El tramo final

Este mes comienza el tramo final de las Eliminatorias Sudamericanas. Nos quedan por jugar siete partidos entre el 22 de marzo y el 15 de octubre, tres como locatarios y cuatro como visitantes.

Uruguay lleva un punto menos que en la eliminatoria pasada a la misma altura, comparte el cuarto lugar con Chile y Venezuela con 12 puntos y está muy lejos de los punteros (Argentina con 20 puntos, Colombia con 16 puntos y un partido menos y Ecuador con 17 puntos) y también bastante lejos de los últimos (Bolivia y Perú con 8 puntos y Paraguay con 7).

En principio, Argentina, Colombia y Ecuador parecen inevitablemente clasificados y lo más probable es que entre Uruguay, Chile y Venezuela se defina el cuarto clasificado directo y el quinto, que va al repechaje. De todas maneras no descarto a Perú, que tiene una enorme potencia ofensiva.

Uruguay depende de sí mismo pero no le será fácil. En los primeros tres partidos a jugar definirá su chance porque deberá enfrentar consecutivamente a sus dos rivales directos (Chile y Venezuela) y, en ambos casos, como visitante. Si se ganan esos dos partidos, estaremos casi clasificados en el cuarto puesto, si se gana uno y se pierde el otro tendremos buenas probabilidades de ir al repechaje, si se empatan ambos partidos, el futuro es imprevisible y si se pierden ambos, estaremos prácticamente eliminados.

Entonces la cuestión esencial es ¿cómo llega Uruguay a estos tres partidos?

Los últimos cuatro resultados fueron muy malos (derrotas como visitantes ante Colombia, Argentina y Bolivia y empate como locales contra Ecuador). Nuestros jugadores salían de la pretemporada en Europa (aunque buena parte de los de los rivales también) y, fundamentalmente, algunas figuras clave no estaban jugando en sus equipos, o lo estaban haciendo mal (son especialmente importantes los casos de Lugano, Forlán y Álvaro Pereira).

¿Dónde estuvieron los principales problemas de Uruguay?
Creo que el principal problema es que ha tomado varios goles imprevisibles y fuera del contexto de los partidos.

Algunos como consecuencia de tiros libres, aunque en general no de tiro libre directo: ha faltado orden en la defensa de los tiros de pelota quieta.

Otro asunto, no independiente del anterior, es que Uruguay muchas veces sale mal de su última defensa y suele perder pelotas que traen gran peligro. Creo que realmente la mala salida es el problema fundamental porque deja mal parada a nuestra defensa ante ataques rápidos e imprevistos, a veces termina en gol directo, más habitualmente en tiros libres en contra y tarjetas amarillas y, casi siempre, impide a nuestros delanteros recibir la pelota bien jugada.
¿Por qué un equipo cuyo funcionamiento conjunto era muy bueno está experimentando estos problemas?

Como ejemplo, he mirado de nuevo el amistoso Uruguay - España y puedo decir lo siguiente:
España tuvo mucho más posesión de la pelota. Como consecuencia era razonable pensar que en sus jugadas normales de ataque hubiera creado muchas oportunidades de gol. No fue así: la interminable sucesión de pases de España no determinó las jugadas de peligro ni los goles que sufrió Uruguay.

El peligro extremo fue provocado directa o indirectamente por las pelotas perdidas en la salida de la defensa.

Podríamos pensar que el problema se debió a fallas individuales, sobre todo cuando la mayor parte de las veces fue el mismo jugador que perdió la pelota.

Si vemos el partido de nuevo, comprobaremos que esos errores se debieron a dos cosas: la muy buena presión que ejerce España cuando no tiene la pelota y, fundamentalmente, que no había nadie cerca, destapado para recibir el pase.

¿Por qué estos problemas no se producían antes? Porque durante la preparación para el Mundial de Sudáfrica y en los primeros partidos del mismo, se logró un muy buen juego de conjunto que, en buena parte, se basaba en una columna transversal formada por Forlán, Maxi Pereira y Álvaro Pereira con la colaboración de Cavani. Este recurso ayudaba a presionar ordenadamente la salida del rival y también ayudaba a la salida de nuestra defensa y el transporte de la pelota, porque siempre se encontraba a alguno de los Pereira bien abierto sobre la raya y se contaba también con la pausa y el muy buen panorama de cancha de Forlán.

Así se tuvo un muy buen Mundial, así se ganó la Copa América, así se empezó muy bien esta eliminatoria. El esquema se cayó, sobre todo, porque a mediados del año pasado Forlán y Álvaro Pereira no estaban jugando en sus equipos y bajaron mucho su nivel y porque lo de Cavani en esa posición tan sacrificada no podía funcionar permanentemente.

¿Qué se puede hacer en el futuro?

Muchas cosas porque casi todos los integrantes del plantel están jugando mucho y bien en sus clubes.
Tabárez lo ha hecho en Sudáfrica y nos ha dado una gran lección a todos y, ahora, tiene un plantel por lo menos tan bueno como aquel.

La gran diferencia es que en Sudáfrica hubo más de un mes para preparar el equipo y ahora no hay tiempo porque todo se juega en los próximos tres partidos.

Lo único que cabe es confiar en la calidad y la dedicación de los jugadores y en la sabiduría y el pragmatismo de Tabárez para salir de esta situación.

Dejémoslos trabajar con la mayor tranquilidad posible. ¡Y confío en el éxito!