“Cada uno es lo que es. Me cuesta muchísimo entender que un pueblo que pasó por una deshumanización tan grande en el siglo XX, una parte importante de la sociedad israelí, no pueda sentir el dolor del pueblo palestino. A mí, personalmente, me afecta muchísimo .Se trata simplemente de por un instante, ponerse en el lugar del otro.No hay muerto que no me duela, de ninguno de los dos lados. Tiene que haber un alto el fuego ya, un retorno de los secuestrados a la casa y , por favor, terminemos con la cantidad monstruosa de muertos civiles que está habiendo en Gaza en este momento”.
Jorge Drexler, Colonia, enero 2024.
Nunca pensé que decidiría criticar públicamente palabras de un cantante mundialmente conocido, y que encima es tanto uruguayo como judío igual que yo, no alguien a quien pueda sentir como distante y extraño. Pero te escuché en las redes sociales Jorge, y decidí que no me puedo guardar para mí sola lo que quería decirte.
Podría comenzar comentando que en ninguna guerra el sentimiento prioritario o mayoritario es de dolor por el sufrimiento del otro lado. Es humano que a uno le duela ante todo el sufrimiento de su propio pueblo. ¡Y si tendrá Israel razones para sentir dolor! Fue atacado cruelmente por Hamás en un sinfín de ocasiones y los horrores del 7 de octubre lo superaron todo. Más de 1.200 muertos en un día, la enorme mayoría civiles, familias enteras asesinadas, ancianos, mujeres y niños torturados y muertos de formas crueles, algunos incinerados a tal punto que llevó muchas semanas reconocerlos, mujeres violadas violentamente hasta sangrar y tanto, tanto más, además de más de 240 secuestrados, la mayoría civiles. Es bueno que pediste por su regreso a casa, pero mi sensación, sinceramente, es que ese tenue llamado quedó tragado en todo lo demás que dijiste.
No sé en qué estudio sociológico te basás para afirmar que “una parte importante de la sociedad israelí no puede sentir el dolor del pueblo palestino”. Pero como esto es una nota periodística y no una investigación académica, opto por tomar parte de eso como premisa y suponer que parte de la sociedad israelí no dedica ahora mucho pensamiento al sufrimiento del otro lado, que sin duda existe y que a mí en lo personal no me alegra nada.
Más alla del hecho que pretender que los israelíes se preocupen ahora por el dolor palestino equivale a exigirle al pueblo atacado una actitud de ángeles de otro mundo que no se le pide a nadie en guerra, trataré de explicar por qué se llegó a este punto.
¿Sabés por qué pasa esto? Porque junto a los 3.000 terroristas armados que irrumpieron el sábado 7 de octubre a territorio soberano de Israel armados hasta los dientes para matar, violar, secuestrar y destruir, entraron también multitudes de civiles a saquear, robar, violentar, secuestrar e inclusive matar. Sí, secuestrar civiles israelíes, también matar en algunos casos, y luego “vendieron” a los secuestrados a Hamás. Hay testimonios de secuestrados que volvieron, que lo vivieron en carne propia.
Y esto pasa porque entre los civiles que atacaron las pequeñas comunidades, los kibutzim aledaños a la frontera, había palestinos que trabajaron años allí y eran tratados con total confianza. Palestinos por los que la gente de los kibutzim se preocupó cuando Hamás tomó el poder en el 2007 y en Israel pensaron que estaban sufriendo, sabiendo además que ya no podían cruzar la frontera para trabajar dignamente en Israel para mantener a sus familias. Los terroristas llegaron con mucha información precisa, que solamente podían recibir de quienes conocían los kibutzim desde adentro.
¿Sabés por qué hoy muchos israelíes no pueden detenerse a pensar en el sufrimiento del otro lado? Porque cuando comenzaron a circular en las redes los videos que los propios terroristas filmaron y difundieron,fueron miles los comentarios de civiles palestinos alabando a Alá por ello, diciendo que era un día feliz . Y lo peor, cuando los terroristas volvieron a Gaza llevando civiles secuestrados, niños entre ellos, los civiles estaban absolutamente felices, exaltados de emoción, gritando “Ala hu-Akbar” al paso de las camionetas, las motos y los coches con los civiles israelíes allí aterrorizados. Entre ellos, varios niños. Un bebé de 9 meses, su hermano de 4 años, dos mellicitas de 3 años, otra nena de 3 años y su hermano de 8…. y esos civiles festejaban. Secuestrados contaron tras su liberación que recibieron golpes de los civiles al paso de los vehículos en los que los terroristas los habían llevado, que les tiraban del pelo, les escupían. Y, hasta en el momento de la liberación, estaban aterrorizados cuando la camioneta de la Cruz Roja pasaba en medio de las multitudes que gritaban y tiraban piedras.
Cuando recuerdo uno de los horrendos videos que vi, de los terroristas ya de regreso en Gaza llevando en la parte trasera de una camioneta el cuerpo medio desnudo de la hermosa joven Shani Luck, secuestrada del festival de música por la paz Nova, y un pibe que no tendría más de 10 años, de remera roja, se acerca y le escupe, no pienso que quizás ahora ese niño está sufriendo. Pienso en Shani, violentada en vida y también ya muerta.
No me alegra nada, ni un minuto, las penurias que pasan los civiles palestinos, porque los niños chicos no tienen la culpa, y porque seguirán siendo vecinos de Israel. Pero la culpa no es de Israel sino de los terroristas. Israel no tenía derecho a quedarse de brazos cruzados sin responder. Ningún pueblo que ama la vida tiene derecho a no defenderse.
¿Sabés por qué se llegó a la situación actual, que no concuerdo en absoluto en dar a entender que es deshumanización? Porque el ejécito no encontró ni un jardín de infantes sin enormes cantidades de explosivos y cohetes. Porque tuvieron a secuestrados retenidos en hospitales, en connivencia con médicos y enfermeros que después salen a las cámaras a hablar del sufrimiento de los civiles y la falta de remedios, aunque saben que Israel introduce todo y Hamás se lo roba a su propio pueblo.
¿Sabés de dónde yo misma sentí furia, yo que siempre dije que seguramente la mayoría de los palestinos quiere para sus hijos lo que yo quiero para los míos? De asistir a la proyección para la prensa internacional de los videos de los horrores…y hasta ahora no me puedo olvidar de la voz de Mahmud, uno de los terroristas, que llama a sus padres por el celular de una de las víctimas y les cuenta entusiasmado que acaba de matar a diez judíos con sus propias manos….¿Qué querían los padres para ese hijo que creció y se convirtió en un monstruo?
Sí, la cifra de muertos, como dijiste, es “monstruosa”. O mejor dicho, la que Hamás alega que hay, cifras de las que todos se hacen eco sin revisar, vergonzosamente. ¿Por qué creerles a los terroristas que omiten cuántos de sus asesinos armados murieron, que dan a entender que todos los muertos son civiles y que no dicen nada de la gran cantidad de palestinos muertos por cohete que ellos dispararon a Israel y que por fallas técnicas cayeron dentro de Gaza?
Ni un palestino habría muerto si Hamás no hubiese declarado la guerra a Israel. Y, desde que lo hizo, varios de sus líderes dijeron abiertamente en distintas entrevistas que lo volverán a hacer.
Pues no. Israel tiene que garantizar que no puedan. Nunca más, es hoy.