Por Esteban Valenti | @ValentiEsteban
¿Por qué insisto con este tema? Por una razón muy simple, difícil de proyectar, considero muy, pero muy negativo para el país, que una persona que no tiene las capacidades, ni las condiciones básicas pueda llegar a ocupar la vicepresidencia. Los uruguayos ya tenemos una trágica experiencia.
Un periodista hizo una porquería, grabó un audio de una conversación personal y lo difundió en las redes. Imaginen las cosas que se podrían escuchar de conversaciones privadas difundidas por las redes. No se utilizan las mismas palabras que en declaraciones políticas públicas. Ya lo aclaré, y es relativamente fácil de comprenderlo.
Pero sobre el fondo del tema, no me desdigo en absoluto, al contrario, me faltaron datos fundamentales. Algunos frenteamplistas consideran que como me fui del FA no debería opinar de sus candidatos. Pero es elemental, a menos que ya hayan llegado al delirio de creerse que nada menos que la candidatura a la vicepresidencia de la nación, es un tema interno. Estamos hablando de los dos principales cargos institucionales de este país, el Presidente y la Vice que nos ofrece para gobernarnos durante 5 años. Nada menos, y ese no es un tema de los frenteamplistas, menos de los fanáticos y tiene que ver con nuestras vidas.
Agreguemos que Martínez obtuvo el 40% de los votos, fue el único partido importante que vio reducir en el 12% sus votos en estas elecciones internas. Fue el precandidato elegido con menor cantidad de votos y el porcentaje más bajo de la historia del FA desde que existen las elecciones internas y los dos candidatos que le siguen (Carolina Cosse y Óscar Andrade) sumados lo superan cómodamente. Todo esto forma parte del cuadro político. También es un dato político que obtuvo menor porcentaje de votos en Montevideo, donde se supone que es más conocido que en el interior del país.
Comencemos a tratar el fondo de esta designación, no se trata solo del manoseo, de la improvisación, del malhumor que mascullan muchos dirigentes del FA, y de la falta de capacidad política demostrada por Daniel Martínez en su primera movida política importante luego de ser elegido como candidato.
Estos son mis cuestionamientos de fondo por los que reafirmo que Graciela Villar es altamente inconveniente para ser la vicepresidente del Uruguay.
Luego de muchos años de militancia, decenas en Asamblea Uruguay, Villar presenta una lista en estas elecciones internas, la 11916 y obtiene a nivel nacional 2495 votos..., mientras que Carolina Cosse - para tomar un ejemplo - obtuvo 65.035 votos, 25 veces más. Villar no es alguien externa al sistema político recién llegada, es funcionaria de este sistema político desde hace muchos años y llegó a ese nivel, cuando muchas de sus compañeras de sector alcanzaron puestos a nivel del senado, de la cámara de diputados o en el Poder Ejecutivo. Estaba donde su capacidad le ha permitido llegar y Martínez nos la quiere colocar de vicepresidente.
Segundo, es impresentable que Martínez, demostrando una visión del país y una imaginación política desbordante, nos proponga como fórmula presidencial, a un ex intendente y a una ex edila de Montevideo. Da vergüenza propia y ajena.
Tercero, Graciela Villar fue la promotora, en un plenario de la lista 2121 de la defensa de Raúl Sendic, increpando a Danilo Astori sobre mis posiciones y declaraciones sobre el desastre en ANCAP y las mentiras sobre el título universitario de Sendic. Ante esto, Astori declaró alto y fuerte que mis declaraciones no representaban sus posiciones ni las del FLS. Y era cierto, ellos defendieron en los órganos del FA a Sendic hasta las últimas consecuencias. Pero no terminó allí, el grupo de integrantes de la 2121 que organizó todo ese operativo, le pasó la grabación de la reunión a la prensa. Todo lo publicó el semanario Búsqueda. Y la fracción conspiradora feliz, porque su objetivo - y todos en la 2121 lo sabían - era destruir el FLS.
Destruir al FLS no por razones de estrategia política, sino simplemente porque limitaba su horizonte en el reparto de cargos con los otros grupos que integraban el Frente Liber Seregni. Y lo reiteraron en diversas oportunidades en varios plenarios en el Club Español de la 2121, incluso estando ausente Danilo Astori, formularon las peores descalificaciones. Los militantes de Asamblea Uruguay lo recuerdan perfectamente o tienen una peligrosa memoria selectiva. Y en todos los casos le pasaron las grabaciones a la prensa de la oposición. Era otra familia Fuentes.
Ahora comprendo un poco más la pasión por defender a Sendic de parte de Villar, pues en realidad ella utilizó el mismo método de mentir sobre su título, en diversas publicaciones oficiales de la Junta Departamental y en su currículo en la web de la Junta, aparece como psicóloga social, y no tiene ningún título universitario. Ni ese ni ningún otro. En el FA se harán los desentendidos, ya están acostumbrados.
Y no fue ningún descuido, porque ella personalmente escribió "psicóloga social" en su perfil de Twitter y antes de que explotara su mentira lo cambió. Es decir que conocía perfectamente que estaba mintiendo y sabía que nunca fue psicóloga social, es más, a los defensores de oficio les convendría callarse la boca para no hacer más ridículo, porque ni siquiera si hubiera existido una facultad especializada podría haber hecho la carrera porque, como ella misma se vio obligada a reconocer, terminó apenas el 4to año de secundaria. Y nadie cuestiona su nivel educativo, sino sus mentiras, reiteradas. A lo Sendic.
Y que no me vengan a decir con esos métodos conspirativos y esas mentiras en reiteración real que son seregnistas. No les queda ni el más leve perfume de Seregni.
Yo quiero confesar que a mí me quedó un trauma, no haber hecho todo lo necesario y a nivel público, para que Sendic nunca llegara a ser vicepresidente, por el daño que le hacía al país y a la izquierda. Le hice llegar a los principales responsables políticos la documentación sobre su gestión en ANCAP y hablé con ellos.
No se movieron un milímetro, Sendic llegó a vice y tuvieron que hacerlo renunciar para vergüenza nacional y del Frente Amplio. No voy a cometer el mismo error. Graciela Villar no tiene ni el nivel, ni la trayectoria, ni la transparencia de proceder para ser vicepresidente de la república. Y los que se callan pero piensan lo mismo, los que murmullan en los pasillos, los que aceptan que de un dedazo Martínez designe a alguien a último momento antes de subirse a un avión, como siempre tienen toda la libertad de hacerlo, y yo de no callarme. Seguramente Martínez vio el título.
A los que me contestan con cartas abiertas o declaraciones, ¿por qué no desmienten una sola de mis afirmaciones concretas y se dejan de hacer literatura barata? Para ellos el mérito continúa siendo el silencio y la sumisión, ante la mentira y otras perversiones de la política.
En cuanto a las referencias al proyecto fracasado con el PI de Pablo Mieres que muchas veces aparece en las respuestas, dos reflexiones: primera, fue un grave error, en primer lugar de parte mía por pensar que con ese tipo de personajes se puede hacer un proyecto de alternativa. Ahora nos enteramos por diversas declaraciones de los protagonistas que se estaban reuniendo y repartiendo el pastel con Lacalle y Talvi. Y Mieres se hacía el "alternativo". Segundo, que nosotros no nos vendimos por ningún precio ni cargo. Si renunciábamos a decir la verdad y mejor aún, a votar al candidato opositor, todo volvía a la normalidad, incluso recibíamos plata del adelanto de los votos que ya estaba pactada. Fuimos coherentes, con Selva a la cabeza, y pagamos el alto precio de quedar a la intemperie total, sin plazo ni siquiera para presentar un nuevo lema. Y esos son principios y me siento orgulloso, una cosa es equivocarse y otra es entregarse y dejar de ser de izquierda. Algunos tienen gran experiencia y van sumando nuevos capítulos.
Por último, a los emergentes fanáticos, dispuestos a seguir defendiendo cualquier cosa, que no se preocupen, no van a perder las elecciones por este episodio, por la fórmula "municipal", o por la manija de la heladera, van a lograr el milagro de que vuelva la centro derecha a gobernar el Uruguay, porque los ciudadanos saben lo que es un buen gobierno, tienen para comparar, entre el primer gobierno del FA y los otros y este último en especial, sus consecuencias económicas, sociales, culturales, políticas, en la educación, la seguridad, las promesas violadas, el acomodo permanente de nuevos cargos. etc.
Eso sí, siempre tendrán la posibilidad de echarle la culpa a los demás y nunca a su elemental falta de crítica y autocrítica, condiciones básicas para ser de izquierda.