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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Ni infamias, ni mirar para otro lado

Las acusaciones de Jorge Lanata sobre manejos y maniobras de corrupción por parte del kirchnerismo y, más en particular, por parte del matrimonio Kirchner, ocupan el centro de la agenda en la vecina orilla. El periodista “subió la apuesta” y en su segundo programa puso “más carne en el asador” incluyendo pruebas documentales muy fuertes y aparentemente ilevantables.

23.04.2013 21:48

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2013-04-23T21:48:00-03:00
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La entidad de la denuncia y las características de la operativa puesta en evidencia por parte del equipo periodístico de Lanata han tenido un profundo impacto en un país que, lamentablemente, está acostumbrado a escuchar o pensar que muchos de sus principales políticos pueden estar involucrados en hechos de corrupción.

La denuncia de Lanata incluye una conexión uruguaya en la medida que los testimonios recogidos hablan de que importantes sumas de dinero fueron trasladadas de manera ilícita a nuestro país para lograr la finalidad de "lavado de dinero". Se proporcionaron nombres de sociedades anónimas en nuestro país e, incluso, se señalaron direcciones de oficinas concretas.

Para completar el panorama, la justicia argentina está enviando un exhorto a nuestro país solicitando colaboración para su investigación. Además, en estos días están llegando a nuestro país dos diputados argentinos para presentar las correspondientes denuncias penales referidas a las denuncias planteadas.

La información existente amerita que en nuestro país se lleven adelante las investigaciones correspondientes, sin alarmismo, pero sin descalificar los hechos señalados. Corresponde que nuestro sistema judicial tome cartas en el asunto e investigue de manera seria y con celeridad las denuncias presentadas; también corresponde que los ministerios y reparticiones públicas pertinentes investiguen a efectos de determinar la veracidad o no de la información que se ha hecho pública.

Lo que no corresponde es salir a descalificar, sin mérito ni conocimiento previo, las denuncias publicadas en la vecina orilla. Parece insólito que la Senadora Topolanski califique de "infamias" las afirmaciones del periodista argentino, sin siquiera tener ningún elemento para evaluar la validez de las mismas.

No corresponde adelantar posiciones de este tipo. Al contrario, lo primero que debe hacerse es asegurar que nuestras autoridades van a investigar en profundidad a los efectos de determinar la veracidad o no de estas acusaciones.

Obviamente, esto no significa que no debamos defender y reivindicar la fortaleza de nuestro sistema financiero y valorar sus notorios y evidentes avances en su confiabilidad y en su capacidad de controlar y regular a las diversas entidades que funcionan en nuestro país ocurridos en los últimos años.

En efecto, Uruguay ha incorporado aprendizajes muy importantes a partir de la experiencia de la crisis del 2002 que dejó al descubierto graves falencias y falta de actualización y profesionalismo. Desde entonces el Banco Central del Uruguay fortaleció sus cometidos de superintendencia sobre las entidades financieras e incorporó normas legislativas y regulaciones administrativas que han fortalecido y aumentado sustancialmente la transparencia de nuestro sistema financiero.

Por eso no se puede dejar pasar la ligera afirmación del periodista denunciante cuando indicó que en nuestro país, "cuando llegás con millones de dólares lo único que te preguntan es si querés un café". Muy por el contrario, hoy en día nadie puede ingresar cantidades importantes a ninguna de las instituciones financieras autorizadas a funcionar en nuestro país sin cumplir con directivas y regulaciones muy exigentes.

Por lo tanto, ni descalificar con liviandad las denuncias formuladas, ni despreciar la capacidad de control de nuestro sistema financiero. Pero cuando surgen denuncias de la entidad de las que se han presentado en los últimos días, resulta indispensable que nuestro país realice todas las actuaciones correspondientes a efectos de determinar la veracidad y alcance de dichos señalamientos. Ni más ni menos.