El bochornoso espectáculo tuvo lugar en el estadio Mestalla, donde se enfrentaron el Real Madrid contra Valencia, cuyo resultado pasó inadvertido. Vinicius Júnior, jugador franquicia del Real Madrid, sufrió los insultos de una minoría de la afición. Y volvió a poner sobre la mesa una práctica vigente que nunca ha desaparecido: el racismo.
Es hipócrita creer que avanzamos como sociedad cuando en realidad en el Siglo XXI hay quiénes creen que una diferencia biológica hace a una persona superior u otorga privilegios frente a otros.
Sinceramente, quienes hemos tenido alguna vez la posibilidad de ir a nuestras canchas aquí en Sudamérica, podemos dar cuenta de que es materia corriente este tipo de agravios al rival. Puteadas de todo tipo de calibre y color se desprenden de una multitud efervescente que parece haber ido a la cancha a agredir al rival en vez de alentar a su propio equipo. Es muy triste y lamentable que se tome como folklore los cánticos racistas, xenófobos, homofóbicos que las tribunas interpretan cada domingo. Y que no tienen, en el fútbol argentino al menos, un castigo ejemplar para erradicarlos.
En España, la cosa es diferente y quién tuvo que impartir justicia, lo hizo. Le impusieron al Valencia una sanción de cinco fechas por cierre parcial del estadio y una multa de 45.000 euros.
Sin embargo, Vinicus sentenció en un tuit viral: “El racismo es normal en la Liga. La competición cree que es normal, la Federación también y los adversarios la alientan. El campeonato que alguna vez fue de Ronaldinho, Ronaldo, Cristiano y Messi hoy es de los racistas”. Dando a entender que, según él, esto es un hecho generalizado en España.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, tomó los insultos racistas contra Vinicius como una cuestión de estado y cuestionó la falta de medidas por parte de la política y el deporte de España. Además, el futbolista recibió el apoyo en las redes de colegas como Mbappé, Neymar, Rio Ferdinand, Casemiro, entre otros tantos.
Del mismo modo, algunas marcas como Santander, Puma, Mahou y Adidas expresaron su rechazo al racismo y la discriminación. Nike, patrocinador del deportista, le brindó todo su apoyo en una reciente publicación en Twitter. Subió una foto suya vistiendo la casaca de Brasil y con el lema: “Stop looking the other way” (deja de mirar hacia otro lado). Desde el diario Marca, afirman que Nike convertirá al jugador en la imagen de una campaña antirracismo.
¿Esos insultos reflejan el racismo en España? Honestamente, no lo creo. Pero en todo caso, por qué Vinicius tiene que soportar que le digan: “Mono”, “negro”, “puto negro”, sea un espectador quién lo diga, una facción o todo el estadio, da igual. Se merece un rotundo rechazo y me parece correcto que el jugador haya dicho “basta”.
Hasta donde conozco, Vinicius siempre ha sido un jugador con un comportamiento profesional. No hay nada en él que sea más provocador que su jogo bonito.
Por eso, es hora de decir basta al odio. A la violencia ejercida con la palabra.
Porque la palabra ‘negro’ estigmatiza, es un agravio que nos remonta a la esclavitud. La utilizamos en nuestro lenguaje coloquial sin darnos cuenta cuando decimos: “trabajar como un negro o en negro (informal)”; “hay una mano negra”; “un día negro” … Y atribuimos a lo negro un carácter de malo, oscuro, que nos sirve para denostar situaciones y cosas que no nos gustan.
El fútbol está cargado de prejuicios raciales y discriminatorios. Y se “acepta” naturalmente esta jerga lastimosa que a nadie parece importarle. Aunque a veces, como vimos, lo que pasa en la cancha, no queda en la cancha.
Ojalá instituciones y gobiernos se comprometan seriamente en educar a la gente sobre el racismo y la discriminación. Creo que es una cuestión de educación, respeto y tolerancia. Después de todo, “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”, como decía Nelson Mandela.
Les comparto un video educativo muy interesante para ver con sus hijos ¿por qué existe el racismo?