La tercera posición en materia de seguridad

Particularmente para Bordaberry y su gente la cuestión de la seguridad se discute entre quienes están con esta iniciativa y enfrentan, de ese modo, a la política del gobierno en materia de seguridad; y los que no comparten esta postura y, entonces, apoyan la estrategia del gobierno.

Obviamente esta simplificación absurda ha sido prohijada y alentada por los impulsores de la campaña. Es una de las más viejas recetas de la política; dividir el mundo en dos opciones y ponerse al frente de una de ellas. El que no está conmigo, está contra mí.

Es también una de las recetas más empobrecedoras del debate político. Supone la máxima simplificación de la discusión, eliminando la profundidad de los argumentos y transformando la polémica en un sencillo "blanco y negro".

De este modo, la bandera de la rebaja de la edad de responsabilidad penal de los menores, que ya de por sí aparece trampeada con el "juego verbal" de la imputabilidad, que es una reivindicación propia de la derecha política acá y en cualquier parte del mundo, se pretende convertir en la única alternativa a la política de seguridad del gobierno.

La jugada es clara, se pretende embretar a la ciudadanía en torno a una disyuntiva básica: "o con Mujica o con Bordaberry".

Por eso la virulencia de los ataques a todos aquellos que, no siendo parte del gobierno, nos hemos opuesto a esta campaña. La reacción inmediata ha sido pretender identificar a todos con las políticas del gobierno en esta materia.

Sin embargo, lamentablemente para los intereses de los impulsores de esta campaña, las cosas no son tan sencillas. Desde el Partido Independiente hemos marcado desde el principio nuestra firme oposición a la propuesta de la "rebaja de la edad" pero, al igual que el Senador Jorge Larrañaga y su sector, Alianza Nacional, mantenemos una postura también crítica sobre la forma en que se lleva adelante la política de seguridad del actual gobierno.

Es más, estamos convencidos de que esta campaña lejos de ayudar a poner el foco en el centro de la problemática, desvía la atención del problema principal. La campaña de "rebaja de la edad" ha llevado a generar la idea de que la cuestión principal de esta problemática está en la minoridad infractora y en el INAU, dejando a un costado la responsabilidad del Ministerio del Interior y la problemática de la delincuencia adulta.

Sin embargo, entre ocho y nueve de cada diez delitos son cometidos por personas mayores de edad, por lo que mal se puede sostener que "la rebaja de la edad" tenga algún impacto efectivo sobre la inseguridad.

Por el contrario, el problema principal radica en las carencias de gestión de la policía. El problema principal radica en la incapacidad de la actual administración para enfrentar el fenómeno delictivo. La clave para enfrentar con éxito a la delincuencia y recuperar las condiciones de seguridad es una profunda reestructura del Instituto Policial incluyendo una profunda revisión de su estructura territorial que se ajuste a las nuevas realidades de nuestra población y ordenamiento territorial, tal como decíamos en nuestra propuesta programática de 2009.

Por eso, aunque les pese a los impulsores de la campaña de firmas, en este tema existen tres posiciones diferentes.

La de los que creen que rebajar la edad es una medida esencial para la mejora de la seguridad, aprovechándose del miedo de la gente, posición que representan Bordaberry y Lacalle.

La de los que están en contra de la "rebaja de la edad" pero defienden la política que ha llevado adelante el gobierno actual en materia de seguridad, básicamente los integrantes del Frente Amplio.

Y la posición de los que estamos en contra de la "rebaja de la edad" pero también cuestionamos la política de seguridad del gobierno, planteando alternativas concretas y específicas de cambio, en esta postura nos ubicamos los del Partido Independiente y el sector de Alianza Nacional.

Así son las cosas, aunque algunos quieran simplificarlas equivocadamente.