Santiago Leiras*
Latinoamérica21
Una vez más, Argentina ha ingresado, el 10 de diciembre pasado, en un nuevo ciclo político con un presidente que ha definido su gestión como una “bisagra de la historia”. Javier Milei viene en esa condición a inaugurar una nueva etapa política en la cual se propone hacer tabla rasa con los presupuestos sobre los que basó el proceso democrático desde 1983 en particular y la política argentina en el último siglo en general.
En base a esas definiciones precedentes es que el nuevo presidente ha impulsado dos polémicas iniciativas. La primera, a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU 70/2023), procura modificar o derogar más de 300 leyes y tiene como propósito principal la desregulación de la economía argentina. El decreto, que tiene 366 artículos, sanciona la “emergencia pública” en la Nación por el plazo de dos años, hasta el 31 de diciembre de 2025 y plantea la derogación completa de las leyes de alquileres, de abastecimiento, de góndolas, de compre nacional y de promoción industrial, entre otras.
La segunda iniciativa, mediante una ley ómnibus, propone, en un texto de 350 páginas y 664 artículos denominado “Bases y Puntos de Partida para La Libertad de los Argentinos”, transformaciones muy profundas sobre aspectos diversos y muy variados tales como la regulación de la protesta social, la reforma del sistema electoral, la privatización de empresas del sector público y la regularización de activos económicos (blanqueo), solo para destacar algunos. Digno de mencionar es su artículo 654, que impulsa la aprobación del DNU 70/2023 mediante la aprobación de esta ley.
Es interesante destacar aquí algunos datos relacionados con el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia desde 1983 a la fecha. Desde el 10 de diciembre de 1983 hasta el 9 de diciembre de 2023 se firmaron en Argentina un total de 1.380 DNU, con un promedio de 2,88 por mes. Cinco expresidentes hicieron uso del recurso por encima del promedio, estos fueron Eduardo Duhalde (9,29), Néstor Kirchner (5,09), Carlos Menem (4,36), Alberto Fernández (3,71) y Fernando de la Rúa (3,04). Además, tres expresidentes hicieron uso de los DNU por debajo del promedio: Raúl Alfonsín (0,34), Cristina Fernández (0,79) y Mauricio Macri (1,45). Párrafo aparte merecen los 6 DNU que firmó Adolfo Rodríguez Saá en 7 días de gestión presidencial (0,85 por día) entre el 23 y el 30 de diciembre de 2001.
Varias consideraciones podrían realizarse a partir de los datos señalados. La primera es que, en el caso de aquellos presidentes que han utilizado el recurso del DNU por encima de la media, su gestión tuvo lugar en contextos de crisis de carácter terminal (o así percibidas por lo menos): económica (Carlos Menem), social (Fernando de la Rúa/Eduardo Duhalde/Néstor Kirchner) y sanitaria (Alberto Fernández), esta última producto de una pandemia de carácter global. La segunda es que en los casos de Raúl Alfonsín, Cristina Fernández y Mauricio Macri, la gestión gubernamental se desarrolló en contextos de “relativa normalidad” (CFK) o de crisis “asintomática” (Alfonsín/Macri).
A la fecha presente, el presidente Milei ha dictado siete DNU; con base en un severo diagnóstico sobre la crisis argentina –definida, una vez más, como la más grave de toda la historia–, el mandatario ha propuesto a la sociedad argentina un programa de transformación radical de la economía, la sociedad y el sistema político, con escaso apoyo en las instituciones legislativas, el veto de diferentes organizaciones sociales y un respaldo condicional de los mercados y la opinión pública: cómo resolver la cuadratura del círculo parte I.
Al mismo tiempo, a través de las iniciativas propuestas, el presidente procura concentrar poder mediante la delegación de facultades por parte de las instituciones legislativas (“La Casta”) a fin de proceder a liberalizar el funcionamiento de la economía y la sociedad: cómo resolver la cuadratura del círculo parte II.
La experiencia de la década de los 90 nos puso ante cuatro alternativas de resolución de dilemas similares: la de Carlos Menem, la de Alberto Fujimori, la de Fernando Collor de Mello y la de Abdalá Bucaram. ¿Cuál de esas cuatro alternativas será la que finalmente defina la gestión de Javier Milei?
Mientras tanto, La Libertad Avanza entre la necesidad y la urgencia.
* Santiago Leiras es cientista político y profesor asociado de la Univeridad de Buenos Aires (UBA). Doctor en América Latina Contemporánea por el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset (España).
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