Por Pablo Mieres | @Pablo_Mieres
El domingo los uruguayos decidiremos los próximos cinco años de nuestro país.
Efectivamente, la elección decisiva es la del próximo 27 de octubre porque en ella se elige Parlamento. Ya está muy claro quienes serán los que disputarán la Presidencia a fines de noviembre, pero el sentido y la dirección del próximo gobierno se define mediante la integración del Parlamento.
Se acaba el tiempo de las mayorías absolutas y del gobierno de un solo partido. A partir del 27 será necesario articular un gobierno de acuerdos entre más de un partido, por lo que será necesaria una coalición.
Es importante, por lo tanto, que los ciudadanos elijan pensando en la configuración de un Parlamento que garantice los cambios y que asegure seriedad, confiabilidad y control de la gestión del próximo gobierno.
Nosotros somos impulsores de un cambio de gobierno. El fracaso del Frente Amplio y sus graves omisiones éticas e irregularidades, así como el notorio mareo del poder, indican la necesidad de la alternancia que es, en cualquier democracia, un proceso natural que la fortalece.
Pero no estamos dispuestos a apoyar cualquier cambio. Nuestro partido, con el respaldo que los ciudadanos nos otorguen en las urnas, estaremos dispuestos a acompañar un cambio siempre que este garantice ciertos contenidos que son los mojones que marcan un camino hacia un cambio que valga la pena.
Se deben desarrollar políticas sociales potentes, particularmente dirigidas a la primera infancia que es donde se juega el verdadero futuro de las personas. Políticas sociales de contenido promocional para que las familias salgan adelante con su esfuerzo y su trabajo.
Se debe garantizar una profunda y efectiva reforma educativa que recupere la equidad en los logros de aprendizaje y la puesta al día de los contenidos para preparar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para los desafíos del mundo del siglo XXI.
Hay que recuperar la seguridad y para ello resulta imprescindible que la policía vuelva a los barrios, esté cerca de los vecinos y combata el delito con energía en el lugar dónde este se produce; y, al mismo tiempo, hay que asegurar el apoyo político decidido a la policía; junto a una reforma penitenciaria que asegure una baja sustancial del porcentaje de reincidencia, condición esencial de la mejora de la seguridad.
Pero, sobre todo, hay que aprobar un paquete de medidas de lucha contra la corrupción. Reducción sustancial de los cargos de confianza, poder de veto al Tribunal de Cuentas para trancar las irregularidades en su origen, recursos para la Junta Anticorrupción para que cumpla con sus cometidos de control y aprobar una norma que termine con los abusos de poder de las Intendencias a la hora de contratar personas en el Estado.
Es imprescindible recuperar competitividad, para lo que se debe reducir el gasto público orientándolo hacia un Estado eficiente e inteligente que rinda cuentas, hay que abrir el Uruguay al mundo y reducir los costos del Estado en tarifas de combustible y energía eléctrica. Pero, además, hay que hacer un esfuerzo especial en mejorar las condiciones de los micro y pequeños empresarios.
Hay que fortalecer las políticas ambientales. Para ello se debe crear un Ministerio de Medio Ambiente y desarrollar las tareas de control de la calidad del agua, aire y suelos.
También es imprescindible el compromiso con la búsqueda de la verdad sobre el destino de los desaparecidos para saldar una deuda ética pendiente con sus familiares y con nuestra propia historia.
Si estas cosas, que son los mojones de un camino del cambio que el Partido Independiente propone, son asumidas por el candidato más votado de la oposición, entonces podremos sumar para impulsar un gobierno de cambio.
A la hora de la decisión, es fundamental, que en tiempos de futuras coaliciones, los ciudadanos reflexionen sobre la importancia de la confiabilidad de los eventuales socios.
El riesgo de cualquier coalición es que los socios sean volátiles, impredecibles o que estén en función de intereses particulares, cobrando contrapartidas cada vez que hay que apoyar ciertas decisiones políticas.
Por eso es muy importante que los partidos que integren una coalición sean confiables, serios y con trayectoria probada.
Nuestro partido no se hizo de golpe, no nació hace unos meses, ni inventó su programa en unas pocas semanas de ocasión para las elecciones. Tenemos una historia de casi diecisiete años, de trabajo serio y responsable en el Parlamento.
Legislamos, controlamos y representamos en base a convicciones y principios. Así nacimos y así nos hemos comportado durante todo este tiempo.
En tiempos revueltos, en los que habrá que tomar decisiones difíciles e imprescindibles, es fundamental que los integrantes de una coalición del cambio sean confiables y que se muevan por valores superiores.
Eso es lo que nuestro partido puede ofrecer para los tiempos que vienen. Por eso somos la garantía del cambio y los invitamos a que nos acompañen con su voto el próximo domingo.