Siempre me pareció que afirmar que las crisis son una oportunidad, una manera de consolarnos, incluso cuando se hace referencia a la forma en que la palabra se escribe en chino. Las crisis son crisis y ojalá no existieran nunca, pero es imposible, y ahora estamos en medio de una de ellas. Y para analizarlas hay que hacer preguntas incómodas.
¿Se podía evitar? Sin duda, pero no por parte de la IM, creo incluso que hizo más de los necesario para evitarla, hizo todos los esfuerzos posibles de negociación y de silencio para no entorpecer las conversaciones. No cuento a la dirección de ADEOM porque para evitar algo hay que tener en primer lugar la voluntad de hacerlo, y eso le falta y brilla por su más absoluta ausencia. ADEOM quería y buscó la crisis.
¿Por qué se produce esta crisis? Porque ADEOM que sabe perfectamente que sus reivindicaciones son desproporcionadas, que los funcionarios aumentaron sus ingresos más que cualquier otro funcionario del estado y que con los beneficios complementarios son los funcionarios por lejos más caros de todo el Uruguay tomados en promedio no podían ser aceptadas por la IMM so pena de comprometer toda su gestión. ¿Y no será ese precisamente el objetivo?
La IM tiene que cumplir con exigencias mínimas y esenciales de los vecinos: mejorar el equipamiento y la recolección de basura, la pavimentación y señalización de calles y avenidas, la iluminación, los servicios a todos los niveles, las inversiones importantes y eso se hace con recursos. No puede comprometer su gestión aumentando desproporcionadamente los sueldos, que ya ocupan un nivel elevadísimo de los gastos del municipio. Con las exigencias de ADEOM de aumentos cuatrimestrales de 2.5% por encima de la inflación representaría otro crecimiento en el quinquenio de más del 40% de aumento real.
¿Es sólo un problema de distribución de los recursos? No, la dirección de ADEOM está utilizando el conflicto desde el principio a varias puntas. Posicionarse una vez más como el supremo arbitro de la gestión municipal; demostrar dentro de la intendencia y en el movimiento sindical en su conjunto que los métodos “ultras” funcionan y que todos los sindicatos deberían “adeomizarse”. Declaraciones de su presidente al semanario BRECHA.
Las distorsiones, es decir la aplicación de medidas sindicales que con el menor desgaste y costo de horas de paro produzcan los máximos daños posibles ya se ha extendido. Ver AEBU banca oficial. Y pretenden ganar posiciones en el PIT CNT ahora y hacia el congreso del año que viene, para imponer ese clima y esas distorsiones en otros sectores nacionales. Ya lo hicieron en ADEOM Canelones.
La redistribución de la riqueza es vista de manera totalmente corporativa, no tiene en absoluto una visión social. Es la disputa a dentelladas por una tajada mayor porque pueden taparnos de basura o paralizar el clearing. Así de simple.
Si esa metodología y esa visión de las relaciones sociales prospera lo que está en juego no es la coherencia de una política económica y social que nos ha dado grandes resultados y que es un pilar del gobierno progresista, lo que está en juego no es sólo quien dirige la IMM y el BROU, lo que está en juego son las formas de convivencia general en la sociedad. Es el vale todo y el uso de la fuerza y la prepotencia más allá de los derechos constitucionales y legales. Y eso es mucho más grave.
Además hay un ángulo no menor que debe considerarse: la visión de los dirigentes actuales de ADEOM es un auténtico peligro para los trabajadores en general y para los sindicatos, los desacredita, los aísla, debilita su capacidad de lucha y por lo tanto de conquista y favorece las peores tendencias antisindicales en la sociedad uruguaya. Es parte de lo que está en juego.
La gran pregunta es ¿hacia donde vamos? Eso depende de muchas cosas, pero lo fundamental hoy en día es la firmeza de las autoridades, de la intendenta y de la IMM en su conjunto. No hay que presentar grietas y hay que hacer cumplir la ley. Lo bueno y lo malo de la declaratoria de esencialidad es que es el primer paso obligatorio en el cumplimiento de las obligaciones frente a los ciudadanos y que ya no hay lugar para las claudicaciones.
La inmensa mayoría de los montevideanos apoyamos la firmeza y ponderación de Ana Olivera, nuestra intendenta, y queremos, reclamamos que siga firme. Los que decidan no trabajar, es su opción y saben perfectamente a que se enfrentan y no debe quedar duda: se debe aplicar la ley. A la izquierda le duelen adoptar estas medidas, hubiéramos preferido otro camino, pero ahora iniciamos un proceso y no se puede vacilar y es en defensa de la gente, de inmensa mayoría del pueblo, por el riesgo sanitario y por el peligro de una intendencia paralizada.
No se puede negociar en estas condiciones, con este tipo de métodos de tomar a la gente de rehén. Los que más sufren la mugre, las ratas, las moscas son los barrios populares y más humildes. Los que más sufrirían con un fracaso de la IMM serían también ellos y todos los montevideanos. Hay que evitarlo y eso exige firmeza, mucha firmeza e inteligencia.
Todos tenemos responsabilidades apoyando de la manera más explícita y clara a la intendenta. Las generosidades y grandezas como las pintadas en los muros de alguna lista blanca que escribe que esto es la “ana”rquía, es una demostración cabal de lo que nos espera si fracasamos. Miseria política por los cuatro costados.
Esta es una batalla que nos debe permitir invertir un rumbo que nos llevaba al desastre en la IM y comprometía cosas mucho más amplias e importantes.
Ahora al menos sabemos hacia donde no vamos. La pregunta original en latín dirigida a Jesucristo es “Quo Vadis, Domine?” (¿a dónde vas, Señor?) formulada por el apóstol Pedro al huir de Roma perseguido por Nerón. A lo que Cristo responde “Voy a ser crucificado en Roma por segunda vez porque mis propios discípulos me abandonan”. Pedro avergonzado regresó a Roma.
Los montevideanos y la intendenta hoy no tenemos que avergonzarnos de nada. Hemos regresado.