La política presenta temas que nos separan y temas que nos unen. Cuestiones que enfrentan filosofías, pensamientos, esquemas ideológicos. También asuntos en los que nuestra predisposición es idéntica desde nuestro natural humanismo. Asuntos en que no interesa la vereda en que nos encontremos. Asuntos que superponen perspectivas. Que unen visiones. Esos son los que debemos transformar de inmediato en políticas de Estado. Aprovechar la común sensibilidad y resolverlos de inmediato. No descuidarlos porque no generan oportunidad de debate. Justamente por eso resolverlos. Atenderlos por su trascendencia real y profunda y no por los potenciales titulares que generen. La DIABETES es el caso.
Es condena que condena fuerte la vida de 300 mil compatriotas. Que está presente cada vez que nos juntamos. Donde somos 10 hay uno que tiene DIABETES. Hay uno que debe cuidar lo que come. Que no podrá compartir el mismo refresco. Que tendrá que salir de la reunión para medir su azúcar o para darse la insulina. Que tendrá que andar mirando la hora por la actividad física. Que estará temeroso de su tiempo porvenir. Que envidiará la felicidad de los que no soportan esa carga. Que algunos días estará irascible sin que comprendamos por qué.
La Asociación de Diabéticos del Uruguay -ADU- y la FDU- Fundación de Diabéticos del Uruguay, trabajan fuerte. Con énfasis diferentes, con diferentes modos de organización, con acciones distintas. Con un mismo objetivo que nace de una misma preocupación. El Interior tiene sus grupos representativos. Los tiene por Departamento y de modo federal. Lo mismo. Con matices en la circunstancia. Con unidad en los objetivos. Importa lo sustantivo. Allí todo suma. Para los políticos lo mismo. No importa si el otro estuvo 15 años y no le dio el tiempo. Sirve que se haga. Para el Sistema Nacional de Salud igual. Si no atendió como debía es cosa del pasado. Vayamos juntos hacia un futuro que debemos construir diferente. Atendiendo como debemos y juntos. Sin tentaciones separatistas en lo que no debe haber unión. Es la responsabilidad de esta generación.
Se ha planteado la necesidad de un Registro de los Diabéticos. Debe ser una herramienta útil. No un modo de perder el tiempo mientras no hacemos nada. Debe ser práctico y actualizado. No debe suponer costos que se distraen de los objetivos perseguidos. No es registrar por registrar. No vale el Registro. Vale lo que ayude. El Director Nacional de Salud, Dr. Miguel Asqueta lo encara con inteligencia. Será un cuadro obligatorio en la Historia Clínica Electrónica. La información viajará al Registro y de allí a cada consultorio donde un médico trabaje con un paciente.
La ley está reglamentada. El Ministerio prepara una Ordenanza. Tal vez debamos hacer alguna actualización legislativa. Estoy seguro de que la podemos hacer sin dificultades. No faltarán los votos. Es cuestión de trabajar juntos. La dimensión de la DIABETES amerita un tratamiento legislativo especial. Afecta al 10% de los uruguayos y los afecta cada día. Les llega por igual a los ricos y a los pobres. Diferentes son las armas para la detección y el combate. Unos podrán detectar a tiempo y atender sufriendo menos. El pobre tendrá doble condena. Eso en este país no debe suceder.
Preocupa la detección. Estamos seguros de que ello exige creación de conciencia colectiva, compromiso médico y la generación de mecanismos que obliguen algún paso cada vez que caemos por el médico. Ya sea por enfermedad, prevención, ficha médica. Si en tan alta proporción de la población está la dolencia, en cada acto médico debe atenderse. Pero no solo en el consultorio. La escuela, la plaza, el gimnasio. En más lados implica más probabilidad de detección oportuna y atención adecuada.
La Escuela Pública es fundamental. Educar acerca de la DIABETES es esencial. Informar para la detección y educar para el cuidado. Promover hábitos y desarrollar comprensiones. Desde la raíz. El Consejero Gabito Zóboli tomó la bandera. Desde ya trabaja con ADU en la información y en las formas. En lo conceptual y en lo metodológico. Con materiales nacionales y del mundo. Esa invisible contribución de cada maestra en cada salón será el paso mayor. Conciencia colectiva en vez de imposición incomprendida.
El diabético de Tipo 1 es el 10% del 10%. Es uno de cada cien en la población. Ese nace con una carga. La llevará cada día de su vida. Es el niño al que hay que cuidar de determinados riesgos. Es el niño que no puede probar la torta en el cumpleaños, y que tampoco puede tomar el refresco. Es el que se tendrá que acostumbrar al pinchazo y a ir al doctor seguido. Es el que mirará con miedo los ejemplos de gente a la que le cortan los dedos, y las piernas y los brazos. Que sabrá desde pequeño que eso es por culpa de esa perra desgracia que justo a él le tocó. Cómo no rebelarse. Cómo no sentir la diferencia. Desde niño.
El Deporte es esencial. La reducción del nivel de azúcares es disminución del riesgo. La practica deportiva permanente es esencial. La Secretaría Nacional de Deportes de Sebastián Bauzá se ha comprometido. Ha designado a un hombre comprometido con el deporte para las personas con discapacidades desde siempre, que además es él mismo un gran corredor y un gran futbolista-jugaba bien y corría mucho- compartimos con él en la Liga Universitaria- José Luis Bringa. Ya dispusieron que cada Plaza de Deportes dará prioridad al diabético a la hora de la práctica deportiva. Que sus profesores darán charlas informativas a docentes y comunidades acerca de la DIABETES. Que cada Plaza tendrá su Glucómetro para la detección oportuna y la atención correcta. Después habrá que avanzar en un acuerdo con Economía para generar algún beneficio tributario de modo que cada Gimnasio y cada Club incorporen uno o dos diabéticos de Tipo 1 de forma gratuita y algunos de Tipo 2 con descuentos. Será una compensación tributaria o de costos, o de aportes. Algo tendrá que haber para ayudar a los que ayudan.
Si se estima que un diabético pierde a lo largo de su vida entre 6 y 7 años, y en función de lo que es la expectativa de vida en el Uruguay podemos afirmar con un cálculo muy simple, que el País pierde en el entorno del 1% de su PBI por causa de la DIABETES. Hay estimaciones internacionales que sitúan la pérdida en el orden del 1,5%. Esa es la perspectiva económica. Veamos la financiera para cada uno de los que la debe soportar. Cuánto es el costo de la medición y de la insulina. Cuánto cuesta la Bomba de Insulina y su mantenimiento mensual. Cuánto la tirilla y cuánto el aparato de medición-freestyle libre- Hablamos aquí de costos financieros. Ni de lo físico ni de lo psicológico. De la plata. Cada paquete de tirillas cuesta entre 300 y 400 pesos, y contiene entre 25 y 50 tirillas. Se usan entre 8 y 10 tirillas diarias. La insulina cuesta entre 300 y 400 pesos dependiendo de cuál se use. Un DIABETICO sin Bomba se pincha entre tres y siete veces al día. Si tiene Bomba utiliza entre 4 y 7 lapiceras mensuales. Todos los días, sin licencias ni feriados. Cada día de toda la vida. Todo esto a precios de tickets de Mutualista. A precios en farmacia, la caja de tirillas puede costar mil pesos y la caja de seis lapiceras de insulina, siete mil pesos. La Bomba cuesta entre 9000 y 12000 dólares y 900 cada mes. El aparato para medirse de modo permanente y tener información buena y oportuna cuesta 60 dólares y un costo mensual de mantenimiento de 135 dólares. Más o menos igual que las tirillas. Menos pinchazos y más información. Nuestro Sistema Nacional de Salud debe encarar el tema. Nuestro Fondo Nacional de Recursos lo debe tomar como primordial.
El Fondo Nacional de Recursos tiene previsión para una 50 Bombas de Insulina anuales. Se concretan poco más del 15% de esa cantidad. Habrá que estudiar cuál es la razón. Habrá que ver si es cuestión de la dedicación médica que exige cada Bomba. Nuestros prestadores de salud deben investigar y responder. Sino lo que no se paga por un lado será pérdida por otro. El FNR debe incorporar también los freestyle libres, los medidores permanentes. No son caros ni complejos. Es verdad. Pero son imprescindibles. Si hay que cambiar la ley, la cambiamos. Es una modernización imprescindible en el Fondo. Están en juego los años de vida y la calidad de esa vida para uno de cada diez compatriotas. Bomba de insulina y monitoreo continuo permiten control de la glicemia y vida mas normal. Eso amén del cuidado que cada DIABÉTICO debe tener a cada momento de su vida.
Si una Alimentación saludable es buena para cualquiera, para el Diabético es la vida. Debe comer sano cada vez. Debe comer su fruta siempre y debe evitar su mal alimento toda vez. Debe comer los alimentos que necesita comer. Lastima que sean tan caros y nadie se los proporcione cuando no puede. El País debe eliminar el impuesto al diabético. Es impuesto que se paga cada vez que se compran elementos de medición y tratamiento, y es impuesto que se paga en cada ida al almacén. Los alimentos especiales tienen costos especiales. Son caros. Si el Diabético no los paga con el bolsillo, los paga con salud. Los necesita. El País debe ayudar a que los tenga. Disponibles en los comedores escolares y del INDA. En la Canasta que se da. Descuentos de IVA, algún tipo de subvención, lo que sea. También debe existir conocimiento de lo que hace bien y de lo que hace mal. Cultura alimentaria e información permanente. Educación, información, campañas inteligentes de difusión.
La debida atención psicológica es otro capítulo. Debe ser individual y colectiva. Enseñar personas y comunidades. Debe ayudar al diabético a convivir con sus limitaciones, y a prepararlo para enfrentar su diario desafío. Debe enseñarle a no distraerse. A hacer las cosas bien y no tener el premio de la tranquilidad. A estar alerta siempre. A convivir con la frustración desde niño. A que no preocupe pero que ninguno se despreocupe un momento. No es fácil. Que lo entienda el diabético no es fácil. Que lo entendamos los demás es imprescindible.
Se vino el COVID y al Diabético no lo vacunamos antes porque no había Registro. No lo priorizamos porque no estaba claro de que era en sí mismo un grupo del mayor riesgo. Algunos lo advirtieron. La falta de conciencia colectiva fue la barrera a hacer las cosas bien en ese sentido. En un momento de sensibilidades a flor de piel igual este flagelo no se priorizó de modo debido. Es tiempo de cambiar. De asumir que la diabetes empieza con el embarazo y va hasta el ultimo día. Que cuesta vidas que no llegan y otras que se frustran. Que hace sufrir cada día al físico y la cabeza. Que amputa partes del cuerpo y disfrutes de la vida. Es tiempo de nueva conciencia. Tiempo de no distraernos. De hacer lo que hay que hacer. De endulzar vidas. De bajar amarguras. Es tiempo de encarar juntos y sin cuentas viejas.
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