Incendios, sequía, turismo y poder

Me iba a dedicar a contestarle a un charlatán que repite en un reportaje en Brecha sin siquiera leer, alguna de las cosas que dice la derecha. Pero me callo. Hay cosas más importantes. Este ha sido uno de los veranos más calientes en materia informativa de los últimos años. Mucho, muchos años.

Comencemos por la política. Las candidaturas están al rojo vivo, sobre todo en la izquierda. No voy a seguir echando leña al fuego. Lo que domina nuestras pantallas y nuestras páginas y receptores de radio son tres temas: primero, por sobre todas las cosas los incendios. Segundo la sequía y tercero la actividad turística. Bajó notoriamente la información policial, a pesar de que los accidentes siguen siendo una constante dramática.

Los incendios ya no son sólo una consecuencia de la sequía, es cada día más notorio que hay factores humanos que intervienen. Descuidos, irresponsabilidad y a veces piromanía. Hay además un factor estructural, natural: la densidad de bosques y de zonas peligrosas que existen en todo el territorio nacional. Con la cantidad de bosques naturales y plantaciones forestales y con su distribución geográfica que en muchos casos coinciden con zonas turísticas de la costa, los incendios veraniegos se han transformado en un tema de prioridad nacional.

Es realmente admirable lo que han hecho los bomberos, con una profesionalidad que impresiona – me lo comentaba un amigo australiano – con el apoyo de la fuerza aérea y sus ya famosos helicópteros, las intendencias involucradas con sus intendentes a la cabeza, el ejercito que presta apoyo en algunas situaciones límites y los vecinos. La gente, incluso la que no vive en la zona directamente afectada pero se arma de coraje, de solidaridad y de unos palos y baldes y sale a pelearle al fuego. Tenemos desgraciadamente una víctima de esa generosidad. El comité de emergencia no se ha dado descanso y ha estado presente en todos estos esfuerzos. Esos si que no tuvieron vacaciones.

Proporcionalmente a la cantidad de incendios y sus dimensiones los daños a personas y a las cosas han sido muy reducidos. Es el resultado de esta combinación impresionante que debería conmovernos y enorgullecernos. Pero no alcanza, creo que tenemos que diseñar una estrategia a más largo plazo. El cambio climático o las secas periódicas son una realidad y estamos llegando al extremo de las fuerzas.

Es cierto que tenemos por delante una ardua tarea de educación a lo largo de todo el año para mejorar la actitud de nuestra gente, pero no alcanza, hay que disponer de medios de alto impacto. Opino de atrevido, pero creo que tenemos una ventaja que debemos aprovechar: las mayores potencias de lucha contra incendio, las que tienen más experiencia, en particular Canadá, afrontan los riesgos en contra estación, es decir cuando aquí peligramos allá están tapados de nieve. Podríamos hacer acuerdos, alquilar aeronaves de más porte y de más capacidad de impacto durante los meses de verano, integrándolas al esfuerzo que está ya haciendo el país. Creo que al finalizar la temporada se merece un análisis de planes potenciados. Estoy seguro que el comité de emergencia ya está trabajando en esto.

El otro tema es la sequía. Algunos afirman que es la mayor de los últimos 40 años. El gobierno está desplegando múltiples acciones de apoyo a los productores, obviamente privilegiando a los más pequeños y a los más afectados por este fenómeno. Lo que no puede ni debe hacer es garantizarle la tasa de ganancia a los estancieros. Algunos – no todos de la oposición – demostraron una vez más su desarrollada condición de aves de rapiña, siempre sobrevuelan las tragedias y los problemas para ver si pueden sacarle algún picotazo, alguna ventajita. Patriotismo que le dicen.

Si se comparara lo que está haciendo el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca para apoyar en conjunto con las intendencias a los productores o el Ministerio de Economía y la OPP para combatir en serio la inflación y la especulación con los precios, con lo que hizo el gobierno blanco, pierden por destrozo. Y lo saben. Apuestan a la mala memoria de la gente. Mala apuesta.

De todas maneras la actitud debe seguir siendo la de alerta y la de búsqueda creativa en conjunto con los propios productores para mitigar los daños a los sectores más sensibles de la lechería, de los pequeños ganaderos y productores granjeros.

Esta el último tema, la actividad turística. Primero vaticinaron que se nos venía el desierto, que no éramos competitivos, como siempre les vino una locuacidad imprevista, y ahora que está terminando enero y entre el turismo regional, internacional y mucho, mucho turismo nacional la temporada es catalogada como buena por todos los operadores. Silban bajito.

Lo llamativo para cualquiera que vaya al este (Canelones, Maldonado y Rocha) es la cantidad de coches y de turistas uruguayos. Llenan todos los huecos. También a mi que soy un poco mal pensado me llamó la atención la calidad de coches de lujo todos empadronados en Colonia. Se ve que los ricos se mudaron todos a ese departamento.

Las iniciativas del Ministerio de Turismo son diarias, evidentes, con mucha presencia y mucho esfuerzo tanto en Uruguay como en el exterior. Se ven en la prensa regional en los canales cables. Y los resultados se notan. Recibí un folleto sobre la oferta inmobiliaria en Punta del Este y las playas cercanas y es impresionante, hay decenas de edificios de todo tipo. Algunas excepciones francamente deplorables, como el que está del otro lado del puente de la barra del arroyo Maldonado. Un adefesio indefendible que oculta un paisaje maravilloso. Una inocente excepción...Lo que es notorio que la inversión inmobiliaria en esa zona sigue a todo ritmo. Y eso es trabajo y ocupación.

Escribo estas líneas porque este es también un buen cambio, en plena temporada con un año como el 2008 que fue sin duda muy duro y difícil, el gobierno nacional está donde tiene que estar, trabajando y afrontando sus responsabilidades.

Para los agoreros una frase final: a casi un año de haber comenzado la crisis en todo el mundo, el Uruguay no es una isla aislada y tapiada, pero es ya un gran éxito que el tsunami no nos haya golpeado con toda su furia (1). Antes los éxitos eran por la coyuntura internacional ¿Y ahora? ¿Son por la crisis mundial o por la sequía? O es que ustedes los que se consideran dueños del poder todavía no entendieron nada. O mejor dicho, entendieron muy bien, vuestro fracaso histórico.