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Escribe Esteban Valenti

Opinión | Las aguas bajan turbias y saladas

Estamos todos dependiendo casi exclusivamente de la lluvia y eso es deplorable y ridículo para cualquier país y cualquier gobierno.

07.06.2023 16:08

Lectura: 5'

2023-06-07T16:08:00-03:00
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Estar con el agua al cuello es la mejor definición de estar jodidos, o eso creíamos. Ahora a los uruguayos y sobre todo a los habitantes del área metropolitana, más del 60% de la población nacional, lo que nos aterra y alarma es estar con el agua por los tobillos.

Las reservas de la principal fuente de agua para potabilizar que tiene OSE, Paso Severino, contiene habitualmente una reserva de 45 millones de metros cúbicos, actualmente oscila entre los 4.5 millones y 6 millones de metros cúbicos El consumo es de aproximadamente 0.5 millones de metros cúbicos diarios. No es difícil hacer el cálculo de cuál es el panorama y las perspectivas.

Hace pocas semanas se adoptaron una serie de medidas por parte del gobierno nacional, que fueron comunicadas en una conferencia de prensa. Entre ellas, por ejemplo una campaña publicitaria para que se reduzca el consumo familiar, construir una represa provisoria aguas abajo a Paso Severino a un costo de 500 mil dólares, traer un equipo desde los Estados Unidos para desalinizar el agua por ósmosis invertida, y además comenzaron excavaciones para encontrar fuentes subterráneas.

Si todo eso se hubiera hecho hace dos o tres meses, la situación notoriamente no se hubiera degradado de esta manera, hubiéramos tenidos mucho más tiempo para la llegada del invierno. ¿Habían datos, informaciones sobre la posibilidad de la prolongación de la seca? Absolutamente sí. El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) y otros organismos meteorológicos lo habían previsto y anunciado. Busquen en la prensa y lo encontrarán fácilmente.

Pero además está el más elemental sentido común que debe adornar a cualquier gobierno. No se trataba de algo descomunal, simplemente de no depender totalmente de la providencia. No fue así.

Ahora estamos todos dependiendo casi exclusivamente de la lluvia y eso es realmente deplorable y ridículo para cualquier país y cualquier gobierno.

¿Es solo incapacidad, falta de preparación, inexperiencia? Es posible, pero me cuesta creerlo.

Creo que el motivo es otro. Partamos de la base de que a pesar de contar con los estudios y la financiación inicial para construir desde hace tres años la represa del arroyó Casupá, que hubiera demorado tres años en ofrecer sus aguas al abastecimiento metropolitano y no se hizo porque el gobierno tenía otros planes. Todas las fuerzas políticas (todas) del departamento de Florida se han pronunciado clara y terminantemente a favor de la represa de Casupá.

El otro y único plan es construir el proyecto Arazatí, desde esa localidad del Río de la Plata en el departamento de San José a la planta de potabilización de OSE en Canelones. El gobierno estimó que el costo directo de la construcción será de 200 millones de dólares. Por el sistema de construcción mantenimiento y financiación privado, el costo final se estima que en superará al final los 850 millones de dólares.

Yo no tengo dudas que el Río de la Plata en algún momento obligatoriamente va tener que ser utilizado como el mayor espejo de agua dulce de toda la región, para el abastecimiento de nuestro país. Lo que no tengo dudas es que lo estamos manejando en las peores circunstancias, con el agua en los tobillos, sin tiempo para esperar por su construcción y con la oposición de una parte importante de la población y de los técnicos en la materia.

Es un proyecto que tiene implicancias ecológicas, hídricas, tecnológicas, económicas y financieras y para que nos tragáramos semejante paquete, es posible que el gobierno haya considerado que era necesario ponernos ante la gravedad de la situación, con una buena crisis de abastecimiento. Y en eso estamos, pero se les fue la mano, una vez más.

No puedo creer que OSE y su larga experiencia, el gobierno y todos sus aparatos sobre crisis y con experiencias recientes, no se le haya movido un pelo a tiempo, para adoptar medidas preventivas que al menos hubieran alejado la posibilidad de que nos precipitemos en la actual situación, que afecta la población, los enfermos, los niños, las industrias, hasta algunos electrodomésticos y sobre todo el humor de la población.

Siempre recurro al mismo ejemplo ¿Qué hubiera pasado si esta misma situación se hubiera producido durante un gobierno del Frente Amplio? Lo dejo a vuestra imaginación.

Lo cierto es que en otro plano estuvimos muy cerca de una situación similar: en la generación, distribución y uso de la energía eléctrica. Los apagones de hace algunos años no me dejan mentir. Y eso se solucionó, aumentando y cambiando la matriz de generación eléctrica, las redes de distribución y la interconexión con Brasil. Hoy vivimos en materia de energía eléctrica en otro país en relación a hace 20 años. Y lo hicimos.

Es posible que algunas obras relacionadas con el abastecimiento de agua deberían haberse apurado, como la represa del arroyo Casupá, pero muchas otras se hicieron, como la sexta línea de bombeo hacia la capital y mejoras en muchas localidades del país, pero lo que nadie debería tener dudas es que ahora con las reservas bien bajas como estamos ahora, las aguas bajan saladas y turbias.


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