Del 6 al 10 de noviembre, tuvimos en Montevideo la VIII Semana de la Energía de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y el I° Foro de Inversiones en Renovables para América Latina de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés).
Este evento que organizamos desde la Dirección Nacional de Energía, del Ministerio de Industria, Energía y Minería, en conjunto con las dos organizaciones mencionadas, más el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), es el más importante de todo nuestro continente en materia energética.
Tuvimos destacadísimos paneles y una alta concurrencia. Se estima que los participantes rondaron los 1.000 en total, siendo la mitad de fuera del país.
Dentro de los puntos altos del programa, estuvo la conferencia magistral en la apertura del contador Enrique Iglesias; la exposición a cargo de la expresidente de Chile, Michelle Bachelet; y en la clausura, el panel de los expresidentes uruguayos, Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle Herrera y José Mujica. Aquí se puede ver ese panel.
Eventos de este tipo, dejan muchas oportunidades para los países. Se desarrollan en ellos reuniones bilaterales, encuentros con diversos organismos internacionales y se estrechan lazos con colegas, que luego facilitan las negociaciones de los principales temas de agenda.
También permiten listar una serie de tareas que se deben realizar en función de las responsabilidades de cada uno.
En ese sentido, y en lo que nos compete a los gobiernos, es fundamental que se generen las condiciones para mejorar los servicios energéticos, llegar a todo el territorio, con energía de calidad, al menor precio posible. Se debe facilitar la llegada de las inversiones a nuestra región, aprovechar las oportunidades que brindan los movimientos de las grandes industrias internacionales, y mantener regulaciones que incentiven las inversiones a lo largo del tiempo.
Obviamente que nuestra región es muy diversa y desde el punto de vista energético muestra distintas realidades.
Hay países que aún tienen mucho camino por recorrer para atacar los aspectos de acceso a la energía y lo más limpia posible.
Otros, que a lo largo de las décadas hemos construido una política de Estado en torno a la energía, hemos avanzado más rápidamente.
Y hacer hincapié en este concepto es muy necesario.
La frase del presidente José Mujica —en el citado panel— resume perfectamente esta situación: “(…) Fuimos aprendiendo todos, los técnicos y los políticos, hasta que logramos en el 2010 sentarnos y consensuar, convencernos que teníamos que variar la matriz energética del país, y fue un acuerdo nacional, que no es de Juan ni de Pedro, fue del país, de todo el sistema político”.
Esto fue posible, por un marco regulatorio de finales del siglo XX, que se consolidó en las urnas, con la derrota del mecanismo de democracia directa, que en dos oportunidades, lo intentó derribar. Allí se afirmó la naciente política de Estado.
Esa política, que se planificó hasta 2025, requiere una nueva mirada a largo plazo. El año próximo, que será de gran discusión y bienvenida la misma —siempre que sea con nivel—, será propicio también para intercambiar esa visión común que tenemos en el país respecto a la energía. Habrá matices, sin dudas, es natural. Pero estoy seguro de que habrá mucho entendimiento y mirada en grande.
También para esto, sirven estos encuentros internacionales.