Este martes se cumplen 60 días de la masacre cometida por Hamás en el sur de Israel, que cobró la vida de más de 1.200 personas, dejó a muchos miles heridas y terminó con cerca de 240 personas secuestradas, la mayoría civiles, entre ellos decenas de niños y adolescentes. Esto, además, de las violentas violaciones, de las terribles vejaciones a las mujeres, inclusive a niñas, de torturas y ensañamiento con los cuerpos, y de la destrucción causada en diversas comunidades.
Y con todo lo que circula, lo que se escribe y se oye, realmente no estoy segura qué es peor, si el odio o la ignorancia. En realidad, no hay contradicción. Cuando de judeofobia se trata, el odio y la ignorancia se nutren mutuamente.
No me cuento entre quienes ven antisemitismo en cualquier crítica a Israel. Las discrepancias son legítimas, y si existen dentro de Israel, pueden existir afuera. Pero lo que está en juego aquí, no es una discusión política en la que hay distintas posturas, cada una de ellas legítima. Esto es otra cosa.
Al cumplirse 60 días de la masacre cometida por Hamás el 7 de octubre, tiene que estar clarísimo que apoyar, justificar, relativizar o tratar de entender a Hamás, es apoyar a terroristas asesinos, violadores, criminales de guerra. Apoyar a Israel es estar a favor de la lucha contra el terrorismo, apoyar al único país del mundo libre que se ve obligado a luchar contra vecinos terroristas que amenazan sus fronteras, mientras despliega grandes esfuerzos por reducir el riesgo a los civiles del otro lado, en cuyo seno operan los terroristas.
Uno de los puntos más increíbles en todo esto, es que todos aquellos que dicen que Israel miente o exagera, hacen caso omiso del hecho que los propios terroristas filmaron sus atrocidades y las subieron a las redes para propagar el temor y porque estaban orgullosos de lo que estaban haciendo. Las primeras pruebas del horror por las que la propia población israelí entendió lo que estaba pasando, fueron justamente esas filmaciones hechas por Hamas.
Entonces: ¿Qué lógica puede tener la negación de quienes salen ahora a condenar a Israel? ¿En base a qué alegan que el ejército israelí mató a sus propios civiles? ¿De qué se aferran para decir que Hamás no mató?
Están profundamente equivocados quienes creen que atacando a Israel ayudan a los palestinos. La única forma de ayudarlos es liquidar a Hamás, exponerlo, dejarlo claramente ante el mundo todo como lo que son, una banda de asesinos que nada hacen por su pueblo, todo lo contrario.
¿Qué explicación tienen los “defensores de derechos humanos” para los cohetes, túneles, armas, en hospitales, escuelas y jardines de infantes? Digamos que tienen muchas críticas a Israel. ¿Pero a Hamás no tienen ninguna?
¿Cómo alguien puede alegar que Hamas no es una organización terrorista? Lo era mucho antes de la masacre del 7 de octubre. Desde hace muchos años que mata civiles. Ha detonado bombas en ómnibus, parques y cafés, matando a hombres, mujeres y niños. Y lo peor, dice que lo de hace 60 días, se repetirá. ¿Qué tiene que hacer Israel?
O sea…digamos que lo que hace ahora no está bien. Supongamos, teóricamente. ¿Qué sí está bien? ¿Qué tiene que hacer un país normal para defenderse?
Otro problema en la situación actual es un fenómeno realmente increíble: la facilidad con que todos creen cualquier información que sale de Gaza. Cualquier cifra que Hamás hace circular, es repetida sin reparos por periodistas, organizaciones internacionales y la propia ONU. ¿Por qué?
Aunque tengan críticas a Israel ¿eso significa que una organización terrorista merece crédito? ¿Cuán ilusa puede ser la gente en Occidente?
Hamás dice que murieron 4.500 niños y todos lo repiten. Lamentablemente, estoy segura que han muerto también niños. ¿Pero por qué tengo que creerles a los terroristas que sean 4.500? Yo no les creo. En absoluto. Así como tampoco les creo que haya 17.000 muertos …o la cifra que sea, que cada día Hamás sube sabiendo que nadie se la discutirá.
¿Por qué no les creo? Porque mienten descaradamente. En todo.
Hace unos días, uno de sus jefes dijo que secuestraron trabajadores tailandeses para protegerlos de los soldados israelíes que estaban bombardeando.Realmente, son originales en sus mentiras. Pero no era para reirse ante tal ridiculez. No me podía reir porque hace varias semanas, cuando fui a la primera proyección a la prensa internacional de los casi 45 minutos de imágenes de horror, una de las peores escenas era la decapitación de un trabajador tailandés. Y se me aparece en las noches en más de una ocasión.
Habría tanto para contestar a las mentiras y distorsiones… pero no hay peor ciego que quien no quiere ver. Y un serio problema es que gente que no entiende nada del conflicto, que no conoce su historia y sus pormenores, combina su ignorancia con sus prejuicios y produce así una mezcla letal peligrosa.
Si entre quienes leyeron esta nota hay alguien que difunde diatribas contra Israel pensando realmente que son ciertas, y ahora entiende que quizás está equivocado, me puede contactar por privado. Tengo mucho para contar y aclarar. Quien lo hace sabiendo que son mentiras, pero las difunde igual porque corresponden con su agenda, están dañando injustamente a Israel, pero más que nada, no están aportando nada a los palestinos.
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