Primero fue el “país fundido'' que encontraron al asumir la administración. Luego, la pandemia. Ahora, la guerra. ¿Qué vendrá después? ¿No será tiempo de que el oficialismo se haga cargo de las consecuencias generadas por sus definiciones políticas?
Como ustedes recordarán durante el último mandato del Frente Amplio, así como en la campaña electoral de 2019 y en estos dos años de gobierno, la coalición gobernante criticó vigorosamente el “estado” en el que se encontraba el país. Aunque pueda sonar contradictorio, el 23 de junio de 2020, el Ministerio de Economía y Finanzas le presentó a inversores extranjeros un informe donde destacaba las virtudes de nuestro país en materia económica, política y social. El mismo se encuentra disponible en la página de Presidencia de la República.
Algunas de las fortalezas que este gobierno destaca de Uruguay en el informe: “Crecimiento de la economía ininterrumpida del 2005 al 2019, 63% acumulado”; “El país con mayor formalidad laboral de América Latina, con el 75% de formalidad laboral”; “ País socialmente estable con baja desigualdad e informalidad en términos relativos y una amplia red de seguridad social”; “Segundo país de América Latina con mas reservas internacionales en relación a su PIB, casi el 25%, solo superado por Perú”; “Deuda en Moneda Extranjera se pasó del 88 % al 57 % de 2005 al 2019”; “Descenso de la deuda bruta de casi un 80 % a un 53 % del 2005 al 2019”; “ El único país de América Latina con superávit en la balanza de cuenta corriente: 0,7 del PIB en el 2019”; “País con menor percepción de corrupción de toda América Latina”; entre otras .
Parece increíble, pero no lo es. Lo que acaban de leer fue expresado por este Poder Ejecutivo. El contenido no corresponde con sus declaraciones ante los medios de prensa nacionales… Sin embargo, a los inversores internacionales deben transmitirles las bondades que construyó el Frente Amplio en sus 15 años de gobierno nacional. Lo mismo pasó en la feria de Dubai el año pasado donde se presentó a Uruguay "el segundo mayor productor de energía limpia del mundo" y "el primero en darle a cada niño en las escuelas su propia laptop” .
Luego llegó el COVID-19. Es innegable que la pandemia afectó al mundo entero. En ese marco, es justo reconocer que el gobierno actuó de manera rápida y gestionó la crisis sanitaria con éxito. Pero también es necesario destacar las fortalezas de nuestro Estado: un sistema integrado de salud capaz de enfrentar la emergencia, así como también un alto porcentaje de nuestra población con conexión a internet, condición imprescindible para teletrabajar o estudiar. A su vez, miles de estudiantes con computadoras personales, entregadas por el sistema educativo público y un sistema de transferencias monetarias, que permitió llegar rápidamente a las personas en situación de vulnerabilidad económica.
Las promesas electorales del oficialismo no han sido cumplidas, sobre todo las que afectan al bienestar de la población uruguaya. Los salarios y pasividades perdieron poder de compra. Las tarifas, los impuestos y combustibles aumentaron, estos últimos un 30% previo a la guerra. La pobreza aumentó con relación al 2019, también la desigualdad. La inversión pública cayó y está en sus mínimos históricos. La educación no tuvo ninguna reforma y su presupuesto ha sido recortado. Se construirán menos viviendas que en el período pasado y algunos indicadores de la seguridad han empeorado.
El gobierno siempre tiene una explicación para estas omisiones. Primero fue la herencia, ya mostramos que sus mismos documentos contradicen sus discursos. Luego fue la pandemia, ya hemos dicho que fue el país que invirtió menos para ayudar a las familias en la crisis por el covid y ahora es la guerra la que provoca la carestía, y por lo tanto hay poco para hacer.
Ahora bien, este año nuestra economía ha mejorado, principalmente, las exportaciones. Nuestros principales productos de exportación han duplicado los precios. Las exportaciones en 2021 sumaron más de 11 mil millones de dólares, lo que representa un aumento de 43% con respecto al año anterior.
Los depósitos bancarios internos y externos crecieron 9 mil millones de dólares en los años 2020 y 2021, un crecimiento histórico según los datos del BCU, publicados en un informe de Aebu. A su vez las consecuencias económicas de la guerra elevan los precios de nuestros productos de exportación como el Trigo, la Soja y la Carne. Mucho más que un "viento de cola".
Frente a este escenario, el gobierno propone un conjunto de medidas totalmente insuficiente para combatir la carestía. Como ha sido la tónica del oficial ante cada problema: el gobierno hace “como que hace”, es decir, lo más importante de las medidas del gobierno es el “anuncio” de las medidas.
Repasemos las últimas medidas anunciadas y realizadas para enfrentar la carestía de los productos alimenticios: la exoneración del IVA del Asado y Panificados representa el 0,37% en la canasta de una familia uruguaya. Por poner un ejemplo, en un ingreso de 20.000$ serían aproximadamente 74$ de ahorro, por dos meses máximo, 148 $.
Otra medida: el adelanto de la recuperación de 2 y 3% para empleados públicos y jubilados tiene gusto a poco. Primero, se empieza a percibir en agosto, es decir, cuando seguramente todo el aumento dado en enero del 22 ya se haya perdido en función de la inflación que venimos teniendo. Segundo: es un adelanto, por lo tanto es posible que ese aumento se descuente del aumento de enero del 2023.
Por otro lado, se sugiere la convocatoria de la mesas de negociación de Consejos de Salarios para las ramas de actividad que no tengan acuerdo con recuperación para el 2022. Por tanto, los avances van a depender exclusivamente del sector empresarial. Porque si hay convenio firmado previamente, -recordar que en la mayoría de los acuerdos el Poder Ejecutivo votó con el sector empresarial- , los empresarios no se encuentran obligados a abrir la mesa de negociación. Por lo tanto, no se asegura que haya una recuperación salarial para los trabajadores privados, que en este caso, son aproximadamente 300.000.
A su vez, no se detallan medidas para las familias más vulnerables: aquellas que no se encuentran alcanzadas por ingresos formales y reciben transferencias monetarias, que son las familias más afectadas por la carestía de los alimentos.
Recordemos que hay 66 mil uruguayos más en situación de pobreza que en el 2019, creciendo sustancialmente en los niños y adolescentes. Recordemos también que aumentó la cantidad de niños en situación de calle, así como crecieron las personas atendidas por las ollas populares.
En suma, el gobierno decide gobernar para un sector minoritario de la población, y le suelta la mano a la gran mayoría de nuestros compatriotas. Explica los problemas que hay y transfiere sus impactos a la sociedad. ¿El gobierno es omiso ante la situación o es responsable? En cualquier caso, ya no hay excusas. Llegó la hora de "hacerse cargo".