Paradoja: por una vivienda entregada a dedo por la ministra del ramo, Irene Moreira de Cabildo Abierto, a una militante de su partido, sin ninguna norma que la habilite, hizo estallar la situación política nacional. Comparada con otros escándalos, es una pulga entre dragones.
Moreira estuvo mal y tenía que afrontar sus responsabilidades, no hay dudas, pero lo mismo tendrían que haber hecho el ministro de Transporte y Obras Públicas Luis Alberto Heber (varias veces); el secretario de la Presidencia Álvaro Delgado (denuncias de Astesiano); el prosecretario de la Presidencia Rodrigo Ferrés (por Astesiano y el puerto de Montevideo); el presidente de la Administración Nacional de Puertos Juan Curbelo; Nicolás Martinelli (múltiples operaciones); el presidente y la vicepresidenta de OSE, Raúl Montero y Susana Montaner, por graves errores en la gestión; el senador Gustavo Penadés (gravísimas y varias acusaciones de violación de menores); el presidente de ASSE Leonardo Cipriani, por el negociado de Casa de Galicia y otras; en UTE por comprar un dron en 700 mil dólares cuando cuesta 200 mil dólares; Jenifer Cherro Directora General de Secundaria por ineptitud y provocación de conflictos. Y podríamos seguir, en realidad hay algo mucho más grave.
Con el mismo criterio que se le impuso correctamente a Irene Moreira su renuncia, el presidente de la República tendría que haber renunciado hace rato por todo el escándalo de Astesiano y sus derivaciones, por poner en peligro la seguridad nacional e institucional del país y por utilizar el aparato del Estado para investigaciones ilegales contra legisladores y ex jefe de la Policía Nacional. Y otras ilegalidades en trámite de investigación judicial, y por tener durante 30 meses una asociación para delinquir en la Torre Ejecutiva. ¿Qué es más grave?
Cuando algunos, desde diversas tiendas, pusieron el grito en el cielo por mi reclamo de que el presidente de la República asumiera sus responsabilidades, nunca imaginaron que pocos meses después, estaría expulsando a una ministra de la coalición por una violación de las normas. Las responsabilidades de Lacalle son mucho más graves y continuadas durante más de dos años. Y se comprobó que sabía perfectamente al designarlo quién era Astesiano, y sus años de delincuente. Es más, todo indica que precisamente por ese perfil designó a su jefe de custodia y lo transformó en uno de los hombres de más confianza de su entorno.
Si alguien se atreve a comparar esa responsabilidad, con la entrega de una casa a una correligionaria de su partido que lo haga. Lo desafío.
La organización delictiva que funcionó en la Torre Ejecutiva, además con una empresa fundada en simultaneo con la asunción del nuevo gobierno, Vertical Skies, para participar en licitaciones y negociados, además de la cantidad interminable de delitos e irregularidades transmitió a todo el gobierno, a todos los jerarcas que estaba abierta la temporada de caza y que la amoralidad estaba permitida. En realidad todo comenzó antes, con la entrega-negociado del Puerto de Montevideo con los belgas por 60 años. Desinteresadamente…
La reacción de parte de Cabildo Abierto, y en particular de su líder Guido Manini Ríos, es incorrecta institucionalmente. El presidente puede perfectamente destituir a cualquiera de sus ministros, pero…muestra que en la cúpula de Cabildo Abierto saben perfectamente que hay hechos mucho más graves cometidos por dirigentes blancos que no han sido sancionados y por el contrario han recibido el apoyo del presidente y del gobierno, y que Cabildo encubrió.
Como hay que tener equilibrio también en la memoria, es bueno recordar que los otros socios de la coalición, le sacaron a Manini las castañas del fuego en dos oportunidades, cuando el desafuero y posteriormente al senador y a su esposa con el tema de Colonización. ¿Lo recuerdan?
Demuestran responsabilidad republicana la gran mayoría de los legisladores nacionales, incluso los del Frente Amplio que respaldaron el derecho y la capacidad y la oportunidad del presidente de destituir a la ministra, pero tendrían que tener el mismo rigor, el mismo criterio para exigir el mismo tratamiento en todos los casos, en el lodazal de escándalos y con la responsabilidad personal del propio presidente de la República. Situación que no tiene antecedentes en el Uruguay.
No cortemos el proceso político e institucional en porciones, tengamos coherencia con los mismos criterios no solo institucionales, sino morales.
Otro acto de la comedia que afecta a todo el país, porque nos desdibuja o intenta hacerlo de los graves problemas que afrontan la mayoría de los uruguayos, es la declaración de guerra en tres actos (declaración de Manini Ríos en el Parlamento; discurso de la ministra expulsada en el propio Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y por último los seis puntos de denuncia y ruptura luego de las deliberaciones de Cabildo Abierto, que culminan en el séptimo punto con una agachada histórica). Parecía que se iban a las cuchillas y se fueron a barajas. Y son otra explicación que defender sus cargos en el gobierno. Artiguismo puro…
Otra peculiaridad uruguaya, ahora tenemos una coalición de gobierno que duerme con el enemigo.