El Movimiento de Participación Popular emitió un comunicado rechazando “enérgicamente” los incidentes bélicos en Gaza, que tienen como “víctimas principales a civiles palestinos, mayoritariamente mujeres y niños”. El MPP considera que el uso de la fuerza por parte de Israel es “desmedido” y configura una “política de exterminio” basada en la “asimetría militar y el poder bélico”.

La secretaría de Relaciones Internacionales de la organización oficialista soslaya toda referencia a la provocación de Hamás (que comenzó hace más de un mes con disparos de artillería sobre centros poblados israelíes) y a la muerte de civiles judíos como disparador de esta escalada bélica. Como si esta iniquidad no fuera suficiente, sus redactores expresan una curiosa y original concepción sobre la guerra. Para el MPP, un ejército ampliamente superior en número, organización y pertrechos (que no provocó sino que repelió una agresión contra sus ciudadanos) debe renunciar a esa superioridad para responder con cohetería casera o, en este caso, misiles de origen iraní. Para completar "la simetría", como veremos, Israel debería exponer a sus propios ciudadanos a las detonaciones de sus cohetes.

 La operación militar a la que hace referencia el MPP fue iniciada por las fuerzas armadas de Israel el miércoles pasado con una serie de bombardeos contra objetivos militares en la franja de Gaza y ha costado la vida a decena de inocentes, como ocurre cada vez que se desata la guerra. Una de las primeras víctimas fue Ahmad Jaabari, jefe militar de Hamás, el grupo terrorista que impone su tiranía teocrática sobre los palestinos de Gaza desde el golpe de Estado de 2007. Jaabari fue prisionero tanto del gobierno israelí como de la Autoridad Nacional Palestina y era considerado el cerebro del Golpe de Estado y el secuestro del soldado israelí Gilad Shalit.

El operativo se denomina Pilar Defensivo (Israel no tiene interés en ocupar Gaza, de donde se retiró voluntariamente en 2006) y constituye una respuesta a los ataques de Hamás. Como represalia, Hamás lanzó misiles contra Tel Aviv y, por primera vez, contra Jerusalén. El 20 por ciento de la población israelí es palestino y ese porcentaje se eleva hasta el 30 ó 35 por ciento en Jerusalén. Hamás no tiene ningún reparo en exponer a sus “hermanos” palestinos al fuego de su artillería, pero esta vesania sangrienta no debería sorprender a nadie.

En 2007, al menos doce palestinos murieron en la represión desatada por los “combatientes” de Hamás contra una manifestación pacífica que conmemoraba en la ciudad de Gaza el segundo aniversario de la muerte de Yasser Arafat.

Amnistía Internacional ya había denunciado que Hamás dirigía ataques selectivos contra militantes de Fatah, el grupo fundado por Arafat. Por cierto, el comunicado del MPP no dice una sola palabra sobre estos hechos. Peor aún, la fuerza política “que el Pepe construyó”, que apuntaló al canciller Almagro y que detenta la mayoría en el oficialismo, parece sumarse a quienes ven en Hamás una expresión legítima de la causa palestina, olvidando que las víctimas de su régimen fanático y tiránico siguen siendo principalmente los propios palestinos.