Si bien hoy todo se superpone y se confunde un poco, creo que nos puede ayudar tener en claro alguna de las diferencias de enfoque cuando se trata de llevar adelante un proyecto, como empresario y como emprendedor.
Por un lado existe la visión empresarial, donde se priorizan oportunidades, negocios y resultados. Esto implica que las decisiones se piensan y se analizan mucho (lo cual me parece perfecto). En esta visión empresarial se trabaja constantemente con el botón rojo a mano, casi siempre que algo no funciona se descarta, sin dudarlo un segundo. Este pragmatismo, un poco frío, permite que las empresas crezcan fuertes y sanas. Casi como máquinas perfectas.
A ese ritmo, tiene mucho sentido que en el mundo empresarial se haya vuelto cada vez más fuerte el concepto de desconectarse, relajarse, y olvidar el trabajo, entre otros. Entiendo la importancia de todo eso, ya que no es sano vivir aumentando el estrés de los negocios. Sucede lo opuesto en el mundo emprendedor, donde parece imposible desconectarse de nuestro propósito. Quizás la mayor diferencia entre ser empresario y ser emprendedor, es la dedicación.
Este fuerte sentimiento de conexión entre emprendedores y proyectos permite quedarse junto con el emprendimiento, como capitán con su barco. Y en caso de no hundirse, todo lo que venga será un éxito. Emprender es permitirse errores, aprender, quizás sufrir un poco. No parece muy atractivo, pero cuando llegan los resultados, se sienten con vida. Y esa sensación de realización, felicidad o simplemente alegría, es imposible de equiparar con resultados empresariales.
Hago un gran paréntesis. Claramente no estoy aconsejando que debemos fundirnos defiendo nuestros emprendimientos. Cómo les decía al inicio, no estoy escribiendo esta columna para ayudar a crecer las marcas, sino a las personas detrás de las marcas. Trabajé en un montón de agencias, participé en varios eventos y festivales, y honestamente nunca me llenó de alegría ver que las ventas aumenten. Ni siquiera las de mis propios proyectos. Siempre digo que las marcas son personas.
Por eso, crecer duele. Quienes emprendemos lo sabemos, y nos quedamos ahí cerca, acompañando. Porque, repito, nada se compara con la alegría de ver un emprendimiento que crece y se materializa. Esto lo sostengo siempre, ya sea en conversaciones con clientes, dando charlas, o en cursos. Quienes me conocen saben que soy de apostar por los emprendimientos, en particular por mi Escuela Carne (@escuelacarne).
Pero quienes me conocen un poco más, saben que uno de mis
principales emprendimientos es UFA, mi banda de música pop (@ufamusica). La
historia es larga. Creo que comencé en 2010 cuando volví a vivir a Uruguay. No
voy a contarles ahora la biografía de UFA, pero les aseguro que cumple con todo
lo que digo respecto de los emprendimientos. UFA es un sueño que se hizo
realidad con mucho sacrificio. Y más difícil aún, fue mantenerse despierto
durante todos estos años de banda.
Si hubiese tomado UFA con una visión empresarial, no habría llegado a grabar ni dos canciones. Por suerte no hubo botones rojos, y el emprendimiento tuvo la dedicación necesaria para crecer. Dentro de todo lo bueno que vi llegar con UFA, (como sonar en radios y editar dos discos con sello Montevideo Music Group) me gustaría destacar un hecho puntual.
Eventualmente cuando escuchen algún tema de UFA, dirán suena parecido a algunas bandas de pop argentinas como Tan Biónica y Babasónicos, entre otras. Quizás fue por eso mismo que en noviembre tuvimos el honor de ser teloneros de Chano (ex líder de Tan Biónica). Lo que no estaba en los planes fue que me invitara a compartir escenario y cantar uno de sus mejores temas.
Esa noche fue muy importante para UFA, porque además del show, alcanzamos gratamente un público que no conocía nuestra banda. Nada de eso habría pasado si hubiese tomado UFA como un proyecto empresarial. Como les decía al principio me parece que una de las principales diferencias entre ser empresarios y ser emprendedores es la dedicación. No solo como sinónimo de carga horaria, sino también emocional. Me animo a afirmar que el tiempo no pasa cuando se trata de un emprendimiento.
El 2021 fue un año inolvidable para UFA y se los quería compartir. Porque realmente les deseo que puedan experimentar la alegría de emprender un sueño.