Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Embretado

Embretado

20.04.2011

Lectura: 3'

2011-04-20T07:12:01-03:00
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Hace un par de días me tomé un café con un empresario amigo, un uruguayo-argentino que está instalando su consultora en Uruguay. Como buen profesional de la comunicación, lo primero que quiere hacer es entender.

"¿Vos me podés explicar por qué Fernández Huidobro, que está en contra de la ley interpretativa de la Caducidad, la vota para luego renunciar, no sin antes recibir el respaldo del presidente, que también está en contra de la ley interpretativa, y lo va a abrazar al Parlamento porque es un viejo compañero que apoya a muerte su gestión pero no vota con Mujica sino con el Frente Amplio, que a su vez respalda a Mujica pero no le pregunta qué piensa y que, según sabemos, para el presidente será motivo de división nacional, aunque no está dispuesto a vetarla ni siquiera ante ese riesgo?". Le sugerí que hiciera un curso intensivo de uruguayidad, aunque debería haberle aconsejado al menos otro de frenteamplismo. Bastante más práctico, él me preguntó por un buen libro de historia nacional.

El presidente Mujica parece estar embretado entre la palabra empeñada (había dicho que el pronunciamiento del Soberano "no se discute; se acata" y que él no iba a "enmendarle la plana" al Parlamento), su compromiso partidario, el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y las responsabilidades propias de su alta investidura. Al menos en apariencia, son fuerzas centrífugas: no se puede resolver una sin dejar otra por el camino. Sin embargo, el mecanismo previsto en el artículo 138 de la Constitución legitima que el presidente le "enmiende la plana" al Parlamento pero deja a la Asamblea General la última palabra.

La situación generada por el proyecto interpretativo de la Ley de Caducidad que respalda el Frente Amplio, hizo que el Parlamento le "enmendara la plana" al Soberano, aquel ante cuya presencia, nada menos que José Artigas sentía cesar su autoridad. Sería del todo razonable que el presidente de la República saliera del brete apelando al veto ante esta flagrante violación del pacto democrático y republicano. Quedaría así por encima de las divisiones con argumentos de enorme peso institucional e histórico y les devolvería a los representantes la posibilidad de resolver este entuerto.

Pero hay también razones políticas, sobre las cuales está alertando Fernández Huidobro. La idea de que este doble desaguisado del Frente Amplio (secuestrar a la Suprema Corte de Justicia la competencia "originaria y exclusiva" que le confiere la Constitución para interpretar leyes y violar el pacto tácito de acatar un plebiscito al que convocó) no va a ser sancionado por la ciudadanía, es no entender cómo toma sus decisiones ese segmento del electorado que llevó a la izquierda por dos veces al gobierno. Un segmento que puede rondar el 25 por ciento y que ya está suficientemente malhumorado con los problemas de la seguridad pública.

Quizás mi amigo siga sin entender mucho cómo laudamos nuestras diferencias los uruguayos, pero al menos él tiene la chance de salir del brete leyendo algún buen libro de Gerardo Caetano.