Por Esteban Valenti |@ValentiEsteban
Estas notas preferí escribirlas en caliente, antes que se enfríen los ardores electorales. He conversado de manera directa o en reuniones, con varios militantes con muchos años de trayectoria, no todos provenientes del PCU y que ahora forman definidamente el post frentismo. No quieren ni hablar, ni escuchar de volver al FA. "No lo quiero tocar ni con un palo" repetía uno de ellos.
La pregunta es la de siempre ¿Por qué? Y aunque el abandono del FA fue explicado muchas veces con enfoques generales e individuales, las cosas han cambiado: el Frente perdió las elecciones nacionales, tanto en octubre, con una caída importante, como en el balotaje con una menor pérdida de votos y con una diferencia con la coalición opositora de solo el 1.52%. Los post frentistas no votaron al FA en ninguna de las instancias y no lo tienen en su horizonte político, con miles de matices.
En ninguno de los casos dieron una explicación renunciando a su condición de izquierdistas, al contrario, es posible que se trate de un sector y, que haya otros, que ya ni esa condición de izquierda reconozcan, pero mis interlocutores analizaban siempre el tema desde la izquierda, sus incompatibilidades, sus análisis críticos siempre los sitúan a la izquierda del actual FA.
Ni siquiera la asunción de un gobierno nuevo, notoriamente de centro derecha-derecha en el horizonte los ha movido, les hace dudar. "ni con un palo..." Y son ex militantes de diversos niveles del Frente hace no mucho tiempo, que participaron activamente en su vida interna y en la de diversos sectores que integran el FA. Ninguno es un recién llegado a la política y a la izquierda.
Tampoco encontré a nadie que se haya pasado al apoyo a la actual Coalición "multicolor", al contrario tienen una visión muy crítica sobre el origen y el papel desempeñado por el FA o una parte del FA, en la formación de Cabildo Abierto. No todos son integrantes de Navegantes, ni tienen una idea clara de cuál será su futuro político.
Apenas se rasca un poco lo que emerge es una combinación de temas mezclados, en primer lugar los temas morales y éticos y las reacciones del FA ante ellos y la pérdida total de la virginidad sobre la honestidad en la izquierda, eso está presente en todos, incluso en algunos que razonan y analizan críticamente que ese no puede ser un tema dominante y que lo fundamental debe ser la política.
Y es allí, precisamente en la política y la ideología donde aparecen las mayores resistencias. Las duras críticas a los últimos gobiernos del FA, con acentos diferentes a cada uno de los dos últimos gobiernos, a la falta de un rumbo claro y al simple flotar sobre las olas de la economía y de la gestión, sin cambios de fondo y sustentables y duraderos. La hipertrofia del Estado, está presente en la mayoría de los casos, junto con los malos resultados en sectores claves, como la educación y la seguridad. En ese orden.
El otro aspecto político es la realidad interna del FA, en particular la que surgió de los resultados electorales. No porque apoyen a uno u otro de los sectores que integran el FA, sino porque consideran casi por unanimidad que el Frente así, ya no es el Frente. Perdió un rasgo clave, el de la democracia interna, la del consenso y el poder que encandila a sus dirigentes y sus estructuras. Lo dicen de muy diversas maneras, pero sus últimas experiencias en coordinadoras, comités de base, comisiones centrales o en cada uno de los sectores de donde provienen, han sido traumáticas y lejos de mejorar se han agravado.
Un golpe complementario, para muchos que vienen desde diferentes experiencias de la lucha contra la dictadura, es la mezcla de la política militar de los últimos gobiernos del FA y los últimos episodios referidos a los derechos humanos y a los tribunales militares homologados por el gobierno de Vázquez. No se lo tragan de ninguna manera.
A unos cuantos, hay incluso que convencerlos que el primer gobierno del FA fue un buen gobierno, no lo tienen incorporado como un patrimonio propio, forma parte de una masa crítica de errores que vienen desde lejos, que comenzaron a corroer la visión de izquierda, con acomodos, privilegios, gastos superfluos, mientras por otro lado la pobreza en sectores de la sociedad se consolidaba y empeoraba en su ferocidad, en sus consecuencias, en su inexorabilidad, aunque reconozcan que disminuyeron los porcentajes de pobre e indigentes. La gente durmiendo en la calle, la pobreza en zonas enteras de la ciudad, con "viviendas" inhumanas después de 15 años de gobernar, las anécdotas sobre viajes de jerarcas, de autos, de las mismas o peores prácticas que en gobiernos anteriores, aflora muchas veces. Y no aceptan hacer un balance entre las cosas buenas y las malas, simplemente no se tragan las malas. No las perdonan, obviamente ANCAP, Sendic y en otro plano también está PLUNA.
La voracidad del Estado está muchas veces presente relacionado con la baja calidad de los servicios y la calidad del gasto público en general. Y varios conocen el Estado desde adentro.
Otro elemento casi unánime, es la debilidad cuando no el apoyo a la dictadura de Maduro en Venezuela y a los negocios realizados con el régimen y que nunca fueron aclarados. La doctrina de la plata como un combustible clave para el avance progresista, impulsado por Chávez y continuado por Maduro es un elemento siempre presente en las críticas.
Algunos jóvenes - con los que conversé - tienen presente y a flor de piel su imposibilidad de sentirse participes de un proyecto de cambio, se sienten espectadores, cuya única alternativa es tragarse todo el paquete, quedarse callados y aplaudiendo y sumarse a la corriente. "ni con un palo..."
Aunque estas eran elecciones nacionales, pesa también - en particular en el caso de Montevideo - la gestión municipal de 30 años y sobre todo la actual. Son extremadamente críticos de la burocratización total y en particular del peso que sigue teniendo ADEOM en la marcha de los sectores claves, como por ejemplo la limpieza o mejor dicho la mugre de la ciudad. Lo municipal se suma y forma una masa crítica con la situación nacional.
No escuché a nadie hablar de "crisis", pero a muchos cuentan anécdotas personales, sobre sus empleos, sus miedos, pequeñas y medianas empresas asfixiadas y muchas otras experiencias sobre la pérdida de expectativas de avance, de crecimiento, de metas y objetivos importantes. Varios, no comparten o no entienden el tema UPM, tal como fue encarado en las negociaciones por la segunda planta.
Como puede apreciarse hay de todo como en botica, pero el tema dominante, es que por ese conjunto de razones le perdieron el respeto, la confianza al FA, a sus dirigentes, a sus parlamentarios, a sus gobernantes y ni que hablar a la estructura del FA.
No fui a buscar casos especiales, fueron diversas conversaciones y reuniones y traté en esta nota de recoger el humor, las sensaciones, más que realizar un diagnóstico ordenado y jerarquizado. No encontré uno solo de mis interlocutores que tenga en sus planes volver al FA o tenga expectativas sobre el próximo debate interno. Al contrario, han pasado una línea de la que es muy difícil volver atrás mediante un razonamiento político. Y ni que hablar ideológico, partiendo de la base que no encuentran ninguna elaboración ideológica surgida del FA en la que apoyarse.
Son tan fuertes las opiniones que han logrado vencer los sentimientos de pertenencia, las experiencias humanas, las fraternidades y amistades, sus años en la cárcel, en el exilio o la lucha a la salida de la dictadura y se sienten expulsados del Frente Amplio. Incluso humanamente.
¿Existe el post frentismo? Veamos las cifras:
En las elecciones internas del 30 de junio del 2019 el Frente Amplio obtuvo 260.160 votos equivalentes al 22.62% del total de los votos. Mientras que en las elecciones del 1 de junio del 2014 el FA obtuvo 301.972 votos y el 34.57%.
En las elecciones nacionales del 2019 el FA obtuvo 949.376 votos, equivalente al 39.01% y en las elecciones del 2014 votaron al FA 1.134.187 votos, el 47.81% del total.
En el balotaje de noviembre del 2019 la fórmula del FA Martínez-Villar la votaron 1.152.271 el 47.81% del total, mientras que en el año 2014 la fórmula Vázquez- Sendic logró 1.241.568 votos el 53.48% de los votos.
Es notorio que existe en forma ininterrumpida, como no sucedió nunca antes, una disminución de los votantes en las tres instancias electorales tanto en votos como en porcentajes en relación a elecciones anteriores. Seguramente no todos son post frentistas, pero es notorio que un número importante de ciudadanos, varias decenas de miles de personas han abandonado al Frente Amplio en los últimos 5 años y eso se comprueba en las tres instancias electorales, internas, nacionales y el balotaje. Lo más importante es que se ha invertido una tendencia al crecimiento o a lo sumo a mantener los votos en una caída constante en todas las instancias.
En las internas el FA perdió 41.812 votos, en las nacionales de octubre 184.187 votos y en el balotaje 89.297 votos. Entre esos votantes que faltaron a la cita, están sin duda también los post frenteamplistas.
Ya han surgido los "consoladores" los que manejan cifras a su antojo, las manipulan, hacen supuestas apelaciones emotivas, para explicar que con solo esperar el fracaso del nuevo gobierno, en el 2024 volverá a ganar el FA. Y le hacen un tremendo mal a la izquierda, a las claves de su propia identidad.
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