El Plenario Nacional del Frente Amplio (FA) del 2 de setiembre adoptó dos resoluciones, una sobre la política de alianzas, que ya hemos comentado en la anterior columna, y otra sobre “Criterios a discutir y resolver por el FA y acordar con los candidatos/as”. La suma de ambas resoluciones es una clara demostración de que en el FA han regresado con toda su fuerza los aparatos por encima de la política, y la pesca dentro de la pecera por encima de la voluntad y la línea política para vencer electoralmente y gobernar bien.
En cuanto a la política de alianzas, no solo yo me he pronunciado, sino también el compañero Richard Read en el semanario Búsqueda. Hay otros que han preferido esperar o mantenerse en silencio.
Lo que está detrás de ambas resoluciones es exactamente el mismo error y la pérdida de rumbo en cuanto a los objetivos principales. Estamos todos de acuerdo de que lo fundamental es ganar las elecciones y para ello es muy importante ampliar en serio y no declarativamente las alianzas, el respaldo social, cultural y político para este cambio. Y, en segundo lugar, asegurar las mejores condiciones para iniciar un nuevo ciclo de cambios y transformaciones en Uruguay con un muy buen gobierno popular.
¿Estamos realmente de acuerdo con estas prioridades o hay otras? ¿Hay otros cargos e intereses que se juegan y no conocemos?
Estamos clavados en 42%-44% de intención de voto del FA desde hace un año en todas las encuestas, y ha sucedido de todo. Sequía, sigue la pérdida de salarios, inseguridad, desocupación creciente en amplias zonas del país, corrupción, acomodos, escándalos varios, los viejos y los nuevos. Ese porcentaje de intención de voto no da en absoluto para festejar y comenzar a repartir, con el aparato como principal referencia y sin considerar la situación política y todo lo que nos falta.
El único dato firme, constante y que ha ido cambiando, es que el FA no gana con cualquier candidato. Le guste a quien le guste, esa es la realidad a pesar de proclamaciones varias y del derecho de todos de promover candidaturas y olvidar promesas de la campaña electoral anterior. Son datos sonoros como campanadas. No hay que ser un clarividente, basta mirar las cifras duras, constantes y los cambios que solo refieren a los candidatos. Orsi crece notoriamente y no le crecen los votos contrarios y las resistencias.
De todas maneras necesitamos ampliar al máximo el espectro de las alianzas y hacemos exactamente lo contrario.
Por un lado fuerzas políticas del FA impulsan a nivel sindical un plebiscito suicida, tanto desde el punto de vista político, como institucional, que fue analizado con rigor por parte de AEBU. Es una barbaridad que además le va a permitir al presidente Lacalle participar directamente del debate electoral. Y Lacalle con su nivel de apoyo es el que sostiene a la coalición. En el gobierno están festejando.
Si hubiera que elegir una burrada realmente perfecta, el plebiscito es sin duda la opción más negativa.
Con la resolución de la política de alianzas, incluso se desconoce cuándo el FA construyó el Encuentro Progresista y avanzó en esa dirección, y queremos imponerles a posibles aliados todas nuestras condiciones de manera aplastante. Y sin chistar.
Y por si fuera poco, está la resolución sobre la fórmula, que en castellano moderno quiere decir que en caso de que Carolina Cosse salga segunda en junio, la obligamos a ella y a Orsi a someterse al aparato que sin mucha vuelta eligen e imponen la fórmula.
¿Y si Carolina Cosse, en base a su experiencia y su visión política, quiere presentarse nuevamente como candidata a la Intendencia de Montevideo? Y no especulamos, es una compañera sin ninguna experiencia parlamentaria y la vice presidencia tiene sobre todo una componente parlamentaria fundamental. Y por otro lado, además de cuatro años de experiencia como intendenta, tiene experiencia ejecutiva en varios cargos. No importa, el aparato manda y decide, a lo suma consulto y tiene el horizonte de la pecera.
Es otro paso hacia los mismos errores que nos desmoronaron, que hicieron prevalecer el jueguito dentro de la pecera en lugar de los más de un millón doscientos mil votos que necesitamos para ganar las elecciones y las condiciones para cumplir con buenos gobiernos nacionales y departamentales.
Además es una subestimación de la Intendencia de Montevideo, como si la tuviéramos asegurada para siempre, con alguna heladera como candidato y no estuviera entre las prioridades esenciales del FA. Lo mismo que Canelones, que hoy es parte fundamental del capital político acumulado, no solo políticamente sino ideológica y culturalmente. A menos que alguien tenga ya planificadas las candidaturas o la candidatura a la intendencia de Montevideo. Sería bueno saberlo.
Llama la atención una frase en la resolución del Plenario: “El mecanismo acordado tiene validez exclusivamente para este proceso electoral”. ¿No consideran necesario explicar la razón de esta resolución exclusiva o acaso es alguna referencia a los principios?
La lección sobre los errores cometidos sobre la definición de la fórmula en el 2019, creo que fue suficientemente aprendida y no se resuelve con mecanismos administrativos, sino como siempre en base a la política y al sentido crítico.
Resolución del Plenario del Frente Amplio sobre candidaturas. by Montevideo Portal on Scribd
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