiero del Banco Central del Uruguay y la Secretaría nacional contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo (Senaclaft), permitiendo así una respuesta de inteligencia más eficaz y coordinada para desmantelar las estructuras económicas de los grupos criminales.

Nuestro enfoque en la seguridad no solo se centra en la represión. También proponemos medidas de rehabilitación y reinserción social en el sistema penitenciario, porque creemos que la reintegración social es fundamental para reducir la reincidencia.

En resumen, la elección de este 24 de noviembre es clara: entre un equipo que ha demostrado avances reales en seguridad y que tiene un plan estructurado para seguir mejorando, y una oposición que presenta propuestas ya probadas y fallidas. Sin una estrategia clara y una firme voluntad contra el crimen, no puede haber una mejora genuina en la seguridad.