Este mes de julio la Cámara de Senadores aprobó con el apoyo de todos los partidos políticos con representación parlamentaria el proyecto de ley de Biblioteca Nacional Accesible, Braille, Parlante y de Accesibilidad Geográfica.

La iniciativa surgió de la sensibilidad de la Contadora Valentina Gorfain, asesora nuestra en el despacho del Senado, inquieta por lograr que los textos legales estuvieran disponibles y accesibles para las personas con dificultades de visión, proponiendo su impresión en Braille como tarea de la Biblioteca Nacional.

La idea germinal, una vez analizada en conjunto con las autoridades de la Biblioteca Nacional y especialmente de su Director el Prof. Valentín Trujillo, fue creciendo para abarcar otros ámbitos de posible inclusión y accesibilidad.

La Biblioteca Nacional ya contaba con obras impresas en Braille, y en las instancias presupuestales de esta administración, se le había dotado de aumentos presupuestales para hacer frente a la impresión de más obras, lo cual se consagró en el proyecto.

El proyecto prevé un “Espacio en Biblioteca Nacional para personas con discapacidad visual”, acondicionado para la lectura de textos en Braille y mediante desgrabadora de texto, así como para la escucha de audiolibros. La Embajada de Israel había donado unos dispositivos que, usados por una persona, le leen lo que ven a su alrededor, y leen un texto también, posibilitando que una persona no vidente o con dificultades de visión pueda sin embargo acceder a la lectura mediante la escucha de estos dispositivos.

Pero además se agregó otra posibilidad: los audiolibros.

Lo que voy a relatar delata mi edad, y lo asumo. Cuando era pequeña, escuchaba los cuentos clásicos infantiles en discos de pasta, interpretados por distintas voces que agregaban dramatismo, musicalización y hasta efectos especiales a las obras. Aún recuerdo extractos de los guiones y sin duda esa experiencia ayudó a hacer más vívida la historia de La Bella Durmiente y Cenicienta.

Los audiolibros no sólo son útiles a las personas no videntes o con dificultad visual, también son apropiados para personas con dificultades de aprendizaje como Trastorno del Espectro Autista, déficit atencional, o simplemente para quienes disfrutan de escuchar una obra interpretada por voces humanas de artistas, en lugar de su fría lectura por una máquina. La lectura neutra será la adecuada para textos legales, sin embargo.

El proyecto prevé no sólo la paulatina incorporación de textos en Braille (que se vienen a sumar a los ya existentes), sino también de su grabación en audiolibros interpretados por artistas de los departamentos artísticos de los gobiernos departamentales o del SODRE, por ejemplo, mediante convenios. Se prevé la incorporación paulatina de obras de clásicos de la literatura universal, hispana y nacional, principales normas jurídicas vigentes en el Uruguay, textos de estudio de Educación Primaria y Secundaria y publicaciones contemporáneas. A demanda de los usuarios se podrá alterar el cronograma establecido para satisfacer los pedidos específicos de los usuarios.

Tanto los textos como los audiolibros quedarán disponibles en el sitio web del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, con lo cual cualquier persona en cualquier punto del país podrá acceder a ellos, sin importar si se encuentra lejos de un centro poblado o si carece de facilidades para trasladarse. En Tranqueras (Rivera), en San Luis del Medio (Rocha), en Florencio Sánchez (Colonia) y en cualquier barrio de Montevideo, el usuario podrá leer los textos y también escucharlos en formato de audiolibros mediante su dispositivo electrónico y previo registro gratuito en el sitio web.

Para hacer posible y facilitar esta tarea, tanto el ingreso de los textos en forma digital como su grabación en forma de audiolibro, se establece en el proyecto la obligación para las imprentas de remitir a la Biblioteca Nacional, conjuntamente con el número de copias impresas de la obra publicada (ya requerido por la ley de Depósito Legal N.º 13.835 de 7 de enero de 1970 y sus modificativas), un archivo en formato digital de la misma que permita su impresión en Braille, el ingreso de los textos en forma digital al repositorio virtual, así como su grabación en forma de audiolibro, sin perjuicio de su transformación a otros formatos digitales accesibles. Se prevé en el proyecto la posibilidad de realizar el depósito electrónico de las obras digitales mediante un software que permita además su almacenamiento.

El almacenamiento en el repositorio virtual de textos y audiolibros universalizará el acceso de todos en cualquier parte a las obras del acervo nacional.

Se prevé la suscripción de convenios de la Biblioteca Nacional con instituciones públicas para la ampliación de su oferta cultural.

Los derechos de propiedad intelectual se siguen rigiendo por la normativa vigente en la materia, respetándose los dos pilares rectores: por un lado, la protección de las obras durante el lapso de setenta años a partir de la muerte de su autor, después de lo cual pertenecen al patrimonio cultural de la humanidad; y, por otro lado, la excepción a lo anterior prevista por el Tratado de Marrakech en favor de las personas con discapacidad, para permitir su accesibilidad. La accesibilidad se asegura respecto a todas las obras, nuevas o antiguas, como si se consultaran en el espacio físico del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas; las protecciones referirán al impedimento de su reproducción, para proteger los derechos de autor, salario de su creador.

Un proyecto con gran potencial, que aprovecha y se apoya en las tecnologías de la información para hacer accesible la cultura y el derecho a la información a todas las personas en todas partes, de forma gratuita y sin traslados, sin barreras creadas por la discapacidad visual o por dificultades de aprendizaje, o por el mero gusto de escuchar una obra de teatro interpretada por artistas.

Sin embargo, y quizás justamente por todo esto, un proyecto que ha recibido muy poca cobertura periodística y que ha tenido escasa o casi nula repercusión política. A veces el progreso sucede en el silencio. No importa. Que así sea.