Los que somos aficionados a la historia nos deleitamos cuando, al estudiar un hecho puntual, podemos analizar el contexto en el que se dio ese hecho.
Esto me sucedió hace unos días cuando empecé a preparar mi discurso para conmemorar los 140 años del encendido de la primera bombita eléctrica en nuestro país.
Recorriendo la breve historia de la iluminación en nuestra tierra, desde fines del siglo XVIII, podemos evidenciar ciertos aspectos de aquella sociedad, en varios sentidos: la iniciativa privada, el rol del estamento público, el de la esclavitud —por suerte ya tan lejana—, la infundada responsabilidad de la pandemia de fiebre amarilla, ya a mediados del siglo XIX. De ese modo podemos imaginar aquella ciudad de Montevideo en penumbras que buscaba ser iluminada por los elementos que se tenían a la mano, como grasa, cebo, aceite, o gas.
Fray Bentos
Esa afición por la historia, nos llevó a plantearle al intendente Omar Lafluf que en agosto de este año teníamos que hacer algo especial en el ex frigorífico Anglo, lugar donde ocurrió el episodio con el que titulo esta nota. En esa época, 1883, era la fábrica Liebig.
Fue así que le pedimos a la Administración Nacional de Correos que nos imprimiera un sello, que nosotros diseñamos, para la ocasión.
Es por ello que el pasado jueves 10, nos dimos cita en ese lugar muy bien mantenido, que es Patrimonio Mundial declarado por la UNESCO, bajo la denominación Paisaje Industrial Fray Bentos.
Al profundizar en su historia, advertimos en ese largo recorrido lo que somos, un país con fuerte influencia del exterior. País de brazos abiertos al mundo y de ojos abiertos para ver qué de lo bueno que hacen otros lo podemos aplicar aquí.
En esos tiempos de la década de los ´80 del siglo XIX, comienza el Uruguay moderno. El Uruguay de José Pedro Varela empieza a tener sus primeros egresados.
Esa gran obra en materia de educación, también fue inspirada por la mirada internacional. Por ver qué sucedía en el mundo vanguardista de la época. Cuáles eran las mejores prácticas y cómo se podía hacer, para sacar a la población del oscurantismo intelectual. Cómo hacer el puente desde la barbarie a la civilización.
En esta cuarta parte del siglo XXI que transitamos, también la educación es relevante para seguir construyendo ciudadanos bien formados y con criticidad cívica.
Hoy el puente es entre no tener oportunidades y forjarse un futuro digno.
En ese Uruguay que daba sus primeros pasos hacia la modernización, no podía faltar el desarrollo industrial. Y en Fray Bentos se realizaron grandes avances tecnológicos.
Nos toca vivir tiempos de inteligencia artificial, que nos pone muchos desafíos, el más importante es que hombres y mujeres sean cada vez más inteligentes para que la tecnología esté al servicio de la humanidad y no al revés.
Tenemos en agenda el desafío de transformar esa zona del Anglo como barrio inteligente.
Como piloto, como pionero, una vez más, como en el siglo XIX, Fray Bentos puede constituirse en esa luz que alumbre el camino.
El año pasado, desde el Ministerio de Industria, Energía y Minería, firmamos un convenio con la Universidad de Génova, que tiene, en Savona, un campus de excelencia sobre Smart Cities. Nos visitaron su rector, el doctor Federico Delfino, y un docente, el ingeniero Luca Barilari. Los invitamos a visitar ese lugar y les pedimos que desde su experiencia nos dijeran si veían posible nuestra idea sobre ese lugar.
Y tuvimos la satisfacción que ellos también vieran el potencial que nosotros le confiamos a esas instalaciones.
Eficiencia energética para todos
Actualmente aprovechamos los recursos renovables para producir energía eléctrica, como el agua, el sol, el viento, o la biomasa. Y la eficiencia energética, en la que tanto hacemos hincapié, también debe ser considerada como una fuente energética más.
Y 140 años después, con un gobierno presente en el territorio, seguimos desarrollando la eficiencia de forma continua, aportando al avance de la sociedad.
Desde esta gestión, hemos apostado a estar presentes en todo el país, en todos sus rincones.
En nuestra visión, la persona es el centro de nuestras tareas.
Y para cada persona, tenemos una herramienta, un instrumento, un plan para que se vuelvan cada vez más eficientes desde el punto de vista energético.
Porque volviendo a Varela y parafraseándolo, decimos que la eficiencia energética, como la luz del sol, puede y debe llegar a todos.