Estoy de viaje y como soy fanático sigo la realidad de Uruguay a través de Internet y de mi correo electrónico. Y he chocado de frente con un absurdo, mi correo se desborda diariamente de mensajes de parlamentarios uruguayos. Sus mensajes se repiten hasta 50 veces. El mismo mensaje.
En diversas oportunidades cuando estaba en Montevideo lo informé a mis compañeros y amigos. Nada. Me resigné, me tomaba el trabajo diario de agruparlos y borrarlos. Parace una pavada técnica. No lo es.
Hoy hacer política es comunicar, más que antes. Sin comunicación, sin difundir las propuestas, las declaraciones, los proyectos, los discursos entre los ciudadanos utilizando para ello todos los medios disponibles y en particular Internet, no hay politica. Al menos democrática.
Esto es válido para cualquiera que haga política, mucho más para los parlamentarios, ellos deben rendir cuentas, cuanto más frecuentemente mejor. Son representantes nuestros en el Palacio de las leyes, nuestras voces y nuestros votos. Internet es un instrumento fabuloso.
Siempre y cuando no se transforme en una pesadilla. No logro distinguir los mensajes repetidos hasta el cansancio y por lo tanto automáticamente los borro y deben haber cosas importantes, útiles. Esto no me sucede solo a mí, he hablado con muchos conocidos y tienen exactamente el mismo problema con los correos electrónicos que provienen del Parlamento.
Uruguay es un país avanzado en producción de software, tenemos buenos técnicos en todos los sectores, resolver este problema elemental y básico no debe ser imposible.
¿Por qué no se hace nada? Además de situaciones como la mía imagino que nuestros parlamentarios se comunican con sus pares de otros países y la imagen que proyectamos al mundo parlamentarios es deplorable. No somos capaces de hacer funcionar correctamente un servidor de correo electrónico nada menos que desde el Poder Legislativo, desde nuestros parlamentarios.
Es sin duda un problema de celo y seriedad profesional de los responsables de este servicio técnico, no voy a recurrir al manido argumento que todos los uruguayos le pagamos los sueldos para que hagan bien su trabajo, voy a referirme a otro aspecto, el respeto por los demás, los que estamos afuera de ese y otros palacios.
Los funcionarios y los dirigentes politicos demuestran en las grandes pero también en las pequeñas cosas su forma de relacionarse con la gente, con los habitantes de este país.
Y abrumarnos todos los días de correos electrónicos inútiles, privarnos por ese mismo mecanismo de informaciones útiles, comprometer el tiempo de la gente es una muy mala señal.
Cuando me di cuenta que llamando por teléfono o enviando e-mails reclamando por esta situación no producía ningún efecto, me decidí a utilizar la prensa, en este caso la prensa en Internet.
No quiero resignarme, no quiero dar por terminada esta pequeña batallla quiero aportar mi pequeño grano de arena para construir un Estado diferente, donde no haya guarderias del Palacio Legislativo que nos cuestan 25 mil pesos mensuales por niño, ni un servidor de correos electrónicos del Poder Legislativo que nos sepulta de repeticiones hasta el cansancio.
No es solo un problema de los funcionarios, ni de las herencias, es nuestro problema.