Contenido creado por María Noelia Farías
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Gobierno: 9 meses muy difíciles

Gobierno: 9 meses muy difíciles

Como resumen del Consejo de Ministros que realizó el balance de estos primeros meses del gobierno nacional, la frase que más se difundió y que publicó El País fue la supuesta afirmación del presidente Tabaré Vázquez que ha sido el periodo más difícil de sus gobiernos. Si no es cierta es “ben trovata”. No hay duda que han sido los 9 meses más difíciles de todos los gobiernos del FA. ¿Por qué?

22.12.2015

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2015-12-22T08:12:00-03:00
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No hay que ser por cierto un observador muy calificado para "deducir" que esta afirmación es justa. Las causas y los orígenes son distintos.

Hay causas externas al país en las que nosotros, o cualquier gobierno no tiene ninguna posibilidad de influir. Es la primera vez en muuuchas décadas que se produce una situación económica, social y política tan grave en nuestros dos países vecinos, Argentina y Brasil. El primero hace prácticamente 4 años que no crece y que empeora su inflación, sus indicadores sociales y su política de restricción drástica de importaciones. En Brasil la situación es todavía peor, este año se estima que su PBI caerá el 3,5 % con todas las consecuencias productivas, económicas y comerciales. No creo necesario explicar que esta situación tiene un impacto directo en la economía uruguaya. Cuando en el 2000 al 2002 se dieron sucesivamente la crisis de Brasil y Argentina nosotros nos precipitamos en la peor crisis conocida por las generaciones actuales.

Pero eso no es todo, la situación mundial sigue inestable y muy compleja, la Unión Europea no termina de salir de su crisis, repta lentamente, China enlenteció su tasa de crecimiento e impactó -junto a otros factores- en los precios de las materias primas, Rusia también entró en recesión por las sanciones occidentales y Japón se hamaca sin señales claras de recuperación. Solo los Estados Unidos mostraron niveles de crecimiento luego de varios años de caída o paralización. América Latina, este año y el próximo prácticamente no crecerá en su PBI, luego de muchos años de buenos resultados. Todo esto se podría llamar una tormenta perfecta.

Ninguno de los que vivimos en la actualidad puede recordar una situación internacional, continental y regional tan mala. No voy a intentar analizar sus causas. Lo que está claro es que para aquellos que hablaron de viento de cola, ahora estamos hablando de viento de frente con violencia de un huracán. Y no hay que ser un lince en economía para comparar esta situación con cualquiera de las otras que enfrentó el país.

¿Y cómo está el avioncito oriental para enfrentar esta tormenta perfecta? Decir que no nos va a afectar o que no nos está afectando sería ridículo, pero si podemos comprobar que está impactando menos que en la mayoría de los países, cosa que ya sucedió con la crisis del 2008, del cual esta es una prolongación. Este año creceremos entre 1,5 % al 2 %, muy por encima de la media regional, y el año que viene una cifra similar y lo más importante de todo no estamos paralizados explicando la tormenta y llorando en los rincones. Se trabaja, se buscan nuevos instrumentos, tenemos un rumbo.

Por eso hemos insistido tanto de que no tenemos un "modelo" porque nuestro Proyecto productivo, económico, social, cultural nacional, puede y utiliza diversos instrumentos, ante diferentes situaciones.

Ahora tenemos un presupuesto nacional por dos años, que con un aumento de 460 millones de dólares definió claramente cuáles eran sus prioridades (educación, infraestructura, sistema nacional de cuidados) y donde había que ahorrar (en el Poder Ejecutivo, ministerios, viajes, publicidad, etc.). El gobierno impulsa un ambicioso y bien coordinado plan de inversiones en infraestructura, con financiación pública, público-privada y privada en puertos, carreteras, puentes, energía, telecomunicaciones, estructuras educativas y viviendas de interés social y popular.

Eso no quiere decir que no haya un impacto social y sicológico en el país como consecuencia del enlentecimiento de la producción. Cuando durante 11 años se crece a ritmos superiores al 5 %, como nunca antes en la historia nacional, al menos desde que hay registros, es obvio que un enlentecimiento importante impacta en el empleo y en varios indicadores. No nos debemos conformar, cada nuevo desocupado, una persona más en la fila del Seguro de Paro, es para la izquierda una derrota, un dolor en el alma, un problema social con cara, nombre apellido y familia. No es una estadística.

Pero si hubiera sido correcta la apreciación de la oposición que durante 10 años se dedicó a hablar, casi como único argumento sobre la marcha del país, de que estaba impulsada por el "viento de cola", ahora, con un "huracán de frente" deberíamos estar cayendo en picada y a pesar de todos los vaticinios agoreros, eso no es así. Estamos remando fuerte y lo podemos hacer por las fortalezas que construimos en estos 10 años.

Ahora pasemos a los problemas domésticos de estos nueve meses. Yo creo que estos han sido los más duros y complejos. En primer lugar la feroz conflictividad sindical que no tiene antecedentes. No hay memoria, ni desde la salida de la dictadura, ni antes que se hubiera desatado una serie ininterrumpida de paros, paros generales, huelgas, ocupaciones como la que se han vivido en estos meses. Era año presupuestal, pero la vida demostró que a pesar de esa ferocidad, lo que eran los límites del crecimiento del presupuesto, siguen allí. No eran un capricho, son la base del manejo integral de la economía en este momento. Al final de un periodo tormentoso, en particular en la educación ¿Cuál es el balance? Todos los gremios, incluso aquellos dirigidos por sectores ultras, terminaron aprobando los convenios colectivos.

A nivel del sector privado, en lo fundamental se mantuvieron niveles de acuerdos y de salarios de acuerdo a las pautas del Poder Ejecutivo y los que lograron aumentos superiores, fue a costa del compromiso del sector patronal de no transferirlos a los precios. Y esa era una meta fundamental del gobierno.

Es cierto que en el conflicto de la educación hubo momentos de particular tensión y de medidas extraordinarias, difíciles de explicar para la tradición de la izquierda. Pero tiradas las sumas, los resultados están a la vista.
El concepto del "gobierno en disputa" se zanjó en lo fundamental con el gobierno electo por los ciudadanos que mantuvo su rumbo y sus objetivos y los alcanzó. Con grandes y dolorosos esfuerzos.

El otro frente fue el de las relaciones entre el Frente Amplio y el gobierno y el Frente Amplio y la sociedad. No son temas que puedan separarse. En la primera etapa del 3er gobierno del FA nos quedamos sin presidenta del FA y en una situación de inestabilidad importante, con un triunvirato móvil bastante discutible. Habrá elecciones internas a padrón abierto en el mes de mayo del 2016. No tengo ninguna duda de que las iniciativas, el debate público que el FA debería encarar y sobre todo la capacidad de construir un discurso unitario básico, no se ha logrado. Ni siquiera está en el orden del día.

Esa es una grave carencia para el FA y para el gobierno. No es un problema de relaciones fluidas, el problema es más complejo y profundo, son las serias carencias para que el FA a todos los niveles, tenga una política integral. Se

logró -con algunos raspones- unidad para aprobar el presupuesto nacional. No es poca cosa.
La unidad y el FA no pueden basar toda su acción en el mínimo común denominador, sino en la necesidad política de acordar un discurso, un relato de la actualidad y sobre todo del futuro. Tenemos más diferencias que antes, de eso no puede haber duda, ni hay que juguetear con esos temas. Los casos de Argentina y Venezuela son una expresión muy clara de esas diferencias. Por ello mismo se necesitan renovados esfuerzos de unidad, de negociación, de acuerdos, primero en las ideas, y muy, muy posterior en los cargos. Y a veces parece que el poder ocupa todo nuestro horizonte.

Sobre otro de los enormes escollos de este periodo, ANCAP, no voy a hablar ahora. Ya se expusieron las diferentes visiones y queda todavía un largo y doloroso proceso. Esperaré.

Es cierto que estos nueve meses han sido duros y complejos y se reflejan incluso en la baja del apoyo ciudadano a la gestión de gobierno, a niveles que nos eran desconocidos. ¿Hay algo comprometido definitivamente? Creo que no, que si retomamos la iniciativa en los diversos niveles podemos lograr que este 3er gobierno nacional, y los gobiernos departamentales sean la base de nuevos avances, sobre todo en la vida de los uruguayos. Que es lo que más nos debe importar.

El parto fue difícil, veremos cómo crece la criatura durante los próximos 4 años y 3 meses.