La Intendencia Municipal de Montevideo construyó en tiempo récord todo un sistema de accesibilidad para personas con capacidades diferentes en todo Pocitos y en otras zonas de la ciudad. Impresionante.
Cortaron y construyeron pasajes para las sillas de ruedas en los canteros centrales, rampas de acceso en todas las esquinas de las avenidas, bien señalizadas y bien realizadas. Y lo hicieron rápidos y repararon los daños causados a las veredas en muy poco tiempo.
La importancia concreta que eso tiene para muchas personas, no sólo para las personas con discapacidades, sino para las madres con cochecitos de bebés, por ejemplo, es muy grande, pero es además un mensaje de humanización y sensibilidad de la ciudad hacia su gente y para todos, incluso y en especial para los que no tenemos esos problemas. Una ciudad y una sociedad mide su calidad humana y cultural por su relación con ese tipo de situaciones. Se pudo.
Se han colocado miles de carteles con los nombres de las calles. Ayer fui a la presentación de un libro y me dispuse a la tradicional búsqueda arqueológica sobre las diferentes calles y la interpretación cartográfica correspondiente. Nada que ver. Todas las calles tenías carteles claros y visibles. Se pudo.
Se reparó a nuevo la Plaza Matriz que quedó realmente muy bien y se iniciaron reparaciones a fondo con el MTOP y la IMM del Cabildo de la ciudad. Se pudo.
Si se recorre Bulevar Artigas, la avenida con los más amplios canteros de toda la ciudad o la rambla en la zona de Punta Carretas se puede gozar, sí, gozar de las flores bien colocadas, cuidadas y regadas que cambian la estética de esa zona. También se pudo.
Está demás decir que la IMM no se preocupó mucho en anunciar ni las obras de accesibilidad ni la nueva cartelería. Debe confiar en que nos daremos cuenta todos y valoraremos el esfuerzo. No se pudo comunicar.
Si se pudo con todas esas cosas, ¿por qué en otras estamos casi paralizados o con mejoras muy lentas? Y en sectores muy importantes y sensibles.
Obviamente me estoy refiriendo a la limpieza de la ciudad, en su concepto más amplio, a las grandes obras en una visión estratégica que debe incluir al sector público y privado y al tránsito y el transporte.
En el caso de las obras de accesibilidad, lo pude comprobar por mí mismo, los trabajos lo realizaron empresas privadas. Con más de 8.000 mil funcionarios tenemos que recurrir a empresas privadas... Yo estoy de acuerdo, si forma parte de una política integral y planificada. ¿Y si utilizamos el mismo sistema para reparar las muchas, demasiadas veredas destruidas en toda la ciudad? Son responsabilidad de los propietarios, pues paguemos, pero no se puede vivir en una ciudad minada por las baldosas y las veredas bombardeadas.
Lo mismo se puede decir del mantenimiento de los canteros centrales. Bien hecho. Nadie podrá argumentar que son tareas estratégicas que deben estar en manos del Estado. Bueno, siempre se puede...
La basura es la prueba de fuego. Se anunció un plan. La verdad es que tiene pocas novedades. Llevará un buen tiempo ver los resultados y si fracasamos creo que está claro que nos despedimos del gobierno del FA en la IMM.
Alguna mejora se ve, pero el problema central sigue siendo el mismo, la capital de la región con el mayor porcentaje de contenedores y de un sistema automatizado de recolección, es una ciudad sucia y desprolija. No podemos seguir echándole la culpa a las malas costumbres de los vecinos. No es cierto y no resuelve nada.
Hay que comunicar, hay que impulsar buena campañas, pero para ello hay que asegurar que la parte que le corresponde a la IMM funcione muy bien. Y para ello el principal obstáculo son los carritos. El otro día a las 8.45 de la mañana por la calle Río Branco corrían carreras para ver quién llegaba primero a los contenedores. Eran tres carritos y obviamente nadie se preocupaba en absoluto de retornar al contendor la basura desparramada, había que ganar la carrera.
Todos los días por la Ciudad Vieja además de la mugre asistimos al absurdo del tráfico caminando al ritmo de un carro que no tiene absolutamente ningún apuro. Esos vehículos llevan un cartel luminoso imaginario y fosforescente con una gran consigna contra la IMM. Todos los días, varias veces al día, en muchos barrios. Y si eso no le preocupa a nadie se puede obviar, lo que no se puede obviar es el caos en el tránsito, la bronca, las montañas de basura que quedan al lado de cada contenedor. Una ironía: los microbasurales que alimentan la mugre de la ciudad están al lado de los modernos contenedores... hasta que el viento los distribuye democráticamente.
No hay soluciones fáciles, pero habría que ensayar pasos concretos, zonas libres de carritos, preparando a los hurgadores en otras tareas, como por ejemplo la construcción. Pero no disperso en todo Montevideo, por la simple razón que se sacan cien hurgadores de la calle y su lugar lo ocupan otros cien, hay que tomar zonas, como la Ciudad Vieja, el Centro y ensayar una solución eliminando totalmente los carritos. Y analizar seriamente los resultados.
Se pueden atender los problemas sociales derivados, con plata, con formación profesional, con colaboración público privada. Y sobre todo con capacidad e inteligencia en la gestión. La ideología, a la hora de levantar la basura y limpiar la ciudad no puede ser la principal herramienta.
No hay nada más integrador de una sociedad que su lugar de convivencia y encuentro. La ciudad es clave. ¿Además de bloquear cosas y emprendimientos por parte de una oficina imperial en la IMM, que no es la de la Intendenta, qué más estamos haciendo? Eso sí, el bloqueo se riega con un buen discurso ideológico, cuya parte ejecutiva no se ve por ningún lado.
¿Cuál es el plan de espacios públicos, obras deportivas nacionales y departamentales que estamos desarrollando para que Montevideo sea un gran lugar de encuentro democrático? ¿Cómo estamos planificando el uso del territorio para la otra gran obra integradora: la vivienda?
Lo que está claro que en Montevideo no hay ninguna maldición, se puede, el problema es que se puede y se debe mucho más y mejor. Un último comentario: qué ciudad maravillosa, con muy poco florece y deslumbra.