Ayer se jugó la 7.ª fecha de la Eliminatoria, con los siguientes resultados:
Bolivia 2, Perú 0, en La Paz. Bolivia aprovechó la altura y la ausencia de algunos jugadores importantes en Perú y ganó bien.
Colombia 2, Venezuela 0, en Barranquilla. Colombia ganó con mucho menos amplitud de la prevista, en buena parte por no haber convertido dos penales que dispuso a su favor.
Ecuador 0, Brasil 3, en Quito. Durante bastante tiempo pareció un partido clásico de Quito, donde el visitante trata y no consigue concretar y, después, cuando ya está desgastado físicamente, Ecuador le gana. Pero, de repente, hubo un penal (bien cobrado) a favor de Brasil: Neymar lo convirtió y todo Brasil despertó y, en lo que faltaba del partido arrasó a Ecuador y le convirtió dos goles más.
Paraguay 2, Chile 1, en Asunción. Contra lo previsto, Paraguay le ganó muy bien a Chile.
Argentina 1, Uruguay 0, en Mendoza.
Sabíamos que iba a ser un partido muy disputado y lo fue. Uruguay enfrentó, probablemente, al técnico que menos le conviene: a uno que, como Tabárez, pone el énfasis en limitar al contrario.
En estas condiciones, era un partido para un 0 a 0 o 1 a 0: iba a comenzar con Uruguay más replegado y Argentina en un ataque muy cuidadoso y así iba a seguir hasta que hubiera goles. Si el gol lo hacía Uruguay los cambios serían menores: Argentina se arriesgaría más, pero solamente un poco más, si el gol lo hacía Argentina, se replegaría fuertemente para impedir que Uruguay tuviera opciones.
El partido fue duramente disputado, con un juez que mostró muchas tarjetas amarillas y una roja, todo ello correcto desde mi punto de vista. Lo que casi no hubo fueron jugadas de peligro ante los arcos.
Al principio, durante unos 15 minutos, Uruguay salió a disputar la pelota más delante de lo habitual, a sacarle los espacios a Argentina y a escalonar a Messi para no tener mayores sobresaltos. Uruguay recuperó la pelota varias veces, pero el mecanismo para hacerla llegar a los delanteros no funcionó. Por eso Uruguay se retrasó un poco para defenderse mejor dejando como único recurso para hacerle llegar la pelota a Suárez, qué además era muy marcado, los rechazos mediante pelotazos.
Argentina comenzó a tener la pelota y a jugarla con inusitada prolijidad: la mantenía pero no creaba real peligro y comenzó a volcar el juego por el lado de Di María y aparecieron las primeras tarjetas contra Uruguay, mientras que por la otra punta Messi era bien escalonado. Ahí, Bauza hizo el cambio que le es natural: mandó a Messi a la zona donde el rival tenía tarjetas amarillas para ver si provocaba más y alguna expulsión.
Así siguió, con mucha intensidad, pero sin pena ni gloria casi todo el primer tiempo. Casi, porque cuando faltaban dos minutos, Messi mantuvo la pelota entre varios jugadores uruguayos, casi todos con tarjeta amarilla, hasta que hizo un tiro de afuera del área que, lamentablemente, rebotó en Giménez y descolocó a Muslera poniendo el 1 a 0 para Argentina.
En los minutos finales del primer tiempo Uruguay atacó resueltamente y creó algún peligro, mientras Dybala recibía su segunda tarjeta amarilla e insólitamente (pero con toda legitimidad) Argentina quedó con diez jugadores.
En el segundo tiempo, Argentina se replegó totalmente y el partido siguió con dominio territorial de Uruguay pero sin crear peligro, terminando 1 a 0 para Argentina.
Fue un partido duro, disputado, pero casi no hubo peligro para los arcos.
Podemos pensar que Argentina ganó porque tuvo a Messi y eso hace la diferencia, y es lícito pensar así.
Pero que Argentina tiene a Messi es un dato permanente y nada podemos hacer al respecto y esa no es la explicación de por qué Uruguay no pudo casi nunca crear peligro en el arco argentino.
Cuando vimos la integración, ciertamente lamentamos no tener a Maximiliano Pereira y a Martín Cáceres de laterales y pensamos que por ahí tendríamos grandes riesgos. Sin hacer comparaciones, Fucile y Gastón Silva cumplieron con su papel. Los otros puntos críticos eran los volantes externos, Sánchez y Lodeiro. Sánchez ha sido un gran baluarte en los partidos anteriores de la Eliminatoria pero pareció caer en los últimos partidos y Lodeiro siempre es una incógnita: tiene las condiciones para ser el gran conductor del juego uruguayo, pero muchas veces fracasa en la selección. Esta vez fracasaron tanto Lodeiro como Sánchez y nunca hubo un razonable traslado de la pelota a los delanteros.
Resumiría el partido diciendo que los goleros casi no tuvieron trabajo: Argentina creó en todo el partido tres jugadas de real peligro: un tiro de Dybala en el palo que después rebotó en Muslera y no fue gol por milagro, el gol de Messi y un tiro libre de Messi, con Muslera adelantado pero que éste consiguió neutralizar. Uruguay no tuvo tiros francos al arco: creó una jugada de gran peligro al final del primer tiempo cuando Suárez, muy abierto, sorprendió a la defensa haciendo un peligroso centro de chilena, pero nadie lo alcanzó y, sobre el final del partido, una jugada de Rolan.
El problema de Uruguay no está en cómo se defiende, ni en su capacidad goleadora, sino en cómo le hace llegar la pelota a los delanteros ante un equipo que prioriza minimizar sus propios riesgos y no lo ataca francamente nunca, como ayer Argentina y como le ocurrirá en casi todos los próximos partidos de locatario.
Ahora viene la 8.ª fecha:
Venezuela, Argentina, en Mérida. Argentina es mucho más que Venezuela y debe ganar sin mayores dificultades.
¿Qué nos conviene, pensando en la clasificación? A estos efectos, el resultado del partido es irrelevante.
Chile, Bolivia, en Santiago. Fuera de La Paz, Chile es mucho más que Bolivia. Probablemente Chile busque una gran goleada para compensar a su parcialidad por la derrota ante Paraguay.
¿Qué nos conviene, pensando en la clasificación? Obviamente que no gane Chile, lo que es extremadamente improbable.
Brasil, Colombia, en Manaos. Brasil es favorito.
¿Qué nos conviene, pensando en la clasificación? Que no gane Colombia.
Perú, Ecuador, en Lima. Partido de difícil pronóstico.
¿Qué nos conviene, pensando en la clasificación? Que no gane Ecuador.
Uruguay, Paraguay, en Montevideo. Uruguay como locatario, debe ganarle a Paraguay para seguir manteniendo su gran campaña por la clasificación. Esperemos que esa obligación no se transforme en un problema.
Paraguay viene entonado por el triunfo ante Chile y porque hace muy poco parecía casi eliminado y ahora está en zona de clasificación. Probablemente venga a disputar el partido de igual a igual buscando el triunfo y eso puede ser favorable para Uruguay. De todas maneras, los partidos contra Paraguay siempre son muy duros.
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