Eso sin contar las futuras piruetas preelectorales de los actores políticos, un jolgorio que amenaza continuar hasta noviembre.
La noticia tomó estado público después de que el presidente Mujica fuera captado por las cámaras de televisión mateando en Santiago con el enviado del semanario Búsqueda, pero debieron pasar varios días de dimes y diretes para quese pudiera saber de qué se trata todo, al menos hasta ahora.
La cantidad de refugiados está a estudio y por lo tanto no se conoce su identidad. Los datos que dio el presidente resultaron parciales y apresurados, aunque los involucrados ya manifestaron interés en acogerse al beneficio del refugio en Uruguay, en contacto con algún funcionario de Cancillería.
El acuerdo no incluye contrapartidas del gobierno estadounidense, salvo los costos de manutención. Mujica no planteó (ni es posible que se le conceda) la liberación de los cubanos que están presos por espionaje. La coincidencia de que uno de ellos fuera liberado recientemente se debió a que cumplió su condena, y no es un adelanto a cuenta de mayor entrega, como sugirió Juan Castillo.
El encuentro entre Mujica y Obama no es un premio por su buena disposición. Los mandatarios iban a reunirse en noviembre del año pasado y la autorización del Congreso a negociar la liberación es de diciembre.
Será el Congreso el que decida finalmente si acepta los términos que se acuerden pero en cualquier caso, los liberados podrán salir del país cuando quieran. Si Washington acepta que lleguen como refugiados, como ya ha manifestado, no podrá impedir que éstos se acojan al beneficio de la Ley 18.076, cuyo artículo 43 establece que "todo refugiado tiene derecho a que se le provea del documento de viaje previsto por el artículo 28 de la Convención de 1951".
Estados Unidos pide a las autoridades uruguayas cierta vigilancia sobre los liberados para evitar que generen algún peligro sobre objetivos de aquel país en Uruguay, aunque Washington asegura que la peligrosidad de los prisioneros fue exagerada en 2008 durante la Administración Bush para justificar la existencia de la cárcel de Guantánamo. Un informe posterior consideró su buena conducta y los incluyó entre quienes pueden ser puestos en libertad.
Uruguay fue elegido por las mismas razones que Suiza, España, Alemania o Francia, esto es, por ser considerado como un país amigo de Estados Unidos, y no será el único del continente que podría recibir prisioneros.
Habría sido un milagro que no se generara polémica en un tema tan delicado cuando la fuente manejó los detalles del asunto sin precisión ni discreción. Eso sin contar las piruetas preelectorales de los actores políticos, un jolgorio que amenaza continuar hasta noviembre.