El final de 2023 les regaló alivio a las almas de los miles de hogares uruguayos afectados por las políticas del Banco Hipotecario del Uruguay. Fueron de esas pocas emocionantes sesiones del Senado de la República. Hubo lágrimas, nervios, decepciones, recuperación de la esperanza, frustración con la acción de algunos crueles actores de nuestra administración, y al final del día mucha alegría. Era el primer paso concreto. Un logro fundamental. Era torcerle la mano a la desidia. Era quebrar la determinación de la mascota que se volvió monstruo.
El mérito de este logro es todo de los deudores que resistieron. Que fueron capaces de organizarse. Que estudiaron al extremo de tener todas las respuestas. Que siempre fueron constructivos. Que nunca pidieron lo que no se podía. Que pagaron cada mes durante décadas a pesar de ver crecer su cuota y su deuda acumulada. La morosidad es del orden del 3%. Hay que saberlo.
Inmensa la alegría que compartimos con los senadores Camy y Coutinho, con el ministro Lozano, con la diputada Carmen Tort, con el equipo de Economía que trabajó en el tema, con el propio presidente de la República, que de no haber estado tan presente el logro hubiera sido imposible, a juzgar por las adversidades que debimos enfrentar.
Diciembre vino con campaña de las autoridades del BHU en contra del proyecto. Con contratos publicitarios por parte de un banco que no trabaja. Que no tiene proyectos para ofrecer. Que ha dado en los últimos años una media de apenas tres créditos por día. Que no se justifica como banco. Que le ha regalado el 85% del mercado del crédito inmobiliario a la banca privada. Que creció su cartera de préstamos en cien millones de dólares en el tiempo que la banca privada creció en mil. Ese banco supo gastar en consultorías y en publicidad para oponerse a la ley. Gracias a su inversión publicitaria, consiguió periodistas propagandistas de su posición y espacios en programas que le permitieron hacer campaña en contra de la ley.
Se habla de un costo de 330 millones de dólares para el Banco Hipotecario del Uruguay. No es así. Esa estimación es la que manifestó el Ministerio de Economía en Comisión de Vivienda del Senado como estimación de costo del primer proyecto de los que presentamos (con bastante más alcance que el aprobado). Después no pudo haber estimación seria de costos porque el BHU tiene toda la información anterior a 2008 en carpetas de papel que hay que calcular y sumar de a una. Tampoco es ese el costo de la ley porque el banco tiene activadas deudas por montos de cientos de miles de dólares por propiedades cuyo valor no llega a 70 u 80 mil dólares. Nadie va a pagar 300 por lo que vale 80. Esa pérdida ya está. Ya estaba antes de la ley. Un banco sensato debería reconocer esa pérdida contable independientemente de la ley.
El BHU dice que su balance cerró con pérdidas por las previsiones del proyecto. En realidad, su balance cerró con pérdidas por tener como activos créditos que son inexistentes. Su balance cerró con pérdidas por no trabajar. Ningún banco que dé tres créditos por día puede ganar plata. Su balance cerró con pérdidas por tener inactivos sus activos. El BHU tiene 10 veces el patrimonio que requiere su nivel de actividad. La banca privada ganó plata con el crédito inmobiliario gracias a que el BHU se lo regaló (85% del mercado). Por eso perdió plata. No fue por la ley. Fue por no trabajar. Recién se pusieron a trabajar cuando les dijimos que hay que pasar el crédito hipotecario al Banco de la República que lo puede hacer mucho mejor, primero porque tiene 130 sucursales, porque está en todo el país, porque vive de otra cosa y no necesita robar a sus clientes para mantenerse, y porque tiene recursos para participar de este mercado. Además, ya no hay más bancos especializados. Los bancos están orientados a servir al cliente. A servir todas sus necesidades. Ya no es un banco para cada necesidad, sino un banco para atender al cliente.
Si no lo cerramos, que sería lo mejor, debemos al menos reorientarlo. Puede ser banca de inversiones de segundo piso. Tal vez por ese lado pueda tener mejor suerte. Si no, seguiremos condenando uruguayos para mantener Estado innecesario e inútil.
El BHU contrató a la Consultora CPA-Ferrere para justificar por qué no era necesaria ni justa la ley. CPA hizo el mandado. Lo hizo mal, pero lo hizo. Generó un modelo basado en supuestos absolutamente incompatibles con la realidad para poder forzar la conclusión de que una moneda que creció casi el doble que otra resultó mas conveniente para el deudor. Casi un insulto a la sensatez.
El modelo de CPA se desarrolla en base a 192 casos de créditos tomados mes a mes en un período cuidadosamente elegido para que tenga mayor peso relativo el período 98-2004, que fue el único en el que la inflación creció por encima de la UR. No tomó créditos a partir del 84 sino a partir del 87. Para esto tuvieron que incorporar, además, el supuesto tirado de los pelos, de que el crédito se había pago en el plazo original pactado porque si no tomaba fuerza el costo de la UR sobre la UI. También tuvieron que inventar una tasa para el crédito en UI que era más alta que la del crédito en UR. Sólo que no existía crédito en UI, y ni siquiera existía la UI hasta 2003. Incorporar un supuesto de crédito en UI podría ser de aplicación porque en definitiva la UI refleja la inflación, y eso es perfectamente calculable para atrás. Suponer una tasa de interés es absolutamente deshonesto.
Pero hay algo peor. La tasa media utilizada en los cálculos del interés de los créditos en UR (5%) es absolutamente inferior a las de cualquier media de las tasas de cualquier muestra de las que tuvieron que afrontar los deudores. La Dra. Rosemarie Rosas nos hizo llegar un enorme acumulado de casos. Salvo un par de excepciones del 4,5% y 5%, las tasas observadas son del 7%, el 9%, e incluso algunas de dos dígitos. La ausencia de transparencia en la información del BHU no nos permite una estimación correcta. Claramente a la consultora tampoco. No sé si el móvil de la consultora fue la incorporación de su director como futuro ministro de un candidato del FA, o si fue simple servicio de justificación de lo injustificable. CPA Ferrere lo debería explicar para que le podamos creer en el futuro, o por lo menos pedir disculpas a los trabajadores de este país que vieron cómo el costo de sus cuotas subía, y su deuda también subía, para que venga un grupete de intelectuales a decirles que eran aprovechados chupasangre del resto de los uruguayos.
En la presentación gráfica de la información CPA agrega otra tomadura de pelo. Presenta el eje de las ordenadas con escala logarítmica. La escala logarítmica achata 10 veces por tramo la distancia entre curvas. La escala real sería 100, 1000,10 mil, cien mil, un millón. Se achata para que parezca casi nula la diferencia entre curvas que acumulan un crecimiento efectivo anual medio de la UR de 1,5% por encima de la UI: 70,91% en el período 84-2019. Esta práctica no es propia de una consultora seria. Es práctica de tramposos de poca monta.
A la banca no le gustan las refinanciaciones por ley. A nosotros tampoco. Implica cambiar contratos. Eso no es bueno que suceda y menos que se vuelva costumbre. En este caso sólo fue necesario por la soberbia del BHU. El BHU debió reconocer el exceso que implicó cobrar tasas medias altas sobre una moneda que creció más del doble que el dólar durante el período de la deuda. Debió reconocer el sacrificio de los deudores. Debió mover sus activos. Rentabilizarlos. Tratar de tener otra fuente de ingresos alternativa a sus deudores rehenes. Más tomadores de crédito. Más actividad. Trabajar para poder cobrar a sus deudores tasas razonables. Pero no. Se eligió el peor de los caminos. Contratar consultoras para justificar lo injustificable, trabar la información y paralelamente trabajar para la banca privada. Si fuera más barato y mejor el crédito del BHU, ¿cuál sería la razón que justifique que la gente haya disparado hacia la banca privada?
Vamos a controlar el cumplimiento de la ley. También vamos a seguir promoviendo que el crédito inmobiliario esté donde debe estar para beneficio de los uruguayos. Que aporte o que cierre. Los trabajadores uruguayos no pueden trabajar para mantener bancos. Con Camy vamos a presentar el proyecto para que la banca inmobiliaria esté donde debe estar.
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